Pequeño detalle de un horizonte gris.

Posted in En la retina... with tags , , , on 29 marzo 2024 by Jdcc

Hace tiempo que trabajo el desapego hacia las cosas materiales. Aunque fue comprado con la intención de darle cierto uso, es la primera vez que echo mano de él desde aquella vez.

Al llegar a casa lo dejo abierto en el plato de ducha del baño para que se seque. Entro al salón y examino a través de la ventana todo el horizonte que se extiende frente a mí en este día donde la lluvia, el viento y las gruesas nubes grises dibujan a lo lejos una estampa tan necesaria como hermosa. De repente, todo ocurre como un automatismo. Mi mente se transporta y me lleva a otra ventana. Estoy sobre aquellos escalones fríos y húmedos mirando otras mismas lluvias, otros mismos vientos, otras mismas nubes que componen otro horizonte idéntico en un lugar distinto. Frente a mí, una robusta balaustrada semicircular en piedra separa la acera del paseo de la playa de la Concha y en el centro, en un equilibro perfecto de circunstancias, espacios y tiempos, ella, en un banco de madera contempla todo ese otro horizonte gris, ocupando su propio espacio con el paraguas abierto sobre su hombro, un mini universo de colores que rompe y completa toda la estampa de grises convirtiéndola en perfecta, como esos pequeños detalles que dan sentido a tantas otras cosas grandes de la vida. Mi retina acciona mi cerebro y este comienza a disponer: saco el móvil, activo la cámara, busco el encuadre y pulso el botón. Observo el resultado y quedo satisfecho aunque en realidad dará igual porque ese instante quedará grabado en mí antes incluso de haberle dado al botón, antes de que el cerebro fuera accionado por la sensación captada por la retina.

Regreso instantáneamente a este presente horizonte gris sin mar de fondo, tomo asiento, el bloc de notas y comienzo a escribir…. Aunque, pienso, tampoco será necesario para retener la emoción de aquel instante, porque volverá a surgir de nuevo cuando cierre ese pequeño universo multicolor en forma de paraguas que se seca en el baño antes de colocarlo en su lugar. Surgirá cada vez que pase, cómplice, frente a su inerme y silenciosa presencia.

Hace tiempo que trabajo el desapego hacia las cosas materiales pero, en ocasiones, con algunos objetos, intento no darme excesiva prisa ni esforzarme demasiado.

Ermita, capilla, santuario.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , on 22 diciembre 2023 by Jdcc

Fue en un mes de abril de hace ya algunos años. Se llamaba Isard Aguiló Solá, un catalán afincado en la capital dedicado con muy buenas artes a enseñar y explicar Madrid a los turistas, a los viajeros y a los propios madrileños de quien oí hablar por primera vez de ese lugar: “Es mi rincón favorito de Madrid, una verdadera joya” dijo, y así quedó anotado en mi pequeña Moleskine que ya por aquellos años empezaba a usar con frecuencia en los viajes con la intención de retener las sensaciones que me invadían cuando viajaba con la sola esperanza de que en momentos ulteriores de mi vida pudiera volver a revivirlos. A pesar de ello y de que Madrid siempre ha sido y sigue siendo un destino predilecto a donde vuelvo a menudo, solo quedó como un apunte en un papel.

Fue en un diciembre de hace ya menos años, tal día como hoy, después de atravesar el cielo de la Casa de Campo y descubrir Madrid desde nuevos horizontes desconocidos para mí al recorrer a pie el camino de vuelta como, en una senda encontrada de forma indescifrada pero ineludible, nuestros pasos acabaron colocando a nuestros ojos frente a ese pequeño, desapercibido, discreto, austero, solitario, esquivo, tímido e introvertido edificio: la ermita de San Antonio de la Florida. Posiblemente surgiera en mí, no lo recuerdo con claridad, una incipiente mueca de duda, incertidumbre o desilusión, pero fue aquí donde la parte buena de los prejuicios entró en acción permitiendo a las sorpresas colarse por una inesperada puerta trasera, silenciosa y secreta. No fue su pequeña planta de cruz griega ni la arquitectura, no fue el silencio ni la luz ni la quietud ni el momento. No fue el verte rodeado e inundado por los impresionantes frescos de Goya ni por su tumba. No fue eso. No fue la vasta y profunda atmósfera que inundaba ese pequeño espacio. No sé. No lo sé. No sé lo que fue. No sé qué sucedió entre aquellos pasos que me hacían girar sobre mí. Sinceramente no lo sé y por eso no puedo explicar lo que provocó un desbordamiento emocional tan desproporcionado como irreal tan solo por estar allí. O quizás fue todo a la vez. Lo desconozco. Sólo sé que ocurrió y que ni ese lugar ni ese momento precisaron de más apuntes en un papel, que ese momento ocurrió en ese lugar y quedó, quedó dentro, muy dentro, y quedó también fuera, como una especie de grieta imprecisa, reconocible e irreparable de la memoria.

Aún existió el momento necesario de justo después sentados en un banco próximo mirando el edificio desde fuera donde hicimos tiempo para asimilar lo que acababa de acontecer, el momento para reflexionar, para confesar, para entender, o al menos, para recuperarnos del vaivén interior.

Si algún día os da por visitarla y no sentís nada de esto no os apuréis, saliendo a la derecha siempre os espera desde 1.888 Casa Mingo con el plato especial de pollo con sidra, sin duda, una experiencia menos mística, más mundana pero no por ello menos exquisita.

Imagen de Federico Ruiz – (15 de junio de 1857). «Ermita y romería de San Antonio de la Florida». El Museo Universal 1 (11): 85. ISSN 1889-8440., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35325920

AITANA.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , on 15 diciembre 2023 by Jdcc

La vida es cuestión de suerte a veces: donde naces, la familia, el espacio que ocupas, los lugares que rondas y las personas que conoces.

Ella se llama Aitana, la persona, la hija. Y también se llama Aitana el lugar: Café Aitana. Y él, el padre de ella y el jefe del lugar, se llama Fernando.

Tras visitar “Nothing Hill” (el bilbaíno no el de Londres) buscamos algún bar para desayunar. La casualidad, la lluvia, los pasos y google nos empujaron dejar pasar algunos locales y bajar la cuesta y girar a la izquierda. La fachada y los barriles de la entrada ya resultaron un buen reclamo, pero lo mejor estaba por llegar. Café cortado, bocadillo y…. ¿pincho de tortilla?…. of course. Quedaba poca en el plato por eso sinceramente pensé en un primer momento que sería del día anterior y dudé, pero me equivocaba, era la segunda o tercera de la mañana y no fue ni mucho menos la última. Simplemente espectaculares. La cosa seguía mejorando. No paraba de entrar y salir gente para tomar o comprar café y pincho de tortilla, y de camino, para llevarse lo mejor de la casa: una sobredosis gratuita de vitalidad. Y eso fue lo que pasó después, que empezamos a charlar con Fernando, una de esas personas que te cruzas por casualidad y es capaz de cambiarte en un rato el humor, el día e incluso un viaje. No sólo nos recomendó lugares, nos organizó en un momento una ruta a pie para descubrir los mejores rincones de Bilbao y un roadtrip para el día siguiente por algunos de los mejores lugares del País Vasco. Y así fue como salimos del Café Aitana: con el mejor sabor de boca, el estómago repleto de cariño y el alma henchida de unas sorprendentes ganas de exprimir los consejos de Fernando y el resto del viaje. Porque es así como ocurren las cosas, de repente, en un día o en un instante ocurre, ocurre la vida, todo lo bueno de la vida, y tan solo tienes que estar, reconocerlo, dejarte llevar y no dejarlo pasar.

Lo único malo del Café Aitana fue no haber podido volver al día siguiente para “el día de pintxos”. Eso queda pendiente para la próxima.

         https://cafe-aitana.ueniweb.com/

Vidas pasadas, vidas presentes, vidas futuras.

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , on 8 noviembre 2023 by Jdcc

Somos espacio, somos tiempo.

Somos, o al menos soy, un espacio/tiempo pasado, un espacio/tiempo presente, un espacio/tiempo futuro.

Una tela de araña de vértices y aristas, una deconstrucción etérea de mar recompuesto con amorfos y eclécticos trozos de música: tempo, silencio, precisión.

Hay tres lugares en Málaga que me definen a través de su propia identidad: el Café del viajero (ya desaparecido), el cine Albéniz y la tetería de la calle San Agustín. Largas tardes bajo sus techos que, como argamasa, me construyeron antaño. Hoy he vuelto a repetir una rutina de aquellas.

Nos sentamos en San Agustín a merendar tras ver en el Albéniz «Vidas pasadas» (Past lives). En mis vidas pasadas estuve aquí muchas veces, a menudo a solas conmigo mismo, algún libro y una libreta donde volcaba mis pensamientos a la vez que observaba a las personas y las oía hablar secuestrando secretamente sus deseos, sus miedos y sus esperanzas, imaginándome sus vidas, sumergiéndome en sus mundos a través de los gestos y de las miradas. Hoy, conversamos desgranando la película procurando al menos yo, desliar con cuidado y sin que se note en exceso el complejo nudo de emociones que muchas escenas han dejado atascado entre la garganta y el estómago: ese “no puedo llegar donde están tus sueños” que le dice el marido a Nora… ese ”para mí, serás siempre la que te vas, para él serás la que se queda…” que le confiesa Hae Sung en la barra del bar a su alma gemela… o ese infinito movimiento horizontal de cámara que recoge el caminar de plomo de Nora al regresar a casa en la escena final donde todo se revela.

El té y la tarta nos deleitan. En un instante inapreciable, un leve movimiento casual me enfrenta a un reflejo en un cristal. El hombre que me mira, la imagen que me devuelve ese cristal sigo siendo yo, aunque no ese que recuerdo enteramente, no ese “yo” que fui esas tardes sino una mutación, una metamorfosis más fruto del azar que de la voluntad aunque seguramente no se en qué medida, crueles certezas de tiempo y distancia que han forjado en mí un kintsugi inexplicable y aglutinante elaborado con ese que fui, con ese que soy y de ese que seré.

Somos espacio, somos tiempo.

Somos, o al menos soy, un espacio/tiempo pasado, un espacio/tiempo presente, un espacio/tiempo futuro.

Una tela de araña de vértices y aristas, una deconstrucción etérea de mar recompuesto con amorfos y eclécticos trozos de música: tempo, silencio, precisión.

Cuarto menguante.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags on 3 septiembre 2023 by Jdcc

Amanece el primer día de septiembre. Pienso en la imagen de la inmensa luna llena, literalmente roja, de anoche saliendo del mar y en este verano extraño, oscuro y caluroso mientras voy tomando las curvas con la moto por la carretera de la costa. A mi derecha, esa luna llena gigante ahora luce de blanco radiante y resiste encima de la montaña, entre los últimos claroscuros, a las primeras luces del día. A mi izquierda, un manso e infinito mar mediterráneo sobre el que segundo a segundo comienza a aparecer el sol. Hay instantes en los que ambos astros casi se me muestran simultáneos en mi campo de visión. Inefable. Entorno los ojos para no cegarme y miro al frente. Hace casi media hora que he salido del que siempre fue y será mi barrio, de ese barrio mío donde todo sigue intacto como si fuese un agujero negro o como un laberinto atemporal de sonidos y espacios donde todo ocupa su lugar. Un barrio donde el mismo cielo se dibuja recortado por las aristas de los altos edificios de viviendas, donde la ropa tendida luce al precipicio de los balcones y ventanas. El barrio donde siguen ocupando su lugar los abetos que vigilan sobre el muro y las rejas del colegio, antes todo de negro, ahora vestido de colores pero siempre paraíso perdido. El barrio con el mismo parque por el que anduvimos. Ocupan su lugar en la vereda de asfalto y sobre las aceras esa negra pátina de manchas indelebles. El mismo portal de siempre, el número veinte, también ocupa su lugar, con la misma penumbra haciendo de refugio y guardián de los secretos por donde entran y salen los rostros envejecidos de los mismos vecinos. La misma liturgia de saludos y gestos. Ocupa su lugar la misma planta segunda, la misma puerta cuatro, todo ocupa su lugar. La misma llave que se gira, la misma puerta que se abre, el mismo pasillo que se extiende. Todo ocupa su lugar. La misma distancia, los mismos pasos, el mismo contraluz de la terraza al fondo reflejado sobre el suelo, todo ocupa su lugar, todo, todo, todo, menos este silencio nuevo, extraño, oscuro y profundo que se ha quedado ocupando el espacio que habilitó la torpeza de mis brazos sosteniendo la fragilidad de tu cuerpo inerte. Todo ocupa su lugar menos tu silueta acurrucada en la esquina de la terraza dominando con gesto tranquilo, sereno y curioso los tiempos. Ahora se ha roto toda la geometría de ese lugar desde que ya no lo ocupas, desde ese último día de agosto, ese último día de agosto que cuando se oscurecía del todo, dejó salir lentamente una luna teñida de rojo sobre el negro cielo, detrás del mar oscuro, como un gesto cómplice, como diciendo adiós.

P.D.: para Luna, la perra, la mascota, la guardiana, que ahora juega tranquila en el paraíso de mis mascotas perdidas.

La arquitectura del silencio.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , on 1 marzo 2023 by Jdcc

Momento del cepillado dental tras el almuerzo. Fiel a mis manías busco algo de música en el móvil para distraer ese tiempo muerto. El algoritmo de youtube decide mostrarme como segunda opción un concierto de Sting y pincho sin pensarlo dos veces. Suena “Shape of my Heart” que, como de costumbre, me pellizca el corazón. Giro la vista a la imagen del concierto y a los pocos segundos de ver el lugar donde tocan no puedo no dejarme arrastrar por la sorpresa de lo que veo. Intento reconocerlo pero, aunque me es familiar, no lo consigo. Leo el título del vídeo: “Sting – Pantheon- CMN – 50 ans de FIP”. Al parecer forma parte de una serie de conciertos que celebraron el cincuenta aniversario de una emisora de radio francesa. Es el Panteón de París, la ciudad a la que todo el mundo quiere ir, la ciudad a la que siempre quise ir, la ciudad a la que fui, la ciudad de la que una parte de mí nunca volvió, la ciudad a la que quiero regresar.

Sigo de reojo el juego del movimiento de cámara que graba el concierto y se despierta ese reconocible regocijo dentro de mí, esa inquietud cada vez que observo determinadas cosas, lugares o edificios, un pseudo síndrome de Stendhal. Instantáneamente pienso: “cómo agradezco todo lo que ocurrió (y sigue ocurriendo) en mi vida, sobre todo aquellos “fracasos” que ella misma, la vida, se encargaba (y se encarga) de reconducir a nuevas oportunidades que construyeron y construyen inesperadas victorias”.

Una de esas primeras ocasiones fue mi vuelta al instituto con veinte años tras despedirme de un trabajo al que entré al abandonar el bachillerato. También fue de las primeras veces que vislumbré cuanta sabiduría albergan los consejos y el instinto de las madres, al menos de la mía. Aquel retorno me aportó un hambre desconocido e insaciable en mí por estudiar, por hacerlo bien para progresar y reparar el error, me inyectó una sed por conocimientos despreciados y desaprovechados en un tiempo pretérito que no estaba dispuesto a dejar escapar de nuevo. Y fue en ese tiempo cuando me volví permeable a todo, cuando pude y supe dejar crecer algo que sin forma ni contenido nítido se manifestaba dentro de mí desde hacía tiempo: la fascinación y el amor por la historia, por la literatura, la pintura, por el arte en general y por la arquitectura en especial. Conocer la explicación a los secretos de las grandes y pequeñas construcciones que surgieron de la mano del hombre, el por qué de sus dimensiones y sus formas, sus metamorfosis, la adaptación a los espacios, a las necesidades, a las creencias, su evolución a través del tiempo. Todo eso me permitió a partir de ahí poder observar cada lugar con un lenguaje nuevo y con unos ojos llenos de magia cómplice donde otros veían simplemente muros y piedras, dándoles la oportunidad de que se me presentaran, de que me hablaran, me sedujeran, que se ramificaran dentro de mí, me descubrieran y me dieran a conocer la historia de su historia a través de las fachadas y los pórticos, los arcos y las bóvedas, las columnas y sus capiteles, los muros, los contrafuertes y los arbotantes, los relieves, las esculturas y las pinturas, los rosetones y las vidrieras, los espacios y sus alturas, la geometría de las luces y las sombras y los ecos en la arquitectura de sus silencios. Nada desde entonces y por todo aquello fue igual el mundo para mí.

De hecho, algo se paraliza y me estremece cuando recuerdo entrar y quedar absorto en la plaza del Obradoiro, o en tantas misteriosas, singulares y pequeñas iglesias románicas del Camino de Santiago como Santa María de Eunate; cuando descubrí el Coliseo, el Panteón de Agripa, el Vaticano (y la capilla Sixtina), la Basílica de San Pablo Extramuros o en cualquier plaza de Roma; el David de Miguel Ángel, la plaza del Duomo o el Ponte Vecchio en Florencia; la Plaza de San Marcos de Venecia; la medina de Fez; la Grand-Palace de Bruselas; la Mezquita o la Alhambra; la catedral de Sevilla; la basílica de Santa María del Mar de Barcelona o la ermita de San Antonio de la Florida en Madrid; los cuadros de Goya o Velázquez; la pirámide de Keops, el templo de Philae o Abu Simbel; Notre Dame de París..… y tantos y tantos rincones que he podido admirar y los miles de lugares que no visitaré y que hablan por sí solos de lo mejor de la naturaleza del hombre.

Pero además de las técnicas constructivas, del diseño de las plantas y los alzados, además de la ingeniería, de los motivos, más allá de lo material, sin quererlo ni pretenderlo, me dejo atrapar y permear por lo que en ellos se desprende calladamente, ese otro aspecto que emana en cada lugar de esas características con más o menos fuerza, con más o menos presencia, aunque pueda parecer algo casi absurdo. En esos lugares, cada pequeño detalle inapreciable se engrandece y se vuelve gigante e infinito y me obligan a detenerme o sentarme, a prestar atención, a restaurarme, a sentir profundamente y a escuchar y mirar detenidamente para permitir que el abrumador y embriagador efecto que generan me encuentre, me rodee, me atraviese, me inunde, me impresione, me entristezca, me reconforte, me maraville y me inspire para poder encontrar en sus grandes silencios y en su inabarcable quietud las respuestas que nunca hallé en las palabras y las huidas, dando así sentido y vida a toda una realidad invisible que gracias a aquel fracaso convertido en victoria me reportan momentos simplemente inolvidables e inefables. Y esa fue, es y será mi suerte.

El olor de los libros.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , , , , , , on 29 enero 2023 by Jdcc

Despierto en casa de mis padres, en el dormitorio que heredé de mi hermano cuando él heredó el mío al marchar yo de casa hace más de veinte años. Abro los ojos con dificultad pero con calma. No hay prisas cuando nadie te espera. Me desperezo suavemente y levanto la persiana para que entre el aire y la luz que saneen el ambiente cargado. Pongo los pies en el suelo rastreando las zapatillas que me eviten el frío contacto con el suelo. El impulso siguiente e instintivo, como en cada uno de mis día de vida, es poner música. Pulso el botón para encender la anacrónica mini-cadena de música recolocada recientemente en la estantería de este cuarto volviendo al hogar cual hijo pródigo. La misma que después de tantos años y tantas batallas sigue ahí dando guerra. Comprar como un rico y cuidar como un pobre era la consigna. Acciono la radio pero no me convence la emisión, así que decido colocar un cassette –sí, han leído bien queridos amigos, un cassette– y disfruto de la vieja mecánica de las platinas: junto con los discos en vinilo, pura magia sonora en este mundo hiperdigitalizado. A veces me arrepiento de haberme desprendido de casi todas mis cintas.

Me pongo en pie, hago una pausa, levanto la vista y sin querer repaso la estantería repleta de todos esos libros que mi madre se empeñaba en comprar para nosotros a través de la revista mensual que el comercial de turno del Círculo de Lectores traía siempre con recomendaciones. ¡Qué tiempos!¡ y ¡menuda presión aquella!. La mayoría nos limitábamos a amontonarlos en las baldas. Algunos aún conservan el envoltorio de plástico. Nunca fui, aunque siempre ansié ser, un devorador de libros.

Ojeo los títulos, alargo el brazo y cojo algunos al azar. Los abro y voy saltando de página en página. De repente, voy descubriendo todos los fragmentos que yo, por instinto o necesidad, empezaba a subrayar en muchas de las hojas de aquellos que comencé a leer. Eran fragmentos, frases o palabras que reconducían en mí una nueva curiosidad o que satisfacían emociones, sensaciones o inquietudes interiores para las que aún no disponía de las facultades básicas para expresar o exteriorizar, o incluso comprender o sentir. Al instante, un impulso natural e involuntario inicia mi particular ritual sensorial, mi hábito imprescindible, mi liturgia íntima y necesaria: ir percibiendo, como a cámara lenta, como de forma aumentada, el particular lenguaje de las hojas al crujir, la discreta caricia que se produce al roce y al tacto con las yemas de mis dedos; me acerco el libro y voy apreciando con detalle la decoloración que el tiempo ha provocado en las hojas; lo aproximo un poco más e inspiro el olor de sus páginas, y esa mezcla parece susurrarme algo unívoco, parece mostrarme en una extraña simbiosis entre continente y contenido su alma silenciosa, el alma que descansa en cada libro, el alma mestiza que nace entre quien lo escribió y quien lo lee a través de un tiempo hechizado. Concluyo para mí que cada libro es único y distinto, aunque sea el mismo, como ocurre con los árboles o con las flores.

La semilla por la lectura que plantó mi abuelo en mí creció bajo la insistencia y el empeño de mi madre para embarcarme en este inabarcable océano de los libros. Fue algo que, como otras tantas cosas, no tendré vida suficiente para agradecer.

Últimamente, en tiempos de tornados de series y plataformas digitales, cada vez aprecio más el sereno refugio de un libro. De hecho, en los últimos viajes, al tiempo de callejear, visitar museos, admirar iglesias y catedrales y por supuestos descansar en los bares, he adquirido la extraña costumbre de regalarme un libro en cada ciudad. Además, también me voy empapando de una nueva, impensada, mágica y laberíntica forma de viajar a través de los rincones que esconden bibliotecas o librerías que descubro, multiplicando una experiencia sensorial inesperada, distinta y absolutamente nueva y satisfactoria hacia lo sencillo y lo esencial de la vida en el mundo que se aglutina, se esconde y se desvela en el cuerpo desnudo de un libro.

  • Biblioteca del Monasterio de El Escorial. - El Escorial (Madrid)..
  • Librería Re-Read - Madrid 2
  • Librería Re-Read - Madrid
  • Librería la Buena Vida - Madrid
  • Librería el Tiempo Perdido - Granada
  • Heritage Library Hendrik Conscience - Amberes
  • Biblioteca en el Trinity College, Dublín (Irlanda)
  • Biblioteca del Museo Reina Sofía - Madrid
  • Biblioteca de la Uned, Escualas Pías - Madrid.

Pozo oscuro, aguas claras.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 18 septiembre 2022 by Jdcc

Decía un compañero, sabiamente: “hay que saber elegir las batallas”. En otra ocasión, colgado en mitad de una montaña oí: “soldado que huye vale para otra guerra”. Sinceramente, nunca fueron esas virtudes de las que haya podido presumir. Nunca supe elegirlas y jamás supe o pude huir de ellas. Por algún motivo me obligaba a no dejarlas pasar. Pero también es cierto que algunas veces no hay opción. Llevo tiempo pensando en las que fui atravesando desde hace casi un año y en las sensaciones y emociones que me invadían en los momentos previos, y lo que ocurrió en los momentos posteriores.

Cuando, roto por dentro, el cansancio me llevó al desapego decidí arrojarme emocionalmente a un pozo oscuro del que pensé que no encontraría una salida. Algunos meses después, ávido por abandonar ese pozo empecé a buscar experiencias para vivir la vida como si no hubiera un mañana, otra vez.

En una de ellas, me tocó descolgarme por una pared desde la que ni siquiera me atreví a mirar hacia abajo porque sabía que se apoderaría de mí un pánico incontrolable, así que simplemente me dediqué a disimular el miedo que me atenazaba, prestar atención a las instrucciones del monitor y centrarme en mi agitada respiración. Segundos después me descubrí colgado sobre un mini abismo que me empequeñecía y me devoraba por segundos. Sólo me quedó aguantar la presión, resistir, confiar y avanzar poco a poco…..poco a poco…..muy poco a poco. Al llegar abajo, me solté las cuerdas y el arnés, seguí disimulando unos instantes el acojone delante de los compañeros con una media sonrisa y me aparté del grupo. Me arrodillé, miré hacia arriba y dimensioné lo que acababa de hacer. Rompí a llorar como un niño. Por un lado, por la presión contenida, por otro, por la ansiedad que sufrí tanto tiempo, por otro por haber sido capaz de hacerlo descubriendo otra vez en mí cualidades que ignoraba tener y que siempre admiré en otros. Me sentí liberado y reforzado. En ese pozo oscuro, había aguas claras.

También hace ya muchos meses, recuperé una vieja costumbre abandonada: bañarme en el mar, de noche y desnudo. Poder nadar y abandonarte en ese negro infinito en que te recogen la noche y el mar siempre me atrajo y abrumó, pero a la vez me relajaba y me alejaba de todo. Recuerdo esa noche, aguantar la respiración al entrar en el agua, cerrar los ojos, sumergirme y sentir el roce del agua aliviadora del mar en cada poro de mi piel. Recuerdo luego estar un rato flotando en el agua mientras miraba el cielo negro acompañado sólo por mi respiración. Me volví a permitir abandonarme para poder rescatarme. Al incorporarme, limpié de mi cara las gotas de agua del mar, miré hacia la orilla y encontré el contorno de una sombra a contraluz. Sentí que esa iba a ser mi puerta abierta. En ese pozo oscuro, había aguas claras.

... flotando mientras miraba el cielo negro y oía tan sólo mi respiración

Meses más tarde, quise darle forma a un viejo sueño construido durante casi treinta años. Con una ilusión infantil desconocida en mí pero con la tristeza de tener que hacerlo sólo, me embarqué rumbo a Egipto. Me sentía como un niño en la noche de reyes. Justo antes de entrar en la gran pirámide estaba desbordado por la emoción: todo aquello era otra dimensión. Estaba tan nervioso, tan ansioso, tan deslumbrado y tan emocionado por poder ver, tocar, caminar y penetrar por aquellas misteriosas piedras milenarias que resultó estar viviendo algo irreal. Viajar solo te da otras oportunidades. Y en este viaje, entre muchos, hubo dos momentos únicos e inolvidables a los que mi cabeza recurre de vez en cuando, momentos que me ayudaron a entender qué había dentro de mí y qué había ocurrido conmigo: el primero, mis paseos a solas sin turistas por el mágico Templo de Philae; el segundo, navegar de noche por el Nilo sentado en la cubierta de la embarcación. Esas aguas, esa brisa, ese olor, ese cielo, esas estrellas, esa luna, ese sonido, ese balanceo, ese momento de infinita soledad se grabó en mi retina, en mi memoria, en mi piel y en mi corazón para siempre. En ese justo y exacto momento, el viento se llevó todas mis tormentas y me permitió ver de nuevo cuanta luz brilla en las noches negras y oscuras, me permitió descubrir que ese cielo y esa luz seguían ahí, intactos, para mí. En ese trayecto nocturno viví un breve pero consciente e intenso instante de infinita y absoluta serenidad que jamás olvidaré. En ese trayecto, encontré paz. En ese trayecto, clavé mi bandera. En ese pozo oscuro, había aguas claras.

...poder ver, tocar, caminar y penetrar por aquellas misteriosas piedras milenarias que resultó estar viviendo algo irreal

El otro día, después de muchos meses soportando un dolor crónico, lacerante y limitante que me ha obligado a readaptar constante y diariamente cada postura de mi cuerpo y me ha hecho sentir perdido, anulado, sobrepasado y derrotado, pude volver a hacer deporte y a nadar en la piscina. El momento exacto de entrar en el agua, percibir su textura, su temperatura y comenzar a deslizarme para ejercitarme sin sentir ese dolor en busca de una extraordinaria normalidad fue algo humanamente indescriptible y verdaderamente emocionante. Fue como si mezclara a la vez todas las sensaciones anteriores en una.

Se que aún me queda mucho camino, pero sentirse libre de las cadenas del dolor y el sufrimiento para disfrutar del regalo de la vida es el mejor regalo en sí mismo. Sin embargo, me gusta pensar que, como me ha ocurrido tan menudo últimamente, en ese pozo oscuro, también había aguas claras.

Puntos suspensivos.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , on 18 marzo 2022 by Jdcc

En los últimos meses antes de mi traslado el pasado catorce de marzo me ha estado invadiendo una sensación contradictoria y extraña.

Por un lado, las ganas de conocer y vivir un cambio que creo necesitar, que me ayude a terminar de sanar, a continuar aprendiendo sobre el trabajo, sobre la vida y las personas se vive con ilusión y esperanza, pero también con temor e incertidumbre….. aunque al final todo se traduce como nuevas oportunidades de vida.

Por otro lado, dejar mi actual puesto de trabajo después de once años (otra vez éste número) me deja un vacío tremendo, casi inabarcable. Cada tarde de estas últimas semanas, que han sido muchas, cuando salía de trabajar, el paseo hacia casa era una llorera continua e incontrolable por la saudade que impregnaba el balance y el inventario de los recuerdos. Como un luto a pasar por partes por toda una vida vivida en once años. Tantas situaciones, tantos momentos, tan intensos, tanta ilusión, tanto trabajo, tanto ganado, tanto perdido, tanta huella, tanto aprendido, tanto enseñado, tantas batallas, tantas tardes, tantas risas, tantas lágrimas, tantos paseos, tantas desayunos, tantos almuerzos, tantos amaneceres, la magia de las luces rojas, tanto amor, tanta pasión, tanto dolor, tantos planes, tanto compartido….tanta, tanta, tanta vida invertida….que hoy es un tesoro enterrado en el fundo de mi alma y de mi corazón que al final, al descubrirse, se traduce en una gratitud infinita difícil de cuantificar, dimensionar y expresar con palabras.

Y es que de todas las tormentas emocionales que recibimos en la vida, resulta contradictorio que en momentos de despedida donde recibes esa avalancha de cariño y aprecio, la sensación del nudo en la garganta tratando de sostener ese torrente irrefrenable de tristeza es casi angustiosa, por eso dicen que lo mejor que uno puede hacer cuando está lloviendo es dejar que llueva.

Cuando entré aquí hace once años sólo me pedí a mí mismo no cansarme, no desmotivarme, no rendirme, no perder la ilusión.

Hoy, me siento orgulloso de haber mantenido esa promesa casi intacta.

Hoy, me resulta difícil entenderme a mi mismo sin estos once años.

Hoy, se que nunca olvidaré lo vivido porque forma parte de mí, de lo que soy, de quién soy.

Hoy, me reconozco plenamente feliz al sentirme parte del alma de este lugar que ahora dejo, de Coín, de su gente, de todos los profesionales con los que he compartido y tanto me han enseñado, de mis jefes, de los compañeros que se fueron, de los que ahora dejo, de los que ahora siguen siendo amig@s, de tí.

Hoy, no tengo cualidades suficientes para mostrar mi agradecimiento por este tiempo vivido y compartido, por esta historia que seguirá pendiente como unos puntos suspensivos de ser vivida, espero, en otro lugar, en otro tiempo.

Desde esta sencilla complejidad de la vida, GRACIAS a todos.

La luz de los días: siluetas, perfiles y sombras.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 28 septiembre 2021 by Jdcc

Vuelvo a la vertical tras la tumbada y enfilo la recta alargando la vista en busca de la próxima sin tiempo para poder confiarme, porque cada curva es un reto.

El trayecto de vuelta desde las dunas de Artola al atardecer en verano es siempre el mismo, pero siempre es diferente, y siempre me secuestra. Esa carretera atravesando dos horizontes me hipnotiza.

Instintivamente inicio otra vez el movimiento sincronizado: la mano izquierda tira del embrague para reducir la marcha con el pie izquierdo, mano y pie derecho compensan la frenada.

Durante milésimas, de reojo, vigilo a mi izquierda la caída del sol que enrojece segundo a segundo en el horizonte mientras me abro hacia el lado contrario a la curva que llega antes de inclinar la moto y abrir gas. Aunque todo parece una coreografía mil veces ensayada soy consciente de que el más leve contratiempo, el más simple detalle rompería la delgada frontera que me separa de caer al asfalto….. sin embargo, ese es el juego, esa es la magia de la adrenalina que se me inyecta cuando voy en moto, demasiado embriagadora como para renunciar a ella.

Tras la enésima curva voy percibiendo a través de fugaces miradas cómo se forman las siluetas de todas las cosas al ir perdiendo su color por la progresiva falta de luz, provocando el avance de un lento e infinito claroscuro que moldea y transforma los perfiles de sombras sobre sombras, como negativos que en mi pupila se van revelando para descifrar sus nuevas formas dentro de una nueva realidad.

El trayecto es zigzagueante y no hay tregua, y eso es lo que me inspira, siempre pendiente de las trazadas, de las revoluciones del motor, del movimiento de los vehículos…..pero también de las emociones que me asaltan, de cada recuerdo, de cada fracaso, de mis victorias, de mis tristezas, de mis alegrías, de mis incertidumbres, de este momento presente que todo lo absorbe ahora y que todo lo arrasa en un instante, en un breve instante que une y conecta cada curva con cada recta y a ellas con mi mente, con mi corazón, con mi cuerpo, con mi alma…. para hacerme sentir, al menos durante ese tiempo, simplemente vivo, simplemente libre.

Canciones.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , on 17 julio 2021 by Jdcc

Esta mañana mientras desayunaba en la barra del bar sonó por la radio una canción que conocía y, de repente, causalmente, empezó a formarse un nudo en mi garganta por la emoción que inesperadamente huía a borbotones por algún resquicio de la armadura oxidada que recubre mi alma. Sentí, como me ocurre a veces, ganas de llorar a moco tendido pero como no era ni el momento ni el lugar, decidí disimular y ayudar a bajar el nudo formado en la garganta con el amargo del café sin azúcar (of course), el bocata y los churros. Existe una canción para cada momento así como existe un momento para cada canción. Siempre lo he pensado. Siempre lo he sentido.

La música, sin patrones, sin formas, sin estilos, ha formado parte de mí desde que tengo uso de razón, desde que siendo sólo un crío escuchaba a mi madre cantar por casa. Supongo que de ahí me vino todo, de esas emociones que sólo con su voz conseguía transmitirme y se me removían por dentro. Desde entonces, tuve la suerte de poder disfrutar de la música, vivirla y compartirla desde todos los puntos de vistas: desde abajo y desde arriba de los escenarios; pasivamente oyendo, escuchando y bailando y de una forma activa tocando, componiendo y cantando….. y siempre intentando descifrar y comprender ese hilo invisible que cose las notas, los versos, los riffs, los solos y los estribillos de las canciones a los momentos, las emociones y los sentimientos de nuestras vidas.

Y qué agradecido a la vida y qué afortunado yo por haber podido aprender a tocar un instrumento, la guitarra, con la que poder expresarme cuando de otro modo me resulta imposible. Y qué agradecido a la vida y qué afortunado yo por poder abrazarme a ella de una forma tan cómplice haciendo buenos los malos momentos, revistiendo de magia los que parecen regulares y volviendo increíbles los mejores. Entrelazar mis dedos entre sus cuerdas para hablarnos en ese lenguaje complejo y misterioso desvistiendo así mi alma mientras mi voz rompe la profunda oscuridad de un silencio es una de las emociones más intensas que he descubierto y que se sostienen después de tantos años, sobre todo cuando lo compartes en un baile de miradas. En esos momentos, mi intimidad se abre completamente y se transforma en un pequeño universo infinito repleto de matices tan intensos, tan inmensos, tan indescriptibles y tan inefables que se quedan impregnados en mi garganta, marcados en las yemas de mis dedos, tatuados en mi alma, guardados para siempre bajo llave en algún lugar recóndito y secreto dentro de mí hasta que, un día, sin esperarlo, sin pretenderlo, sin buscarlo, como una trampa en mitad del camino, una de esas canciones comienza a sonar en algún lugar imprevisible desatando irremediablemente otra vez ese nudo en mi garganta.

Abril y mayo.

Posted in Historias del día a día on 11 abril 2021 by Jdcc

De un tiempo a esta parte
las hojas de los árboles
se han vuelto amarillas
en plena primavera;
y las noches sin dueño
van buscando cobijo
como gatos callejeros,
así como los corazones solitarios
van buscando excusas,
así como los labios anhelan
sus espacios olvidados.

Y tú,
cercana y distante,
sosegada y nerviosa,
callada e inquieta
rellenas los muros,
tapias silencios,
recubres soledades,
alimentas y matas la pena,
alegras la vida,
descubres caminos,
olvidas el tiempo.

Y yo,
cansado de olvidar a los que nunca se fueron,
cansado de esperar a los que nunca llegaron,
no tengo tiempo para ellos en mí,
no tengo espacio para todos en mí,
camino, vuelo y navego
recorriendo soledades de silencios
mientras aprendo a sobrellevar los recuerdos que las huellas de los pasos dejaron mientras borro las marcas escritas en mi calendario.

Recordando cuatro días (1).

Posted in Historias del día a día with tags , , on 28 marzo 2021 by Jdcc

Hay películas que merece la pena volver a vez de vez en cuando porque cada vez son distintas y descubres nuevos matices e, incluso a veces, se vuelven más intensas dado como uno cambia con la vida, uno evoluciona, y con ello cambia también la forma de ver y sentir algunas cosas.

En esta película ella se llamaba Francesca (Meryl Streep), y conoció a su futuro marido cuando éste, como soldado, apareció en su vida, y le sirvió para escapar de su pueblo natal, Bari (Italia) y emigrar a EE.UU. Pero su sueño de libertad y amor, con el tiempo, se volvió monotonía al entregarse a su marido y sus hijos. Sus días de servilismo familiar la pintan de gris, de soledad, caminando en una vida apagada. De ella me encanta sin embargo su ilusión infatigable por vivir día a día, sus pequeños detalles, su entrega incondicional, sus inquietudes culturales y que camina descalza por la casa.

Robert (Clint Eastwood) es un fotógrafo del National Geographic que, perdido buscando los puentes del condado de Madison para un reportaje, encuentra la ayuda de Francesa para orientarse.

De este simple y casual encuentro, la vida de los dos se transforma para siempre, de repente e inesperadamente. Ambos, tan diferentes en lo aparente y tan iguales en lo esencial, encuentran el uno en el otro ese punto de unión, ese nexo, esa pasión, esa conexión en forma de huella reconocible en un camino que cada uno andaba persiguiendo en la vida sin saberlo. A veces ocurre, lo se.

Robert es un hombre de mundo al que le “gusta tener la impresión de estar abrazando el misterio”, “un solitario pero no un monje”, un vagamundos sin ataduras que la conocerá y la entenderá mejor que nadie. Ella junto a él ríe y ríe como siempre, o mejor dicho, como nunca. Ella encuentra en él, después de una vida, todo aquello por lo que se fue un día de Bari, y se siente comprendida por primera vez porque de su marido, sólo queda la conciencia de que es un “hombre limpio”. “Pero usted es todo menos una mujer simple”, le espeta Robert. Ella se reencuentra con ella misma como mujer para ser alguien más que la cocinera, la limpiadora y la facilitadora de su familia. Él, le pone luz sobre ella misma. Ambos se redescubren mutuamente y el uno al otro.

Y es que a veces ocurre que, cuando crees que tu vida está completa, algo o alguien te pone luz en todo lo que ni siquiera eras consciente que te faltaba, y cualquier charla compartiendo mesa y mantel se vuelven incluso sin esperarlo pura, simple e intensa magia inexplicable.

Ambos se aman, pero tan rápido como eso ocurre se dan cuenta de que están atrapados por sus propios mundos. Mundos irreconciliables. Ellos querían detener el tiempo pero el tiempo nunca se detiene. Fue encontrar a la persona adecuada en el momento equivocado. Y llega la hora de decidir: dejarse llevar o dejarse pasar, pero ninguno de los dos se atreve.

Ella, a pesar de ser infeliz, no se marchará.

Él, no quiere necesitarla porque no puede tenerla.

Y aunque “el amor no obedece a nuestras esperanzas”, en contra, existen “esa clase de certezas que solo se presente una vez en la vida”.

Cuando reaparece la familia de Francesca, él, la esperará bajo la lluvia en aquel cruce de caminos. Ella, en la furgoneta con su marido, al verlo, duda entre quedarse o girar la maneta de la puerta para salir huyendo con él. Le tiembla la mano para huir de su Bari particular. Él, entiende ahora que eso no ocurrirá, pero aún así, justo antes de arrancar su coche la llama desesperanzado y la invita amarrando en el espejo retrovisor el colgante que ella le regaló. Él, volverá a ser el vagamundos que siempre ha sido. Ella, huirá de sí misma para dejarlo ir y quedarse atrapada otra vez en su amor entendido como entrega dentro de una vida monótona, solitaria y gris.

(1) “Recordando cuatro días” es el book de fotos que Robert, de forma póstuma, le envía a Francesca con las fotos de aquellos días compartidos en los Puentes de Madison.

La trinchera infinita.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , on 1 marzo 2021 by Jdcc

“La trinchera infinita” es una película española de 2.019 protagonizada por mi paisano Antonio de la Torre (Higinio) y Belén Cuesta (Rosa). Es un drama basada en hechos reales, al parecer, inspirado en la figura de D. Manuel Cortés Quero, último alcalde republicano del municipio de Mijas (Málaga). En la trama, Higinio y Rosa, recién casados al estallar la Guerra Civil española deciden que él, por temor a las represalias durante y tras la Guerra Civil, viva escondido entre los muros de su propia casa. Literal. Pasó a convertirse en uno de tantos “topos” hasta la amnistía franquista de 1.969 en relación a los delitos cometidos antes del uno de abril de 1.939.

A pesar de los cambios en la sociedad con el transcurrir de los años desde su encierro y el incombustible amor de Rosa, Higinio vive constantemente obsesionado con el miedo perpetuo a ser descubierto. Así pasará más de treinta años escondido….. treinta años, ¡se dicen pronto!. En la película, sólo cuando su mujer se decide a dar el paso para intentar cambiar cosas hacia una vida relativamente normal fuera de la casa, es cuando para Higinio se inicia su conflicto vital: mantenerse en su trinchera o exponerse al beligerante mundo exterior.

Como punto de inflexión tras muchas discusiones, enfrentamientos y reproches, ella le comunica su decisión de coger un autobus e irse a pasar unos días a la playa con tal de ofrecerle algo a la vida que le había sido arrebatada. Sólo en ese momento, cuando la ve partir, el miedo a perderla a ella empieza a ser más grande que el miedo a ser descubierto y apresado. Higinio decide abrir por sí mismo la puerta de la casa, dejar entrar la luz y asomar la cabeza por primera vez después de tantos años, ver la calle con sus propios ojos y dar unos primeros pasos temerosos para descubrir dos cosas: primera, que era nadie para todo el mundo, ninguno le prestaba atención alguna, era uno más, indiferente, desconocido, invisible; y segunda, que Rosa no se había ido a ningún sitio sin él, sólo se había dedicado a deambular por las calles cargando con la maleta donde guardaba la esperanza de que Higinio diera ese paso definitivo.

Una mañana, entre cafés, bocadillos y churros, voces deambulantes, confesiones y reflexiones compartidas sobre la vida, asocié de repente e inesperadamente la trama de la película a muchas situaciones cotidianas donde todos nos enfrentamos y nos sometemos en nuestra vida a alguna “trinchera infinita”: relaciones personales o laborales, miedos, carencias, dependencias, traumas, conflictos internos..… me desconcertó descubrir que, como Higinio, en ocasiones vivimos atrapados en determinadas situaciones como una realidad indiscutible e inmutable sin más alternativa vital que la de seguir midiendo el alcance o el límite de cuanto nos pasa hasta extenderlo y convertirlo en tanto dolor y frustración como seamos capaces de soportar. La asociación y el concepto me resultaron simplemente abrumadores.

Cómo y cuándo esperar encontrar en nosotros ese momento inspirador que nos libere como el gesto de Rosa, esa respuesta, esa acción, esa valentía que te haga girar el pomo de tu puerta que marca la frontera para abrirla lentamente y dejar pasar la luz cegadora de la calle y decidirte de una vez por todas a dar el primer paso que te haga abandonar para siempre ese muro tras el que nos escondemos para darle una oportunidad a la esperanza de vivir una nueva vida, una vida mejor, o al menos una vida distinta. A veces, parece que sólo cuando alguien nos empuja a enfrentarnos con ese miedo seremos capaces de dar el paso definitivo para escapar de nuestra particular trinchera infinita.

Tú que lees,

¿cuál es la trinchera infinita tras la que te escondes y de la que no te atreves a salir?

«Ca cuá, es ca cuá»

Posted in Historias del día a día with tags , , on 20 febrero 2021 by Jdcc

En esta otra hoja de sierra de la pandemia, abierto de nuevo los lugares «no esenciales», decido regalarme un desayuno diferente. Bajo temprano a mi bar preferido. Me siento en la terraza. No hay nadie. El dueño aparece, nos saludamos, le pregunto por el negocio, hablamos de lo fácil que es salvar el mundo y me ofrece una nueva especialidad en el desayuno que acepto sin rechistar. El día empieza bien: cosas nuevas para descubrir. Mientras espero, llegan tres mujeres y se sientan en el otro extremo de la terraza. A pesar de la distancia, el nivel de voz coinense estándar es más que suficiente para ser plenamente partícipe de la conversación: es como estar sentado junto a ellas y te hablasen gritando al oído. El sustrato de la charla no puede dejarme indiferente:

M1: niña, échame ya la foto pal instagram que estoy a ver si me hago influencer.

M2: pero espera que te traiga el desayuno y así metes el café y el bollo!

M3: aaaaro!! aaaaaro!! así mehó tia!! así mehó!!

Llega el camarero para coger la comanda y les ofrece la misma delicatesen que a mí:

M1 (la potencial influencer): uffff, que va, que yo ya estoy a régimen pal verano!! que este año he decidido dejar el bañador y pasar al bikini!! y éstas dos están igual! así que algo más ligerito!!

M2: bueno niña, pero por un día no pasa ná!

Sin mediar más palabra:

M1: bueno venga, ponme uno de esos, pero pan integral, y unos churritos!!

M3: chocho!! qué rápido tazapazo el régimén cohone!!! (rién las tres y toda la gente que pasa por la calle se vuelve a mirarlas)

M2: po a mí tráeme otro igual y más churros!!!

Al final, la comanda, entre risas y chascarrillos, se va completa de bollos y churros. Pasó la fiebre del régimen veraniego. Cuando les trae el desayuno, una de ellas le increpa al camarero:

M1: guapo! no te he disho antes que estoy a régimen!! llévate el azúcar y tráete sacarina anda!! para todas!!

M3: venga niña! esha ya la foto pal istragram! pero quítate la mascarilla! Mira…. mira pallá! Pon cara de pasá de tó pero de interesante! así! Y ahora otra mirando ar café! Y otra dándole un sorbito!! Así, así!! que guaaaay tía!! como mola!! Otra paque salga el bocaillo que es nuevo!! Pero quita los churros!! que no salgan!!! que eso no vende!!

M2: po venga! súbela! que ahora entro yo y te escribo y te la comento! y cuando llegue le digo a mi «marío» y a mis niños que haga lo mismo! que así se empieza!

M3: yo ya te la he comentado!!!

M1: pero no tan rápido que si no se va a vé que ehtamos compinchá!!

M3: enga! vamos a los bocadillos que se enfrían los churros!! y fríos no valen paná!!

Ante conversaciones así, a veces me siento obsoleto, otras un poco viejuno, otras fuera del mundo…. aunque la mayoría simplemente diferente. Esa charla duró sólo unos minutos, pero inexplicablemente, cada frase se me iba grabando en la cabeza como el calor de un tortazo en la cara. Por suerte, a mí también me llegó ese mollete de presa ibérica al horno con sal aderezados con verdura a la plancha. El regusto salino de la carne con el amargo del café (sin azúcar, of course) me ha dejado un mar de sensaciones en el paladar. ¡Cómo echaba de menos este lugar!. Mientras me deleito, reconsidero mi mundo, y en mi esfuerzo cotidiano de no juzgar y respetar la variedad de personas que coexistimos en esta vida y en este planeta, se me viene a la cabeza una celebérrima frase coineña que lo resume todo: «ca cuá, es ca cuá».

Aquello de lo que me negué a hablar.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 7 febrero 2021 by Jdcc

A menudo, últimamente, me suelo cruzar con un vecino que acostumbra a sacar devotamente a pasear a su perro. Al perro lo he visto crecer desde que lo adquirió hace ya tiempo siendo apenas un cachorro. Ahora que ya dejó de serlo y los veo a ambos salir a la calle de forma cómplice, tras saludar educadamente al dueño, mi vecino, en realidad me fijo siempre en el can. Lo observo disimuladamente al pasar, en secreto, sólo por unos instantes, en otra especie de complicidad que tan sólo entiendo yo, pero que cada vez que ocurre me transporta automáticamente a aquel día de Junio, aquel día del que nunca hablé de lo que pasó.

El perro de mi vecino es un gran y hermoso pastor alemán, como Radja, al que un día conocí, al que tanto temía yo cuando rondaba suelto por el jardín y que tanto me enseñó silenciosamente y sin pretenderlo sobre mí, sobre los animales y sobre la relación con las personas. Pero aquello de lo que nunca hablé y me negué a hablar no es de Radja, aquello de lo que me negué hablar fue sobre Stella, su fiel compañera canina de aquellos años, sobre aquella forma de caminar de pasos cortos, lentos y torpes, de su ceguera, de su paciencia, de su nobleza, de su tierno pelaje blanco, de su sabia paciencia, de su callada sabiduría…… y de su último día, ese que un día siempre llega y es inevitable. Aquello de lo que me negué a hablar fue de su repentino adiós dentro de un cuerpo totalmente inerte y su cuello abandonado al aire tras la inyección, de mi insoportable nudo en la garganta, del interminable recorrido en coche desde el veterinario hasta el jardín de la casa en el maletero liada en una manta, del dolor prepotente, del silencio frustrante, de aquella intensa lluvia que cayó del cielo como llorando el momento y que embarraba mis pies y embarró mi alma para siempre, de mi torpeza, de mi no saber qué hacer ni qué decir, de mi cobardía; de cada una de las terribles paladas de tierra que me tocó arrancar al jardín para cavar un hueco que la llevara al paraíso de los animales, de verla por última vez así y de verme por primera vez a mí en aquella situación, del terror que sentí en mis manos y mis brazos al tener que regresar luego con la pala la tierra a su lugar para que descansara en paz y para que se quedara ella y aquel momento dentro de mí para siempre, hasta hoy, tantos años después, recordando aquel momento cada vez que veo al perro de mi vecino.

Y es que resulta increíble la plastilina con la que está hecha nuestra alma, donde algunos momentos se marcan en ella de tal forma que, sin saber que están ahí, cuando menos te lo esperas, emergen y puedes palpar ese duro molde sumergiéndote sin remedio de nuevo en esos momentos lejanos, desgarradores y dolorosos que un día viviste, desenterrándose inesperadamente sin entender cual es el mecanismo ni la explicación ni la solución, reproduciendo ese duro nudo en la garganta durante breves instantes y aquella huella marcada para siempre con una lágrima frágil que intentas controlar y retener por un breve instante hasta que todo se esfuma justo un segundo antes de volver a lo cotidiano.

Siempre que volvía a la casa, cuando me quedaba solo, me asomaba en silencio desde la ventana durante algunos instantes y me detenía a contemplar aquel rincón del jardín, aquel pedazo de tierra y las flores que nacieron allí, y siempre, siempre, se me quedaba una extraña mezcla de cercanía, nostalgia, paz, impotencia, dolor, aceptación, frustración y cariño.

Message in a bottle.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 2 enero 2021 by Jdcc

Dos de Enero, y salvo por la magia pendiente de la noche de reyes, ya se esfumaron otra vez las fiestas con su borrachera de anís, sus dulces y la cordialidad suspendida en el aire que todos aspiramos aunque el mundo se pueda estar desmoronando detrás de tí. Y aunque soy un poco el “Grinch” reconozco que cuando te rodeas de ciertas personas, en el fondo y después de tantos años, uno se deja empapar un poco por todo eso, aunque me cueste reconocerlo, y te sientes bien, aunque también me cueste reconocerlo, supongo que por el cambio de perspectiva que te dan los años. Pero es tras estos días cuando uno intentará volver a encontrar la sal de los días en los momentos cotidianos donde se siembra la felicidad que casi siempre se nos escapa y dejamos pasar. Y contra este posible mal, para que no me alcance, aquí dejo escrito mi «mensaje en la botella»…..

a la música y los discos de vinilo del Jommara,

a esas escapadas improvisadas a las dunas de Artola,

a sentirme pequeño cuando me enfrente a la inmensidad del mar, a desnudarme en la arena,

a sentir el viento de libertad que te regala una rutita en moto,

a esas cervecitas con los amigos,

a reír,

a encontrar refugio en la familia,

a seguir degustando la vida y el mundo tras el sabor de unas tapas,

a no dejar de ver las nubes blancas que cabalgan por el radiante cielo azul del invierno,

a saber afrontar la vida cuando ella te detenga en otro Puerto Lápice y hacerte porteño para siempre,

a la lucha en el trabajo y a la recompensa del esfuerzo,

a descubrir, a reencontrar, a compartir,

a la letra impresa en los libros, entre velas, el vino, un poco de jazz…y aquello que viene después,

a sentir mis dedos sobre las cuerdas de una guitarra y cantar,

a encontrar la canción para cada momento y a vivir el momento con su canción,

a dar un abrazo y sentir la fuerza de su calor entre las costillas,

a llorar,

a ver un amanecer y un atardecer,

a ver salir la luna tras el mar o las montañas,

a disfrutar de la pausa al descubrir el amargo del café sin azúcar (2),

a caminar escuchando mis pasos en el bosque y el susurro del aire entre las copas de los árboles,

a viajar para seguir descubriendo el mundo que existe más allá de mis fronteras,

a enamorarme con una mirada cómplice,

a seguir aprendiendo y esforzarme cada día por ser la mejor versión de mi mismo,

a no rendirme y seguir luchando,

a seguir agrandando en los años que me queden este poema con otros versos de la vida….

y es que “en mi pecho, el reloj de sangre mide el temeroso tiempo de la espera” (2).

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(1) Siempre creí en la sabiduría que uno puede llegar a encontrar en los bares: “antes de echar azúcar, hay que probar el café”; recibí esta frase como una analogía sobre vida y sobre las personas del camarero de «El último mono«).

(2) Verso de “La espera”, de Jorge Luis Borges, Antología poética 1923-1977, página 146.

El 13 del 11 un 23 del 12.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 23 diciembre 2020 by Jdcc

El día treinta de septiembre de 2.019 estaba aún en el aeropuerto de Amsterdam, mi ciudad pendiente, regresando de un viaje increíble e inolvidable por la costa oeste de Estados Unidos como regalo y epílogo de un apoteósico final de carrera universitaria y como prólogo de lo que estaba por venir.

Sin pensármelo demasiado y sin tiempo para recuperarme del esfuerzo de la carrera decidí aprovechar la ocasión que me ofrecía la vida y prepararme otras oposiciones en un tiempo que se preveía inverosímil, así que al día siguiente de bajarme del avión me planté, como hice casi una década atrás, en Aula Malacitana para ponerme otra vez en sus manos, de nuevo para otro reto “imposible” para mí, pero consciente de que la diferencia ahora entre aquella vez y ésta era yo, quien fui, quien soy, lo vivido, lo sufrido, lo superado, mi crisálida, mi metamorfosis personal. La diferencia es que ésta vez no quise afrontarlo como un sueño inalcanzable sino como un objetivo a conseguir, y lo hice con una consciencia y una claridad raras en mí: estaba dispuesto a romper mis propios límites personales y eliminar cualquier creencia limitante.

Y a ello me puse de nuevo, renunciando a un temario reducido y asumible opté por los ocho tomos completos e inabarcables del temario para, otra vez, encerrarme, para otra vez ponerme en “modo hormiguita”, hora a hora, día a día, invirtiendo vacaciones, semanas sin sueldo, domingos, festivos, mañanas frías, tardes de biblioteca, noches solitarias, otra vez luchando contra la maldita cabeza, contra los miedos, los imprevistos, las derrotas, las emociones, los contratiempos, los desánimos, otra vez, otra vez, otra vez….todo otra vez durante cinco largos, inacabables y duros meses.

Pero también ocurrió que atendí adecuadamente a mi instinto, recuperé mis pautas, mis manías, mis disciplinas, mis protocolos y llegó el primer examen y lo aprobé, y luego el segundo examen, y lo superé. Así que tocó volver a continuar luchando por este sueño e ir a por el tercer examen. Fue el 23 de Febrero de 2.020, justo semanas antes de una ignorada pandemia mundial que nos alteraría toda la vida tocaba desplazarse de nuevo a Barcelona. El 13 del 11, tras más de nueve meses de espera salieron las notas y ha ocurrido… otra vez: objetivo cumplido.

Hoy, 23 del 12, mientras escribo, escucho de nuevo ese replicar de las campanas de la iglesia como lo hacía en esas largas y solitarias tardes de invierno. Ahora miro de nuevo el cielo nublado a través de la ventana. Todo parece igual por unos segundos, pero no, no es lo mismo. Ahora se que una década de proyectos se ha cerrado, se ha acabado, con un resultado que ni en el mejor de los planteamientos podría haber previsto tras una lucha incansable y que durante mucho tiempo pareció no tener fin. Ya no quedan asuntos pendientes en este terreno, ya no quedan espinas clavadas. El sabor de la derrota, ese que tantas veces probé y llegué a pensar que formaba parte de mi ADN, resultó particularmente didáctico, pero el sabor de la victoria es dulcemente embriagador e infinitamente más satisfactorio, y ahora se de qué pasta estoy hecho aunque me cueste creerlo a veces.

Gracias de nuevo, como hace diez años y como no, a Aula Malacitana por acogerme siempre en el último momento y hacerme un hueco en su casa, en su historia, de la que me siento parte. Ya no descubro nada. Esta vez fue igual de duro y no hubo tanto tiempo, pero no existe objetivo frente al que una voluntad inquebrantable y decidida pueda resistirse.

Gracias a tí, cuando leas esto, que te reconoces, por tu impulso, por contar, por estar.

Y ésta nueva victoria de mi vida que ahora saboreo, se la dedico a mi abuelo, que tanto me enseñó de letras y números y que hoy sí, estaría orgulloso de mí; y a su hijo, mi padre, que por desgracia nunca estuvo; y a mi madre, que siempre está. Pero especialmente me la dedico a mí que me toca soportarme y superarme cada día de mi vida para, poco a poco, ir aprendiendo a quererme, disfrutarme y valorarme más. A mí, sí a mí, al único que sabe realmente cuánto sufrí, cuánto lloré, cuánto empujé, cuánto superé. A mí, orgulloso de mí, sí de mí, por mi instinto, por mi voluntad inquebrantable, por mi desconocida fortaleza en los peores momentos, por mi constancia, por mi resiliencia, mi disciplina y mi templanza. ¡Ole mis cojones!

P.D.(1): Una vez, en un recodo de un sendero cualquiera del Camino de Santiago encontré pintada una frase: «Dont´t stop walking». Esa frase me la grabé a fuego en mi cabeza y en mi alma y desde entonces se convirtió en mi mantra particular en los peores momentos académicos y vitales.

P.D.(2): Lo mejor es que lo mejor está siempre por llegar.

Un pedacito de historia (Parte segunda).

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , , on 11 diciembre 2020 by Jdcc

El nombre que había en la lápida del Cementerio Inglés de Málaga era el de Sydney James Knowles, la fecha (de su muerte) treinta y uno de julio del año dos mil doce, el nombre del pueblo era Coín (Málaga) y mi pequeño trocito de historia dio comienzo un par de semanas antes de su fallecimiento. A modo de resumen la cosa resultó tal que así.

Mr. Knowles, nacido el tres de septiembre de mil novecientos veintiuno, sirvió como buzo en la Royal Navy británica durante la Segunda Guerra Mundial, pero fue justo una semana y un días antes de su muerte (el 23 de Julio de 2.012) cuando, en mi puesto de trabajo en Coín, pudimos concluir una solicitud de cooperación internacional recibida desde la Oficina de la Comisión de Persecución de Crímenes contra la Nación Polaca de Varsovia. Lo que debíamos hacer era localizar a Mr. Knowles para que prestara declaración con el fin de ayudar a esclarecer un supuesto sabotaje del avión Liberator Mk II que, tras despegar en plena II Guerra Mundial el 4 de Julio de 1.943 desde Gibraltar, fue al parecer saboteado con el fin de liquidar, entre otros, al primer Ministro y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas de la República de Polonia. El aeroplano, tras dieciséis segundos en vuelo se estrelló en el mar. Resultó que Mr. Knowles fue uno de los buzos que acudió al rescate del avión y de los cuerpos que viajaban en él.

La tarea de encontrarle no resultó fácil porque se encontraba hospitalizado en sus ya últimos días de vida. Sin embargo, tras darle el alta hospitalaria pudimos concertar una cita para tomarle declaración. A pesar de su avanzada edad y deteriorado estado de salud, mantenía la cabeza y sus recuerdos en perfecto estado de revista pudiendo responder a todas las preguntas sobre el incidente que requería la comisión de investigación polaca.

Fue breve, fue distinto, fue curioso, fue especial, fue motivador, fue sorprendente y fue apasionante llevar a cabo esa tarea de encontrarlo en el año dos mil doce. «Encontrarlo» de nuevo al cabo de los años de esta forma tan inesperada y acariciar tan suave pero intensamente una historia de la historia otra vez (la vez anterior fue Tras los pasos de William Wallace) resultó algo simplemente increíble que me sigue poniendo la piel de gallina cuando lo recuerdo y sobre todo cuando tengo ocasión de contarlo.

Autor del libro «A diver in the dark» («Un buceador en la oscuridad»), Mr. Knowles pertenece ya a mi historia personal tanto como él a la intrahistoria del mundo dentro de unos de los mayores y trágicos acontecimientos del hombre, la Segunda Guerra Mundial, donde la vida de muchos grandes hombres quedó empequeñecida por la brutal inhumanidad de otros.

R.I.P., Mr. Knowles.

Algunas referencias sobre Mr. Knowles:

Plaza de la Merced: Monumento homenaje sobre la cripta del General Torrijos y sus hombres....excepto uno.

Plaza de la Merced: Monumento homenaje sobre la cripta del General Torrijos y sus hombres….excepto uno.

Monumento homenaje a Robert Boyd (derecha) y justo a su izquierda, lápida de Mr. Knowles.

Monumento homenaje a Robert Boyd (derecha) y justo a su izquierda, lápida de Mr. Knowles.

Un pedacito de historia (Parte primera).

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , on 5 diciembre 2020 by Jdcc

Algunos de ustedes que de vez en cuando se asoman a ésta, mi pequeña ventana al mundo, ya supondrán de mi afición a la historia. Hace algún tiempo contraté una ruta cultural por Málaga (ver Cultopia) para conocer la vida y obra del General Torrijos (José María Torrijos y Uriarte para más señas – ver también Asociación Torrijos-1.831), su relación con esta ciudad, y el cementerio Inglés de Málaga. A modo resumen la cosa resulta y comienza tal que así: a principios del siglo XVIII la corona de España estaba entre Carlos IV (el padre) y Fernando VII (el hijo del padre). Napoleón entra en España entre su impulso conquistador imparable y la negligente torpeza/codicia del padre y el hijo. Entre medias surge la Constitución de 1.812 (una de las pioneras y de especial relevancia a nivel europeo en esos momentos por los derechos y libertades que incluían….. por muy normales que nos puedan parecer ahora). Expulsado Napoleón tras la guerra de la Independencia, el hijo regresa y se pasa por el forro todas sus promesas de respetar esos derechos y libertades. Al poco tiempo, una serie de militares liberales pretende reivindicar y pelear por ellos contra viento y marea….a pesar de la mano negra del hijo. Uno de aquellos militares fue el General Torrijos quien, medio engañado, y en busca de ese propósito desembarca el 2 de Diciembre de 1.931 en las costas de Málaga (por la zona de Mijas / Fuengirola). Tres días después es apresado, mientras aguardaba su momento, en la sierra de Cártama. Sin más proceso ni juicio que la despótica, inepta y caprichosa decisión de Fernando VII, Torrijos y sus hombres serán fusilados el día 11 de Diciembre en las playas de Málaga (puedes ver ese momento aquí, o si quieres saber más aquí). Fin de la historia….. o no, quien sabe. Aunque sí, es el principio de ésta, la mía: mi pequeño pedacito de historia.

Un lado de ese trocito de historia fue gracias a la pandemia mundial por Covid-19 y a un amigo profesor de historia, su infinita inquietud por las cosas, nuestra común pasión por las bicis y una amistad de casi veinte años. Gracias a todo eso pude visitar el lugar en el que aquel 5 de diciembre de hace más de un siglo, apresaron a esos hombres que se jugaron el tipo y la vida por defender unas creencias y las libertades de todos. En una tarde mágica de reencuentro, charla y pedaleo en mitad de la pandemia mundial, me llevó a descubrir ese pequeño rincón perdido de la historia que está casi a tiro de piedra y que, para la mayoría, resulta un lugar indiferente o desconocido.

El otro lado de esta historia se enlaza con esa ruta cultural sobre Torrijos que comienza en -mi amada- plaza de la Merced cuyo centro está presidido, a modo de monumento homenaje, por un obelisco situado sobre un terreno que es la cripta donde residen los restos del General Torrijos y el de todos sus hombres fusilados….bueno, todos excepto uno, un militar irlandés llamado Robert Boyd. Éste, como protestante, fue enterrado en el Cementerio Inglés de Málaga, punto final de la ruta. Allí, durante la visita, además de la magia del lugar, las  múltiples e increíbles anéctodas históricas que guarda y de los personajes que descansan (como Jorge Guillén o Gerald Brenan), mientras paseaba y observaba el monumento a Robert Boyd escuchando su historia, de repente, por pura casualidad, sin quererlo, sin buscarlo ni pretenderlo, justo al lado, me fijé de soslayo en la lápida sobre una tumba como me había fijado en otras, pero al leer las palabras grabadas en la piedra, instintiva y repentinamente me volví bruscamente hacia ella. Volví a leerla. Tuve que entornar los ojos y fruncir el entrecejo. Una sensación extraña me invadió. Me quedé pensando por unos instantes intentando encajar las piezas y poco a poco me fui evadiendo de la explicación del guía hasta dejar de prestarle atención y transportarme a otro tiempo y otro lugar dejando de estar allí presente porque me pareció algo increíble. En la lápida había grabado un nombre, un nombre que no conocía -o eso pensé yo- pero cuyo eco resonó lejos en mi memoria sin saber por qué; una fecha reciente, no muy lejana en el tiempo; y el nombre de un pueblo, tan familiar para mí, que no podía ser casualidad……..[CONTINUARÁ].

 

Alquería de Mollina, lugar de refugio y apresamiento del General Torrijos y sus hombres.

Alquería de Mollina, lugar de refugio y apresamiento del General Torrijos y sus hombres.

 

 

 

El horizonte de sucesos.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , , , , on 27 noviembre 2020 by Jdcc

Qué delgada, qué fina y qué inapreciable es la línea que separa algunas cosas de la vida, ¿verdad?. Qué delgada y qué fina, como la piel que nos mantiene aislados del mundo. ¿Sabían que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano? Seguramente la mayoría desconozca incluso que está considerado como un “órgano”. Su grosor medio suele ser de un milímetro, aunque según la zona puede oscilar entre el medio milímetro y los cuatro. La piel actúa como termoregulador, es uno de los principales órganos sensoriales y protege al organismo de todo lo que le rodea, de todo el espacio exterior…..sólo un par de milímetros separan el interior de nuestro cuerpo del resto del universo, ¡vaya milagro!.

Qué delgada, qué fina y qué inapreciable es la línea que separa algunas cosas de la vida, ¿verdad?. Como el amor del odio; como la frontera imaginaria de los países, como la vida de la muerte, como la verdad de la mentira.

Una mentira es como un rayo de luz en un agujero negro. Según Stephen Hawking (1), un agujero negro es un conjunto de sucesos que ocurren durante el «colapso gravitatorio» de una estrella, en una región del espacio tiempo, desde donde nada -ni siquiera la luz- se puede escapar y alcanzar a un observador lejano situado al otro lado. Su frontera se denomina «horizonte de sucesos» y coincide con los caminos de los rayos luminosos que están a punto de escapar del agujero negro pero no lo consiguen y nunca lo conseguirán. Luego, incluso, podría darse lo que se denomina una entropía, un aumento de ese horizonte de sucesos -esa frontera- cada vez que cae materia en el agujero negro. Cualquier persona que miente a otra la empuja a través de esa frontera, a ese horizonte de sucesos de donde ya no se puede escapar. Las personas que alimentan las mentiras, producen una entropía con cada una de ellas.

En el otro extremo, como símil de lo que se conoce como hipótesis débil de la censura cósmica, tenemos a la persona que sufre la mentira. Ésta, protege al observador que se queda fuera del agujero negro -el que miente- de las consecuencias de las crisis que, ante cualquier predicción, tiene lugar, pero ya no puede hacer nada por aquel al que empujaron al horizonte de sucesos.

Por suerte, según Stephen Hawking, los agujeros negros podrían detectarse -y por tanto evitarse- porque, aunque no emitan ninguna luz, se hacen notar gracias a la fuerza gravitatoria que ejerce sobre los objetos cercanos. Es decir, se les identifica por las cosas que le rodean. Por ello siempre es mejor evitar acercarse a uno de ellos porque de lo contrario, serás hecho añicos por la diferencia entre las fuerzas gravitatorias en los extremos más lejano (las verdades) y los extremos más cercanos (las mentiras).

Dado que en los últimos meses he estado afrontando -otra vez- una de esas eternas rectas finales voy comprendiendo que la vida no tiene rectas finales, que es la forma en la que afrontas las cosas lo que hace el camino más o menos empinado, recto o curvo. Pero ocurre que cuando vives por primera vez lo que nunca viviste, el corazón siente por vez primera lo que nunca sintió.

Me ha costado mucho entender esta mecánica de la vida, esta mecánica del corazón, donde las mentiras, por ejemplo, lo que esconden en el fondo de sus profundas y oscuras sombras son grandes verdades que tememos afrontar y reconocer así como en la mecánica cuántica cada partícula tiene su antipartícula con la que podrá aniquilarse en un destello luminoso. Y es que “cada mentira que decimos supone una deuda a la verdad, y tarde o temprano esa deuda se paga” (2).

(1) “La historia del tiempo”, S. Hawking; páginas 121 y ss.

(2) Valery Legasov, en su discurso en el juicio por la catástrofe de Chernobyl.

De la perversidad de los prejuicios.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , , , on 21 septiembre 2020 by Jdcc

No hace muchos días, inspirado por un programa en televisión, decidí regalarme una deseada y ansiada escapada motera por la serranía de Ronda (Málaga) para ver la conocida como Cueva del Gato. Ya puestos, también decidí con tal de alargar un poco la escapada, visitar otra conocida como Cueva de la Pileta. Entre medias, para todo ello, reservé una noche en un pequeño pero, a la postre, mágico y encantador hotel cercano:  Hotel Cueva del Gato. Tras darme una vuelta en moto reconociendo algunos pueblos de la zona y cenar algo volví al hotel antes del anochecer. Dando un paseo por las instalaciones y observando el huerto ecológico del que disponían, entró un muchacho en un vehículo rotulado, se bajó, y por la ropa me pareció un operario, un «currante», que en tono afable me preguntó: «¿todo bien?». Yo, sorprendido de que se dirigiera a mí, respondí: «¿trabajas aquí?»; «sí, soy el dueño», me dijo. La sorpresa fue mayúscula. Con el término «dueño» automáticamente imaginé alguien distante, autoritario, desconfiado, etc., no se muy bien por qué. El aspecto y la actitud inicial me habían secuestrado con la perversidad de los prejuicios. A partir de ese momento, tras varios comentarios formales de rigor me invitó a una cerveza e iniciamos una larga charla que me llevó a ratificarme en lo que hace tiempo leí y siento: descubrir lugares y conocer personas son la verdadera experiencia de la vida y la auténtica medicina contra las ideas preconcebidas. Compartió conmigo sus inquietudes, sus creencias, sus temores, sus proyectos vitales y profesionales. Con treinta y tres años resultó ser un afamado y emprendedor chef gaditano dueño, entre otras cosas, de una escuela de cocina, varios camiones foodtrucks de época y una asesoría de empresas de hostelería bien relacionada que combina en todas sus actividades una increíble labor social integrando a personas en exclusión social, invidentes y otros grupos con problemas. Además de todo ello, padre de tres hijos. No salía de mi asombro por la capacidad de ese hombre y la humildad y el cariño con el que hablaba de las cosas. Me explicó, como una de sus grandes inquietudes, la recuperación de la sabiduría popular y las costumbres rurales de nuestros mayores (cosa en la que coincidí, ¡y para muestra un botón!: Un cateto de ciudad.) y, especialmente, de la memoria culinaria de los pueblos para lo cual, entre otras cosas, se embarcó en entrevistar a numerosas personas ancianas de residencias de mayores de la zona dando como fruto un libro: «Despensa de Recuerdos». El entorno y la charla fueron más que asombrosas y enriquecedoras. Al volver a la habitación la curiosidad me hizo buscar más información en internet y quedé aún más sorprendido: vaya tipo en aquel recóndito lugar. A la mañana siguiente, en el desayuno, conocí a Toñí (su «lugarteniente» en el hotel) y a Fran, otro ayudante. También entablé conversación con ellos y me contaron la experiencia de trabajar con Miguel (el protagonista de esta historia), todo lo que había conseguido por él mismo y la increíble labor conjunta de levantar ese hotel, cuanto esfuerzo, sufrimiento, tiempo, vida personal y cariño invertidos que, entre todos, suponían la argamasa de esa historia. No es habitual que personas hablen con tanta admiración y cariño de otras personas, menos aún cuando es el jefe, pero es que el jefe hizo lo mismo la noche anterior respecto de sus empleados. Por cuestiones que no vienen al caso me sentí plenamente identificado y la conversación entró en un terreno profundamente emocional para mí al empatizar con un proyecto que empieza de cero donde vuelcas todo lo que tienes sin medida ni horarios. Concluimos que las personas que forman un equipo son la sal de la tierra en cualquier empresa, que el esfuerzo compartido, el apoyo mutuo, la sinceridad, la comunicación y el saber escuchar al otro son el agua y la luz cuando se quiere sembrar algo en cualquier ámbito.

Entre charla, gestos, anécdotas, bromas y risas me terminé el desayuno, recogí mi breve equipaje y, al poco, partí con mi regalo inmaterial -la experiencia-, con mi regalo material -una bolsa de hortalizas de su huerta ecológica que entregan a todos los clientes- y mi moto para recorrer las indescriptibles carreteras de la serranía de Ronda, la sierra de Líbar y Sierra Bermeja; a conocer la Cueva de la Pileta (¡increíble!), a bañarme en las refrescantes aguas de algunas pozas de río que el camino me quiso regalar y a sentirme libre volando sobre dos ruedas emborrachándome de naturaleza para confirmar que no siempre se necesita un plan, tan sólo salir a rodar para llenarte con un desorden de emociones.

 

La moto y la cueva; la cueva y la poza; la Sierra de Ronda, la Sierra de Líbar y la Sierra Bermeja......y el camino sin rumbo ni destino.

La moto y la cueva; la cueva y la poza; la Sierra de Ronda, la Sierra de Líbar y la Sierra Bermeja……y un camino sin rumbo ni destino.

Carreteras secundarias.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , on 6 septiembre 2020 by Jdcc

Hay personas a las que les gusta llegar rápido a todos los sitios, por eso no buscan carreteras secundarias. Esas prefieren las grandes autovías con muchos y anchos carriles donde se puede uno agarrar fuerte el volante y alcanzar altas velocidades que te lleven cuanto antes allá donde uno va. Y es que hay gente a la que le gusta reducir los tiempos y los tránsitos para alcanzar sus destinos sin retrasos, sin interrupciones, sin altos en el camino y sin paradas improvisadas que distraigan el objetivo. Y eso puede estar bien, hay personas y momentos para todos los gustos. Sin embargo, últimamente soy más de buscar a propósito carreteras secundarias donde dejarme llevar para perderme, descubrir y encontrarme los momentos y los lugares que no estaban previstos en los mapas. Esos caminos alternativos y menos señalizados que se adentran por lugares poco transitados donde se respetan otros tiempos, otros espacios, los silencios y las esencias de las cosas. Suelen ser caminos estrechos de asfalto raspado donde debes prestar atención a cada curva, a cada recta, a todo cambio de rasante. Suelen ser caminos alternativos donde sorprenderse con perfiles sin moldes y horizontes inquietos ante grandes montañas, grandes valles, grandes bosques, extensos desiertos o mares infinitos, caminos todos que te hacen conectar con el mundo, con la vida, contigo. Son las carreteras secundarias, como alternativas a las grandes autovías por las que a menudo circulamos cada día. Yo busco otra forma de conducir como si fuese otra forma de vivir, lejos de las prisas, de los lujos, de los estereotipos, de los momentos impuestos y de las pautas marcadas pero cerca de los pequeños instantes, de los latidos, de las miradas encontradas, de las sonrisas cómplices, de las lentas y suaves caricias. La vida surge en las carreteras secundarias, cerca de mí, cerca de tí.

 

La vida surge en las carreteras secundarias…

Día de playa.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , on 8 agosto 2020 by Jdcc

Soy mar. El salitre y la sal forman parte de mí. A pesar de eso, no acostumbro a estar un día entero en la playa pero a veces, puede ser muy apetecible si encuentras un lugar adecuado. Búscate un rincón apartado de la costa turística, si no lo más alejado posible al menos lo más virgen posible de hoteles, chiringuitos y paseos marítimos con gente y coches que deambulan constantemente. Búscate un refugio de esos huérfanos de aceras donde el acceso a la playa es una aventura en sí mismo bajando por un acantilado. Búscate una de esas playas donde el agua del mar no te esconde nada por lo clara, limpia y transparente, tanto que verás el fondo desde lo alto del acantilado antes de bajar. Da igual arena fina o de guijarros, todas son buenas. Disfruta de la caminata al bajar y deja de verlo como un problema, forma parte del encanto. Busca un hueco para ti, planta esa sombrilla, tiende tu toalla, coloca tu bolsa o tu mochila y no demores ese primer contacto con el agua que tendrá la temperatura perfecta tras el esfuerzo de la bajada, déjate caer y nota la piel erizándose de alegría al sentir el frescor del agua. Túmbate al sol después y vive las lentas y simbióticas caricias que los rayos te proporcionan para secarte el cuerpo mojado. Olvida el móvil y llévate un buen libro. Tampoco desatiendas el aspecto culinario. La playa es un magnífico sitio para darle gusto al paladar. Algún aperitivo y un cerveza bien fría son imperdonables. Luego, aunque un bocadillo es siempre buena opción, me inclino por una buena tortilla de patatas con cebolla, o una ensaladilla de pimientos asados o incluso salmorejo, aunque particularmente me encanta un buen plato de pasta acompañado de un lambrusco bien frío. Todo sabe mejor. ¿Y qué me dices de la siesta? ¿Hay siesta mejor en el mundo que tumbado a la brisa del mar? Al atardecer, espera a que la gente empiece a abandonar la playa, es posible que aparezcan algunas nubes y el día se enfríe un poco. Aprovecha el atardecer y nada tranquilamente hacía el fondo cuando el mar esté en calma, escucha el tibio ruido del agua al bracear y el crujir de las piedras del fondo del mar con la marea cuando sumerjas la cabeza. Gira el cuerpo y colócate boca arriba un instante, flota y abandónate a la respiración con los ojos abiertos al cielo. Relaja todo el cuerpo, nota la profundidad. Retén dentro de ti las sensaciones con el movimiento del agua, el cuerpo y siéntete libre entre la infinita hermandad del cielo, el mar y tú como nexo en ese universo durante ese breve instante. Yo no se qué es la felicidad, pero para mí, esa sensación se le debe parecer mucho. Luego toca regresar, subir la pendiente. Pero no pienses en eso, recréate en las vistas conforme subas y no dejes de mirar a esa perfecta línea del horizonte que une el cielo y el mar, deslúmbrate con esa inmensidad. Cierra un círculo de placer con todos estos pequeños grandes lujos que nos ofrece la vida y que suponen una fiesta para los sentidos.

abandónate..... y siéntete libre entre la infinita hermandad del cielo, el mar y tú

abandónate….. y siéntete libre entre la infinita hermandad del cielo, el mar y tú.

La mala educación

Posted in Historias del día a día with tags , , , on 1 agosto 2020 by Jdcc

Hallábame hace justo una semana sentado en una terraza cercana, bien delimitada contra el imprudente o despistado paso de potenciales intrusos coronavíricos, disfrutando en unos de los mejores bares de tapas de la zona, cerveza fría en mano, cuando el acto cotidiano de sacar dinero de un cajero consiguió arremolinar mis más incendiarias furias inoportunas. Les cuento: veo llegar a una moza, ni joven ni vieja, sin mascarilla ni elemento protector alternativo o sucedáneo y se dispone a operar en el cajero. Nada de particular. Brazos en jarra en modo fallera, una pierna muy estirada y la otra semidoblada en la que se apoyaba, camiseta de tirantas verdes, pantalón corto apretado y calzado chancletero. Comienza a tocar -con tan poca delicadeza que parecía que el cajero chillaba- los botones del cajero directamente con los dedos (nada de guantes, llaves u otros elementos que la protegieran del contacto previo de otros dedos) y, en un primer acto veo que el cajero emite  un ticket / resguardo, la buena moza lo extrae, lo examina con desprecio y de repente, en un movimiento casi flamenco lo revolea por el aire dejándolo caer al suelo siguiendo con atenta indiferencia la pantalla. Yo pensé: ¡lástima! si hubiera alguna papelera cerca, seguro que la buena moza, no se hubiera visto obligada a hacer eso. No había terminado de pensarlo cuando veo esa «peaso» de papelera justo en el cajero a la altura de las manos de la buena moza. Pero es que no había terminado aquel pensamiento y este descubrimiento cuando la buena moza extrae un segundo ticket/resguardo que revolea con el mismo arte flamenco dirección suelo con absoluta indiferencia. Yo, asiduo usuario de los cajeros, se que antes de expedir ticket la maquinita pregunta si quieres imprimirlo, pero supongo que si hay quien no ve más allá de sus narices, no ve más allá de sus manos. Mi «momento indignación» no tuvo freno (cosa poco habitual en mí por cierto, que acostumbro a la mesura y acatamiento social) y justo cuando la buena moza se iba aireando sus pelos al viento le suelto en tono amable pero ligeramente irónico: «disculpa, ¿has visto lo que hay justo en el cajero, eso metálico?», ella, despistada parece no saber que me dirijo a ella, reacciona, me mira y le repito: «digo que si sabes para que sirve eso metálico que está en el cajero» (refiriéndome a la papelera, of course)» La moza se vuelve hacia el cajero como asustada con gesto de «¿se me ha caído algo?, gracias mushacho pero no veo nada, ¡no se que me dices!«. Como no pilla la ironía, of course, me repregunta, y como me voy encendiendo le recontesto ya con tono irónico en nivel volcánico: «¡¡que si no has visto el recipiente metálico del cajero!! ¡Se llama papelera!«. La moza, ahora sí, entiende de repente mi ironía e indignada me responde así de literal, os lo juro: «¡no los he tirado!, ¡se me han caído!.. y ¿¡¿no pretenderás que me agache a cogerlo y me contagie del virus?!?! ¿Verdad?» (post-it mental recordatorio al lector en este punto sobre esa mascarilla que NO llevaba y esos dedos restregados por todas las teclas del cajero automático sin pudor). No salía de mi asombro ni de mi indignación, palabrita del niño Jesús. En algún momento dudé si le soltaría o no lo que se me pasaba ya por la cabeza dada su respuesta porque me indigné mucho/muchísimo: «¡guarra, mentirosa, floja, mal educada!»; esto fue lo que pensé en decir, pero en realidad me contuve y lo que solté fue: «¡pero cómo que se te han caído, si te he visto tirar los papeles al suelo directamente uno detrás de otro!». La buena moza no dejaba de decir gilipolleces para justificarse mientras aligeraba el paso para quitarse de en medio. En fin.

Sinceramente me indigné mucho, muchísimo y ya no se si era con la buena moza, conmigo, con el mundo, con mi pasado, con mi presente, con mi futuro o con el universo entero. Reconozco que me ocurre cuando reflexiono sobre las injusticias del mundo en general y cuando personas que se cruzan en mi vida niegan, tapan o esconden las cosas más evidentes que se presentan ante los sentidos en un intento de no se qué en realidad.

Con la buena moza se fue mi siguiente conjunto de pensamientos intentando adivinar el escenario donde ella iba a relatarle a su pareja/conviviente, madre/padre, hermana/hermano lo que acababa de pasar. Viendo su respuesta jugué a adivinarlo y por dios os juro que apostaría mi brazo izquierdo a que sería algo así: «¡¡no veah illo lo que me ha liao un tío ahí abajo en el cajero porque ar zacá dinero ze ma caío un papé al zuelo!!…..digo, ¡er tío!, que quería que me agachara y tó a cogé er papé del suelo con tor tema del viru y tó!! zerá hilipollah er tío!!!   

Que puta es la vida a veces queridos amigos, pero así es ella: «siempre serás el malo en una historia mal contada»…..verdad, verdadera. ¿O no?

 

 

 

El once y la estrella.

Posted in En la retina... with tags , , , , on 11 julio 2020 by Jdcc

Voy ligado al número once desde el día en que nací. Aunque no creo mucho en las cosas que uno no puede tocar, ver u oír, lo cierto es que mi vida ha seguido girando alrededor de ese número y en más de una ocasión, vinculado a él, encontré el amor, la muerte, la gloria y la derrota. Así es la vida. Al final deja uno la puerta entreabierta a ciertas creencias cuando la experiencia contradice la teoría de lo que pensabas con firmeza. Y fue en once también cuando todo cambió, cuando todos fuimos a una, cuando todos fuimos uno, cuando todos sentimos lo mismo, cuando todos fuimos iguales, cuando todos golpeamos aquella maldita pelota en aquel segundo infinito para conseguir aquella maldita estrella. Quizás por eso fue imparable. Quizás por eso fue tan hermoso. Y es increíble lo que puede llegar a lograr el deporte y la competición con los sentimientos y las emociones. Aquella tarde noche de hace diez años todos fuimos uno y todos fuimos a una, y no resultó tan difícil. Sólo fue cuestión de centrarse en todo eso que nos une. Aquella tarde noche todo un país fue un país sin banderas ni fronteras, y nada pareció algo imposible, y todo resultó tan fácil…

Tortilla de patatas con cebolla.

Posted in Historias del día a día with tags , , on 1 julio 2020 by Jdcc

     Si alguna revolución ha provocado esto del confinamiento por la pandemia mundial ha sido sin lugar a dudas la motivación extra del personal en el quehacer culirario diario y doméstico donde toda la peña se lanzó a los fogones, sobre todo en el prestigioso ámbito panadero/pastelero, hasta el punto de llegar a hacer temblar incluso las reservas de levadura de algunos supermercados. Por mi parte, en mi intención de reducir al máximo la ingesta diaria de azúcar, de mejorar en lo posible la alimentación y por supuesto en gastar el tiempo excedente, también me sumé a esa revolución de los fogones, yo, que siempre fui de menús-básicos-de subsistencia. Sin ir más lejos, hace unos días, después de estar dándole más de una y más de dos vueltas desde hacía semanas a la idea de lanzarme a la aventura de hacer una tortilla de patatas con cebolla, de repente, mientras leía cómodamente en la mecedora las increíbles maniobras de las operaciones logísticas militares en la “Operación Barbaroja”, me asaltó el irrefrenable impulso de ponerme manos a la obra sin más demora. Y a ello me puse sin pensarlo.

     Como paso previo, como mandan los cánones y como ha de ser, visualicé algún que otro video-tutorial en youtube …..of course. Luego, tras verificar que no contaba con las cantidades necesarias que proponía el video y superar esta primera decepción decidí improvisar una tortilla de perfil bajo, algo más íntima y personal, reduciendo su tamaño para una mejor iniciación en mi técnica. Preparados los ingredientes, listos todos los utensilios de cocina, a mano la receta: ¡al lío! ¡manos a la obra!. Venga esa cebollita troceada, venga ese corte fino en rodajas de las patatas y venga esa aceite bueno y sabroso a calentar y, ¡hala!…..a ponerse fuerte batiendo huevos. Comprobado el estado óptimo del punto de la materia prima en la sartén acabé el troceado de las patatas antes de pasarlas a mezclarlas con los huevos batidos y, una vez todo muy removidito, de nuevo otra vez a la sartén a la espera del gran “momento torero” del volteo de la tortilla tapadera en mano. Sí amigos, fue un momento tenso, de esos de redoble de tambor, de esos en los que la tensión se palpa en el ambiente, de esos donde peligra la vida del artista. Pero, no amigos, tengo que decirlo, incluso este momento me resultó inesperadamente simple y sencillo para toda la tensión que había provocado mi turbia imaginación. Todo me resultó como familiar, fluido. Tras varios minutos, pude contemplar el magnífico y espectacular resultado de una pequeña pero perfecta tortilla de patatas que olía de muerte y con un aspecto idílico de foto de carta de restaurante con estrella michelín. ¡¡Sí queridos amigos!!. Yo, chico thermomix por excelencia y nulo en la técnica entre fogones, me ví más que sorprendido por el aspecto de mi primera tortilla española. Y como, llegado este punto supongo que se lo estarán preguntando, ¡sí, cojones, sí! también estaba “zabrozízima”, casi como las de mi madre…y eso es mucho decir. Me sentí orgulloso de mí mismo.

     Tras recoger y limpiar todo el estropicio que lié en la cocina volví a la mecedora para retomar la lectura de los preparativos de la invasión de la U.R.S.S. por los nazis que en comparación con mi reciente labor me parecía ahora una nimiedad pero, por un momento, me detuve a pensar. Sujetando el libro entre las manos observé de lejos la tortilla en su plato. Entonces, repasé momentos de mi vida en los que tantas veces pensé que no podría hacer algo, que sería incapaz, que yo no estaba preparado, que yo no era suficiente, que sería muy difícil para alguien como yo; también pensé en las veces que me he sentido impotente, frustrado, atemorizado, dolido, bloqueado y retenido por esos mismos pensamientos: “creencias limitantes” lo llaman ciertos expertos. Luego, recordé todas las cosas magníficas que he logrado en mi vida cuando aprendí a dejar de agarrarme a esas creencias limitantes y me puse sin pensarlo manos a la obra. En el mismo minuto volví a revivir y repensar en todas aquellas situaciones que se nos plantean a todos en la vida, cuestiones materiales, emocionales, laborales o personales, donde pensando perdemos tiempo y esfuerzo en restarnos a nosotros mismos las posibilidades que la acción consigue desmentir con las realidades del esfuerzo, la lucha y la constancia de las cosas hechas con desde el corazón. Fue sólo una tortilla lo se, y puede parecer una gilipollez, también lo se, pero tanto el significante como el significado que extraje de ese pequeño instante me pareció magnífico, emocionante y abrumador….. como el sabor de una buena tortilla de patatas con cebolla.

Simplemente ahora…..

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 18 junio 2020 by Jdcc

Resulta breve, espontáneo, hermético y profundo el despistado momento en que afloro del sueño inesperado e improvisado. Tras los primeros segundos aturdidos noto las lejanas voces de la gente,el cosquilleo de la arena en los pies, el perfume a salitre, la luz intensa y cegadora y el sonido constante, tranquilo e hipnótico de las olas del mar que resulta dulce y acompasado como el mecer de una cuna.  Todo parece estar bien. Por un momento no hay fantasmas del pasado , ni dudas permanentes ni miedos del presente. Estar vivo y sano son los pilares básicos de todo esto pero la tranquilidad de espíritu resulta, a menudo, una cuestión lejana de percibir dentro de los vaivenes cotidianos. Son unos agradecidos minutos de infinita serenidad donde no hay más nubes que las que cuelgan sobre la perfecta línea del horizonte. Este es mi lugar. Esta es mi patria. Esta es mi conquista. Aquí clavo mi bandera.

 

Treinta y cinco años de adolescencia.

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , , , , , on 7 junio 2020 by Jdcc

En las cuestiones del séptimo arte se han producido muchos y profundos cambios de un tiempo a esta parte. Hoy en día casi puedes llegar a ver una película por internet antes incluso de que se estrene en una sala de cine para desgracia de los productores, pero allá por 1.985 las cosas eran muy diferentes. La mejor –y única– opción si querías ser de los primeros en ver una película de estreno y que nadie te la reventara era ir al cine donde te tocaba chuparte largas colas para comprar la entrada porque, para aquellos que no tengan edad suficiente o para los que el paso de los años les haya hecho olvidarse, no había otra forma de comprarla pues internet aún no existía a nivel “mundano” en nuestras vidas. La segunda opción, más tardía, era esperar a que saliera en “vídeo” y, para ser de los primeros, o tenías enchufe con el dueño del videoclub (*) de turno, o te recorrías todos los de tu barrio, o te tirabas esperando toda la tarde al nota que la había alquilado antes que tú y debía entregar la cinta ese día….. y rezando para que no se le pasara (para aquellos que no tengan edad suficiente o para los que el paso de los años les haya hecho olvidarse se pagaba un dinerito por alquilar la cinta de vídeo, ora sistema Beta, ora sistema VHS -porque el sistema 2000 no cuenta….. como tampoco contaba ya en aquellos tiempos-.

Sinceramente no recuerdo si me tragué largas colas en el cine, me pateé todos los videoclubs de la zona o me quedé esperando toda la tarde en uno de ellos para poder alquilarla, y tampoco puedo recordar el número de veces que la vería a lo largo de estos treinta y cinco años -la mayoría en una cinta de vídeo donde la grabé- hasta aprenderme el guión casi de memoria. Lo que sí puedo asegurar es que desde aquella primera vez en que ví los “Goonies” me convertí para siempre en uno de ellos, en un “goonie”, en uno más de la pandilla soñando con vivir otra de sus locas aventuras para poder ayudar a Mickey, para alucinar con los locos e ingeniosos inventos de Data, soportando las idioteces de “Bocazas” y riéndonos a costa de Gordi, poder pasear juntos en nuestras bicis por las calles de Astoria y ser eternamente jóvenes en los muelles de Goon. Desde aquella primera vez, os prometo, la magia de esa historia se quedó grabada dentro de mí para convertirme por siempre en un eterno adolescente hasta el día en que me hallen muerto como a Willy el Tuerto.

Perdón: olvide que “los goonies nunca dicen muerto”.

Para los más nostálgicos:

(*).- para aquellos que no tengan edad o para los que el paso de los años les haya hecho olvidarse un videoclub -según wikipedia- era/es un negocio que permite adquirir temporalmente en este caso de vídeo a cambio de un pequeño precio, un proceso también conocido como alquiler. Normalmente antes de proporcionar el artículo, la tienda pide tu información personal para hacerte cliente y datos de identificación como el DNI o un recibo para evitar fraudes y cobrar más si se atrasa el retorno de la cinta. Normalmente en los establecimientos físicos, las películas están expuestas por temáticas, separadas cada una en un pasillo o una estantería diferente. Normalmente sólo se exponía la caja de la cinta que sólo se daba cuando se alquila la película.

De las grandes cosas a las pequeñas.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , on 18 May 2020 by Jdcc

No. No fue como la esperé. Es cierto, me confieso. Pero también es cierto que con el tiempo, uno aprende a vivir mejor con lo que tiene y con lo que le viene intentando no necesitar caminar siempre con esa mochila tan grande con la que a veces tiramos de cosas pendientes, de errores, de torpezas, de carencias, de exigencias, de frustraciones, de anhelos, de esperanzas, de tropiezos, de desengaños, de deseos, del futuro que nunca llega. Todo pesa demasiado en ocasiones para un viaje largo, y yo prefiero viajar ligero con el equipaje de mano de las cosas importantes.

No. No es como la pensé. No he podido viajar ni por España ni al extranjero, ni tachar de la lista algunas de mis ciudades pendientes, no he podido hacer esas ansiadas rutas de senderismo ni esas escapadas de fin de semana en moto, ni tampoco disfrutar de las tardes primaverales de Cabo Pino ni de los atardeceres mágicos desde las Dunas de Artola. No he hecho nada de eso. Pero con el tiempo, en este tiempo, sí he hecho otras muchas cosas que nunca pensé y he aprendido a ver y sobre todo a valorar un tesoro de infinitas cosas pequeñas que se esconden detrás de todo lo grande y que se muestran dejándose ver a quien se detiene a observar. Lo que mejor huele de todo el gran árbol es la flor pequeña que surge de la rama que cuelga; lo que mejor sabe es el fruto que nace después.

No. Esta primavera tan larga como un invierno no es la que soñe, pero es la que es, y simplemente es la mejor que puedo tener. Y cada día es para mí un regalo que descubrir.

                   Un mágico atardecer en las Dunas de Artola

Del wolframio al metacrilato.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on 11 May 2020 by Jdcc

No hay nada como una buena crisis, una pandemia mundial o una guerra para hacer grandes negocios más allá del oportunismo, más allá de la oferta y la demanda o más allá de la escasez, y da igual que seas chino, alemán, norteamericano o gallego porque va en nuestro ADN desde que el hombre es hombre y hay muchos ejemplos a lo largo de la historia.

Desde hace un par de meses lo vemos y seguimos viéndolo en la actual situación con productos ahora básicos como las mascarillas, los guantes de látex, los botes hidroalcóholicos y, como no, con el puto papel higiénico. Ver a la gente huyendo y peleándose con carritos de compra desbordados de kilómetros de celulosa fue una imagen esperpéntica y sobrecogedora del ser humano en esencia que muy pocos podían haber imaginado. Ahora queridos amigos, en este momento de la famosa “desescalada hacía la nueva normalidad” (¡cómo les gusta los eufemismos a los super asesores!) el turno le va a tocar al jodido metacrilato, un material que iba en desuso pero al que le ha llegado la hora de resurgir de entre sus cenizas por un tiempo para hacer caja a lo grande como elemento básico de protección contra el COVID-19. Pronto lo verán… y lo pagarán.

Hace ya algunos años más se vivió en plena crisis de la II Guerra Mundial algo parecido cuando de repente a un metal escaso llamado wolframio (volframio o tungsteno) se le descubrió una aplicación más allá de lo puramente doméstico para bombillas o teles. Resultó que en pleno rearme alemán era propio para reforzar el armamento y el blindaje, así que la Alemania de Hitler se esforzó en buscarlo allá donde hubiera para engrasar bien su maquinaria de guerra pagando lo que hiciera falta. Y resultó que uno de los pocos lugares donde había “a cascoporro” fue en Galicia -España- (aunque también se encontró en Portugal y algún país de sudamérica, el enclave en la península era vital por asuntos de logística). Así que Franco empezó a frotarse las manos porque dio sin esperarlo con una forma de pagar la gran deuda que acumuló con los alemanes durante la Guerra Civil. Pero el negocio se volvió más atractivo aún cuando los aliados (EE.UU y Gran Bretaña) se enteraron del tinglado y decidieron elaborar un programa de “compra preventiva” para intentar reducir el carro de la compra de Alemania (“si me lo llevo yo, no se lo lleva otro” pensaron…. ¡¡coño, como con el papel higiénico!!) dado que el “tito Paco” cuando no se hacía el longuis se hacía el sueco en su actitud oficial de neutralidad vigilantepara sacar tajada de ambos lados (neutralidad vigilante suponía para Franco que dejar de exportar wolframio sólo a Alemania sería un acto no neutral, ¡que huevos tenía Paco!). Así, el precio del wolframio empezó a subir como la espuma hasta el punto de que el régimen vigilaba de cerca las minas para tapar el agujero que suponía las operaciones clandestinas y el mercado negro” que emergió ante el escandaloso precio que llegó a alcanzar, y sobre todo cuando llegó el día en que al presidente de los EE.UU (Roosevelt por aquel tiempo) se le acabó la paciencia con Paco y decidió el embargo a España de petróleo (entre otros productos básicos que suponían un brutal bloqueo económico) hasta que no cesara de vender a los alemanes. A pesar de ello el régimen consiguió venderle bajo cuerda a Hitler durante el primer semestre de 1.944 al menos quinientas toneladas de wolframio1.

Casi peor ejemplo es el que de un tiempo a esta parte podemos ver en el Congo con el “coltán”, otro mineral tan escaso como apreciado del que depende nuestro progreso en relación a la tecnología de los smartphone, tablets y portátiles (una cuestión irrenunciable en nuestro acomodado día a día). Supone una guerra (literal) sin cuartel por las minas para hacerse con el control de la extracción y donde no importan ni las vidas masacradas, ni la semi-esclavitud ni la explotación infantil, solo el beneficio. Y no piensen en el Congo como un país perdido allá en algún lugar de África, porque en eso son (o somos) cómplices todos los países occidentales junto con la China & company. Literal.

Y podríamos queridos amigos ir rellanando la pantalla con múltiples ejemplos, pero creo que la idea se capta rápido, ¿no?. Pero así somos queridos amigos. Así somos. Así fuimos y así seremos, como buitres al acecho de la presa. ¿Y cuál creen ustedes que será el próximo wolframio o el próximo Coltán? Seguramente, en la loca y vital carrera de los países y sus laboratorios farmacéuticos por encontrar la tan ansiada y necesaria vacuna para esta pandemia mundial encontraremos una respuesta. Pronto lo veremos…y lo pagaremos.

 

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1 Para hacerse una idea: gracias al aumento de la producción de las minas españolas, Alemania pasó de adquirir 254 toneladas en 1.942 a 927 en 1.943; pero es que en éste último año, los aliados, en base a su programa de compra preventiva tuvieron que comprar, aparte de para su consumo y de la cuota a Portugal, más de 3.000 toneladas de wolframio español (datos extraídos del libro CHURCHILL Y FRANCO: LA POLITICA BRITÁNICA DE APACIGUAMIENTO Y LA SUPERVIVENCIA DEL REGIMEN, 1940-1945 de Richard Wigg).

Un mundo sin mascarillas.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , on 6 May 2020 by Jdcc

Si eres uno de los más de cuatrocientos millones de personas que hablan español en cualquier parte del mundo, tan sólo con pronunciar la palabra “mascarilla” te habrás situado rápidamente. Parece increíble como todo ha cambiado de repente en todos los lugares del mundo, ¿verdad?. Seguramente lo parezca porque simplemente es increíble. Es algo inexplicable. Como una pesadilla o una película de ciencia ficción pero sin extraterrestres.

Después de “siete años sin primaveras” jamás pensé que la octava sería así, demostración de mi particular “principio de incertidumbre” al que intentaré aplicar también mi propia “navaja de Ockham”.

Desde que tengo uso de razón me gustó la historia. Entender la evolución del hombre como animal social desde que habitaba en las cavernas hasta viajar al espacio era y sigue siendo para mí un estímulo. Una de las cosas que me atraía era si, en cada época, las personas eran conscientes de estar “creando” y ser partícipes de la historia que otros, siglos después, aprenderían en los libros (al construir las pirámides, la catedral de Notre-Dame de París, las Cruzadas…. Etc). Por mi parte, desde luego, sí que soy consciente de este momento histórico, y me gusta serlo. Son semanas de una lucha constante entre la piel y la ropa, entre la mentira de los datos y la verdad irrefutable de las realidades silenciadas, entre la soledad de las trágicas trincheras hospitalarias y la cercanía de las personas solidarias que luchan, suman y aportan sin medir ni importarles ni el cómo, ni el cuándo ni el cuánto, entre el desierto de las calles vaciadas y el temor del individuo que se acerca, entre la lejanía del calor de un abrazo y la complicidad del aplauso en los balcones. Pocas cosas unen tanto como un enemigo común desde luego, pero la capacidad de adaptación es la clave de la vida. Viktor Frankl escribió que “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino…y es esa libertad espiritual, que no se puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito”. Sin duda, y salvando las distancias, alguien que escribió eso sobre la actitud ante la vida en un campo de concentración, es algo a tener muy en cuenta.

Una de las grandes lecciones de estos tiempos difíciles es aprender de Elsa Punset eso de que “la abundancia no es tener mucho, sino tener suficiente”. Nunca mejor dicho porque ahora resulta que todos nos conformamos con “sólo un poquito de lo de antes”. Y es que todo se vuelve normalidad cuando acabas acostumbrándote y parece increíble, porque lo es, lo que podemos llegar a tolerar o soportar con la actitud adecuada. Decía Charlotte Brontë que “si no existiese la adversidad, la prosperidad no sería tan bienvenida”…..lamentablemente. Somos así.

“La salud es la mayor posesión,

la alegría es el mayor tesoro,

la confianza es el mayor amigo”

(Lao Tzu)

El sitio de mi recreo.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 4 May 2020 by Jdcc

Todos tenemos un lugar, un rincón, una plaza, una calle donde solíamos jugar de pequeños, al menos aquellos que tenemos cierta edad y cuya infancia no crecía más que entre el asfalto y el albero con los pantalones remendados después de la merienda.

Todos tenemos aquel lugar donde dejamos nuestras primeras huellas despegando a la vida a través de la adolescencia. Todos tenemos ese rincón donde nuestros labios descubrieron el primer tacto nervioso de otros labios, donde nos abrazamos a las primeras risas de los amigos -aquellas incondicionales e inocentes-, donde lloramos, donde sufrimos, donde alimentamos frustraciones, donde nos enamoramos en algún momento, donde nos construimos como seres humanos.

Todos tenemos esos rincones donde dejamos una parte, no de quienes fuimos, sino de quienes somos; allí, ahí, atados al espacio y al tiempo. Y al menos a mí me ocurre que al transitar por algunos de ellos de forma ocasional como hoy, todo parece detenido cual fotografía, y me recreo en las imágenes de mi memoria y en los sonidos que asaltan atados a esos recuerdos y siento que algo sigue allí, ahí, inamovible, inmutable, permanente, como si aquel niño que fui -que soy- y aquel chaval que fui -que soy-, le hablara hoy al hombre que soy -que seré-; y esa conversación es pura congoja en la garganta y un tremendo pellizco en el corazón, tan intenso que me cuesta retener esa tímida, temblorosa y sensiblona lagrimilla cobarde. Entre ellos parece que hablaran de mí, o conmigo, durante esos instantes, como viejos conocidos.

Todos esos lugares son un tesoro perdido para la mayoría. Yo me alegro de mantenerlos en algún lugar y de rescatarlos de vez en cuando a pesar de ser tan extraña esa mezcla de sensaciones y el desgobierno de emociones que provoca. Por otro lado, también ayudan a situarte entre aquellas viejas expectativas pasadas, las presentes realidades cotidianas y el futuro incierto que se escribe cada día en otros nuevos lugares.

» De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo,

de nieve, huracán y abismos,

el sitio de mi recreo»

(Antonio Vega)

Siete años sin primaveras.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , , on 27 junio 2019 by Jdcc

En las últimas dos semanas me vengo acordando mucho de mi último trayecto por el Camino de Santiago; llegando a Muxia, cada paso era una profunda e intensa tortura por constantes pinchazos de dolor en las dos rodillas por un incidente durante el trayecto y que me hizo estar a punto de abandonar en las últimas etapas. Se que alguien a esto me hubiera dicho: “si no consigues acabar no pasa nada”, pero esa lección de aceptación de la derrota (incluso no verlo de ese modo) es algo que aún me queda por aprender como tantas otras cosas.

Ese día, mientras bajaba la última montaña, ante el insoportable dolor pregunté a unos hombres que estaban trabajando en el bosque cuánto podía quedar: me dijeron “unos diez kilómetros”. Cojo de las dos piernas mi moral se hundió como un cuchillo en la mantequilla. Mi cabeza explotó haciendo cálculos mentales sobre velocidad del paso, horas transcurridas y algo no me terminaba de cuadrar. Al poco me encontré con otra cuadrilla y ante mi absoluta desesperación volví a preguntar: esta vez me aseguraron tras insistir que “aún faltan unos tres kilómetros”. Mi ánimo dio un vuelco radical. Al poco un cartel me confirmó esta última información y ya iba viendo el mar y el pueblo a lo lejos. No me lo podía creer. A pesar del dolor en las rodillas que arrastraba desde hacía días me empecé a decir a modo de mantra: “ya está ahí, ya está ahí, no te rindas ahora, no dejes de caminar, no dejes de caminar, sigue adelante…”. Cuando encontré el albergue la sensación de satisfacción fue inmensa y directamente proporcional al alivio que sentí en mis piernas…..nunca olvidaré ese día ni el atardecer junto al Santuario Virgen de A Barca. Cualquiera que tenga oportunidad debería ir a ese lugar y sentarse a ver dormir el sol en los brazos del mar.

Escribo estas líneas en la madrugada del 26 al 27 de Junio. Hoy tocaba trasnochar con alguna cerveza para celebrarlo. Sin duda un día que quedará marcado para mí.

Hace siete años, tras aprobar unas oposiciones, decidí embarcarme en el reto personal de sacarme una carrera, y con ella, una espina clavada en mi orgullo personal. Por circunstancias que no vienen al caso elegí la UNED para ello.

Para alguien como yo que nunca tuvo voluntad ni constancia para estas cosas, suponía enfrentarme a un fracaso anterior. Pero empecé a caminar.

Aún puedo saborear cuanta frustración sentí en los comienzos por la falta de información y la inmensa soledad que puedes llegar a sentir en este universo “unediano”. Hoy recuerdo todas las tardes dedicadas, los libros resumidos, todas horas delante de los apuntes y el ordenador, todos los kilómetros recorridos desde mi casa al trabajo, del trabajo a la universidad y de la universidad al hogar. ¡¡Cuanto esfuerzo por dios!!. Por suerte mi compañera de vida supo tener la paciencia de soportarme, enseñarme, motivarme, cuidarme e inyectarme todo aquello que me faltaba. Sólo nosotros sabemos cuantos jirones de nuestras vidas hemos dejado por el camino. Nunca tendré gratitud suficiente.

     Muchas personas aparecieron con el tiempo. Suficientemente importantes para reflejarlos, excesivamente en número para nombrarlos (te reconocerás en mayor o menor medida si leyendo esto sabes de qué estoy hablando, porque por insignificante -o importante- que haya sido, me aportó…..no te quepa duda). Pero al final es un camino que afrontas sólo. Sólo. Y tocó enfrentarse así a todos los miedos, las carencias, las inseguridades, las sombras, los malos momentos, sacando a veces fuerzas de donde no las había. Y tocó llorar mucho algunos días delante del espejo y gritarse a uno mismo para poder seguir adelante acompañado tan solo de alguna canción motivadora de fondo. Pero todo eso al final te hace fuerte.

Es muy posible que en el futuro eche cosas de menos. Mi miedo a fracasar y la autoexigencia me lo hacían pasar mal en la época de exámenes. Lo peor, estar siete primaveras sin caminar entre sus flores ni disfrutar de ese clima perfecto, verlas a través del cristal y dejarlas pasar entregado a un reto. Siete primaveras. Dicho ahora, parecen pocas, vividas día tras día parecieron eternas en el silencio del cielo de las negras noches oscuras y solitarias.

Y hubo momentos de flaqueza, de dolor, de estar al borde del abandono….. pero es que un día de hace unos años me prometí que “en este vaivén de planes sin marcar….. no hay colisión, ni ley, ni gravedad que te pueda hacer caer aunque tiren a dar (1)”, y por eso seguí y seguí, paso a paso, día a día, hora a hora, minuto a minuto, con la misma voluntad inquebrantable del día de Muxia, hasta el día de hoy.

Y hoy miré la plataforma “ALF” de la Uned y resultó que sí, que un día todo acaba, y que acaba bien….. pero que duro fue dios, que duro fue…..aunque seguro que el recuerdo será siempre más dulce que ese día a día, como aquel atardecer en Muxía.

Orgulloso de mí, GRACIAS a todos.

(1).- Verso de la canción «Lo que te hace grande» de Vetusta Morla.

Un día de lluvia.

Posted in Historias del día a día on 31 marzo 2019 by Jdcc

Un día de lluvia siempre es un regalo, sobre todo si vives en el sur.

Un día de lluvia siempre es un regalo sobre todo si dispones de una ventana con vistas porque entonces el placer se multiplica y te elevas. Desde mi pequeña ventana al mundo puedes asomarte a un horizonte casi infinito donde poder contemplar el denso tráfico de nubes inmensamente grises, percibir el olor de la tierra mojada, captar cómo suenan las notas de las gotas de lluvia… e incluso el ruido de los neumáticos de los coches al circular se hace particularmente agradable.

Un día de lluvia siempre es un regalo para ofrecerte un día en casa, de esos de sofá y manta, acompañado o contigo mismo (la mejor forma que se me ocurre de no “estar sólo”) para relajar la mente y los sentidos. Todo lo que hagas en un día de lluvia en casa parece recubierto de una pátina especial de tranquilidad y serenidad. Incluso las horas parece acompasarse de forma extrañamente cómplice como si fuese un gigantesco mecanismo de reloj.

Un día de lluvia siempre es un regalo para hacer inventario de ideas, emociones y pensamientos y chapotear en ellos como si fuesen charcos, porque todo se recibe con una luz distinta, y hay momentos de estos días en que pareces entrar en simbiosis con el tiempo, y debates entre lo que tienes en tu vida, lo que esperas, lo que necesitas y lo que te mereces, pero todo ello desde una extraña distancia, como a través de una ventana de lluvia, desde una especie de paz, sin juzgar, sin acelerar, sin críticas, sin enfados, solo pura contemplación….como en un día de lluvia.

 

Como a través de una ventana de lluvia...

Como a través de una ventana de lluvia…

Días de biblioteca.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , on 10 febrero 2019 by Jdcc

No me cuesta reconocer que hay que ser un poco rarito (o un poco/mucho) para tener la aspiración de ser bibliotecario. Esa fue sin duda la expresión y gesto facial del tipo que me atendió en la academia cuando, hace ya años, entré por vez primera a pedir información sobre unas oposiciones: ¡¡vaya careto que puso!!…¡¡madre mía!!, no se me olvida. Pero para mí libros y silencios era una fórmula cuasimágica de pseudofelicidad. Lo sé, suena raro de cojones, pero es que lo soy con algunas cosas….¿y no es genial ser así? Pues claro que sí….y además hace mucho que dejó de importarme cómo suenan en voz alta las cosas que van susurrando o gritan dentro de mí.

Y fue así, por ese extraño impulso mío (de esos que a veces tengo y me van cambiando la vida de golpe…..¡¡y de qué manera…oigan…de qué manera!!) y gracias a la habilidad del tipo de la academia que supo desviar mi atención hacia otros horizontes más prósperos aunque también más alejados del concepto silencio, como conseguí dar con la forma en la que me gano los cuartos actualmente.

Esta anécdota me asalta sin pretenderlo justo en estos días de mis (espero) penúltimos exámenes universitarios de la carrera donde me hallo, otra vez, robándole días al calendario y horas al reloj para estudiar, esta vez, en una biblioteca. En algunos breves momentos de todas esas largas y cansadas horas, cuando hago pequeñas pausas me levanto y miro a través de los grandes ventanales que dan a la calle y observo cómo el mundo sigue girando ajeno a mis circunstancias personales pero al tiempo lo percibo, observo y veo como quien mira a través de una pecera: gente que va, gente que viene, coches que giran, que paran, que reanudan la marcha, las nubes volando en el cielo, la extraña forma de algunos edificios, el aire agitando los árboles… y todo como un mundo lejano y mudo. En otros momentos, simplemente me paseo -en silencio- a estirar las piernas y voy ojeando los estantes llenos de libros y me sorprendo encontrando algunos que ya leí y marcaron mi juventud, otros que dejo pendientes para más adelante y otros “nuevos” para mí que descubro y me llaman la atención sin saber por qué. Entonces los agarro, los abro, ojeo algunos pasajes improvisadamente y sin orden y es curioso cómo hay fragmentos de esos libros en los que voy encontrando y viviendo momentos de humor (llegando incluso a tener que disimular la risa en mitad de todo el silencio bibliotecario), otros que me hacen reflexionar sobre mi momento actual y lo vivido, y otros que me provocan todo tipo de emociones intensas e incluso dolor porque revuelven dentro de mí muchas historias….y en fin, así en la vida como en los libros y viceversa.

Y me resulta más curioso aún sentir en las horas de estos días de biblioteca en los que intento disfrutar de estos momentos tan pequeños (como mini dosis de felicidad), que a veces en realidad, lo que me ocurre en esas pausas es que accedo y me pierdo a través de esas breves lecturas a mis cloacas mentales y emocionales hasta encontrar un breve instante de paz y serenidad donde puedo llegar a leerme a mí mismo por dentro pero sin juzgarme, como a un libro, más allá de la portada y la contraportada que me recubre y me presenta al mundo, más allá de mí nombre estampado en el lomo que asoma en el estante de la vida. Y eso, aunque provoque cierta quemazón ayuda a entender muchas cosas.

Ahora suelto el libro y regreso a la tarea. Me acomodo en la silla sin hacer ruido, cierro los ojos e inspiro profundo unos segundos. Me disciplino en que hay que seguir, en que la derrota no es una opción cuando el final parece tan cercano y me agarro a un pensamiento: “Don´t stop walking”. Abro los ojos, miro un instante a través de la ventana para adaptar los ojos a la luz y respiro de nuevo con la esperanza del día en que alguien, en algún momento, se detenga delante de mi estante, y agarre el libro que soy y disfrute de lo que se encuentra en su interior tanto como lo hago yo, en estos días de biblioteca.

El mundo como a través de una pecera...

El mundo como a través de una pecera…

...la pecera desde el mundo.

…la pecera desde el mundo.

El palo del churrero.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , on 4 enero 2019 by Jdcc

Coordenadas espacio-temporales:

bar de la esquina de la plaza de la Villa de Coín (Málaga) – mañana del día de año nuevo.

Siguiendo viejas tradiciones, después de una improvisada nochevieja intentando remontar los últimos avatares de mi vida y de ir construyendo buenos y nuevos momentos, me pongo en la cola de la churrería. Sólo un cliente delante de mí. Buena señal.

Pillo al vuelo que el churrero se llama Antonio, porque todo el mundo en el bar le habla y él solo repite la misma frase con típico acento coíno: «hay que ehperá un poquito eh!, hay que ehperá!!»

Pillo igualmente al vuelo el nerviosismo de Antonio ante la aparente avalancha de peticiones de churros, aunque mirando alrededor no parece haber más gente de lo habitual.

Por mi parte, en mi entrenamiento cotidiano de trabajar la paciencia, me limito a observar y respirar sosegadamente esperando mi momento.

La gente entra y sale, y Antonio no hace más que mirar a un lado y a otro girando el cuello y moviendo los ojos con gesto nervioso pero sin moverse del sitio. Mientras la gente le echa paciencia al asunto, Antonio parece cargarse con toda la impaciencia del mundo viendo que aquello no fluye.

Comienzo a observar que la cosa no avanza tal y como esperaba. Mientras las dos camareras no paran de un lado a otro de la barra, subiendo y bajando escaleras y atendiendo mesas a las órdenes del jefe Antonio, éste, como Napoleón, permenece inmóvil e hierático en su esquina junto a la máquina de los churros con el palo (de madera) en la mano y con su respuesta automática a cada pedido: «hay que ehperá un poquito eh!, hay que ehperá!!».

Miro el reloj y en estos cinco minutos a la cola se suman dos personas, pero una de ellas se «huele la tostá» y se va al momento. El primero de la fila se vuelve y me mira con cara de resignación y con un resoplo profundo me dice: «estoy por irme». Le sonrío amable y cómplice por la espera común, pero en el fondo por mí podría pirarse ya, sobre todo cuando Antonio le pide que le recuerde su pedido: «dieciséis más doce para llevar». Joder, mi trabajo con la paciencia se quiebra y se va a tomar por culo. Ya ni observo y casi se me entrecorta la respiración. Se me debió notar en la cara. Incluso pensé en rendirme pero ni podía ni quería ceder a la derrota.

Después de casi diez minutos de ver salir con cuentagotas algunos churros escuchimizados, raquíticos y con un color horrible y pálido, Antonio, en un halo de inspiración técnica, cae en la cuenta y grita a los cuatro vientos: «¡¡a esto le falta aceite coño!! ¡¡a esto le falta aceite!!». Enfadado con el mundo suelta el palo ennegrecido de churrero, despotrica contra todo ser vivo allí presente y, demostrando que no estaba pegado al suelo, brinca con gran habilidad por la escalera abajo y sube con una garrafa de aceite bajo el brazo. De repente, esa estatua de sal que era Antonio parece un chaval recargando la máquina con aceite y la masa. Parece otro, como poseído por una criatura del averno. Tras varios momentos de intenso ajetreo, Antonio, se pone serio (más si cabe), frunce el ceño, coge el palo de churrero, gira la manivela de la máquina de churros, y empieza a arengar a la tropa: «¡¡vamoh, vamoh, vamoh que ehto estáh aquí ya!!».

Después de casi quince minutos esperando, los churros comienzan a salir en un número y velocidad incontables, y con un grosor y un color espectaculares. A la gente, que empezaba ya a protestar por la espera, como a mí, se le hace la boca agua. En menos de cinco minutos había despachado ya a todo el personal, incluido a mi predecesor, sí, ese improvisado mayorista de churros de los dieciséis más doce y, por fin, mi turno: ¡seis por favor!.

Según la escala ascendente de Osho existe el placer, la felicidad y la dicha. Sin duda, éste último nivel debe parecerse mucho a la sensación del momento en que me entregó la bolsa con mis churros.

Casi un año después…..

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , , on 16 diciembre 2018 by Jdcc

…ya os digo que me ha costado aprender que la vida no tiene nada que ver con las matemáticas.

Me ha quedado claro, muy claro. Igualmente claro como que todo llega en las infinitas coordenadas espacio-tiempo (lo bueno, lo malo, lo mejor, lo peor y lo increíble) cuando menos te lo esperas con una alternancia misteriosa y semejante a esas épocas del año en que el tiempo de los días se vuelven traviesos con el frío y el calor, el calor y el frío, confundiendo a los fondos de armario y despistando tan “interesantes” conversaciones cotidianas de oficina y ascensor.

Por eso, de un tiempo a esta parte voy aplicándome a nuevos pequeños hobbies cotidianos que me proporcionan, en ocasiones, transitorios y alternativos placeres y escozores de conciencia que ayudan a alumbrarme la tendencia a asimilar cómo las cosas que te ocurren siempre sirven para mejorar algo. SIEMPRE, como nudos atando realidades a los sueños si bien, la cuestión es saber anudar.

Algunos días levanto la vista y miro al cielo como si fuera un infinito pozo de luz y de silencio. Durante un rato, simplemente contemplo las nubes bajo ese azul radiante inventando formas y observando cómo pasan, cómo se alejan, cómo chocan entre sí, cómo corren entre ellas entremezclándose o cómo huyen confundiéndose. Como ellas y con ellas, a veces me radiografío tanto de piel hacia dentro como de piel hacia fuera, y llego a la comprensión profunda de que los pensamientos, las emociones y los sentimientos que muchas veces nos arroyan (incluyendo los negativos) son pasajeros. Vienen y van, y en última instancia se puede elegir si actúas sobre ellos o no pudiendo incluso mantenerte alejado para llegar al punto de ver que en el fondo nadie nos enfada, nos enfadamos nosotros cuando renunciamos a dibujar nuestra propia actitud; que el miedo, la vergüenza y la culpa (que nace de tanta exigencia) nos somete durante toda la vida bajo el efecto sombra si no te decides un día a pararte, darte la vuelta y afrontar la peor de las batallas contigo mismo.

Por ello, acabo reconociéndome como mi peor enemigo y mi mejor aliado de donde surgirán todos los problemas, pero a la vez, SIEMPRE, todas la soluciones.

 

Un infinito pozo de luz y de silencio

Un infinito pozo de luz y de silencio


Un cateto de ciudad.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , , , , , , on 6 diciembre 2017 by Jdcc

Parece mentira que haga ya casi quince años que, como buen españolito, me comprara una casa a toda costa para intentar construir un hogar y me hipotecara de por vida también a toda costa como era la costumbre en aquellos años. Pero lo que aún me cuesta más creer, si cabe, es cómo un tipo como yo, que lleva el salitre por las venas y que fue criado en pleno barrio urbanita de una gran capital, acabó en un pequeño pueblo del interior de la provincia. Y es que no hay nada que una buena burbuja inmobiliaria no consiga. A pesar de la perspectiva con la que se suelen engrasar los recuerdos, no me es complicado traer la sensación que se extendía por aquellos tiempo de que, “o te compras una casa ahora” o acabaras siendo un cualquiera.

Pero ocurrió, y entre el miedo a ser un proscrito sin hipoteca ni casa y las ganas de independencia acabé a más de cincuenta kilómetros de cualquier charco salado donde mojar mis pies e inhalar “mí” salitre. A pesar de ello, no puedo decir que la vida en el pueblo sea peor ni mejor: es simple y plenamente diferente…y no lo presento ahora con doble sentido, créanme.

En una de estas diferencias cotidianas hallábame dando un paseo por los múltiples senderos que se abren entre los campos y colinas que rodean “al poblado” -como me gusta referirme al pueblo-, cuando me topé de bruces con un inmenso rebaño de cabras……dirigidos por su cabrero -of course- y que bloqueaban el camino. Su imagen, que podría decirse de típico cateto, me transmitió a un ser tosco, brusco, cerrado, huraño, distante, aislado. La R.A.E. define cateto, dicho de una persona, como pueblerina o palurda, rústica, ignorante. Un seco y distante saludo fue lo único que alcanzamos a cruzar. Tras dejarlo atrás, dábale vueltas a la presencia del cabrero intentando imaginarme su existencia cotidiana: sin haber siquiera amanecido, aún con el negro de la noche, con frío o calor, en seco o mojado, palo en mano, mochila al hombro con algo para comer, gorra calada y ropa gruesa y desaliñada, le tocaría echar a andar todas las mañanas con la única compañía de sus perros a pastar con el rebaño durante todo el día, todos los días. Fue entonces cuando, comparativamente con lo que yo he conocido me inundó la abrumadora sensación de una vida perdida, desperdiciada, abandonada; pensé y sentí sinceramente: pobre hombre, vaya vida.

Como por esos días, tenía la rutina de salir al atardecer -bien en bici, bien en sistema bípedo-, empecé a coincidir con el cabrero y su rebaño en varias ocasiones. Una pizca de confianza y algo de complicidad iban arraigando en nuestros breves encuentros que se plasmaban en escuetos saludos con cruce de miradas. Por otro lado, empecé a descubrir la fascinante e increíble habilidad que demostraba el buen hombre con los perros, a quienes transmitía órdenes con simples silbidos o gestos, y éstos, con disciplina y efectividad militar agrupaban, separaban, apartaban, frenaban o aceleraban a todo el rebaño al unísono para en unos segundos facilitarme el paso.

Y así, tal y como el lado oscuro se alimenta de la luz, la ignorancia se alimenta del conocimiento. De repente, esa imagen hizo girar los resortes de las puertas para poder ver detrás de lo aparente y descubrir el valor añadido de todo lo que ese hombre aportaba con su trabajo, del milagro del mundo rural, de la agricultura, de la ganadería, de cuanta vida y sabiduría aglutinan las personas “catetas”, y de cómo gracias a ello una pequeña porción de la población -la rural-, con su sacrificio vitalicio, buen hacer y esfuerzo cotidiano da de comer y alimenta a la gran mayoría -los que miramos distantes, altivos y con aires de superioridad desde la capital-; y desde ese día, se me clavó muy dentro, como una espina en la garganta, la incógnita de qué cojones sería de las grandes ciudades sin los pequeños pueblos donde todo eso se forja y se mantiene. Un verdadero misterio, un infinito desequilibrio, un abismo insondable e inabarcable por cualquier cateto de ciudad como yo…..como tantos.

El punto de encuentro

El punto de encuentro

Luces rojas, luces blancas.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 30 noviembre 2017 by Jdcc

..Un parpadeo prolongado más de lo habitual cuando viajas en moto a gran velocidad no es muy recomendable, pero a veces es la única forma que tienes de frenar y mantener a raya esas lágrimas que se despiertan, que aparecen, que se desbordan y se derraman por el contorno del ojo y que caen lentamente recorriendo la mejilla mientras se enfrían con el viento que se cuela en el interior del casco y que va cavando un surco húmedo en el rostro….. pero como las cosas de la vida, a veces no puedes hacer mucho más que apretar los puños y resistir……. Y todo, entre otras cosas, porque se empaña la visión de las luces blancas y sobre todo de las luces rojas, únicas compañeras de viaje.

Ellas, las luces, como la luz de los faros, tan necesaria para los marineros que navegan de noche en el mar y que tan desapercibida pasan para quienes deambulan en tierra como quienes caminan por los contornos de mis días, son ahora como los momentos que transcurren en la sinuosa carretera de mi vida. Unas se cruzan de frente, deslumbrándote y doliéndote, otras se aproximan despacio y suavemente en la oscuridad de la noche mientras te marcan el camino y el próximo giro y todas juntas, ahora que intento ir aprendiendo a ser mi propio puerto, me sitúan desplazándome, deslizándome, esquivando, acelerando y frenando haciendo de mis manos y mis pies artes de titiritero para continuar mientras quede combustible en el depósito.

Mientras pasa el momento sólo hay oscuridad, pozos de silencio, olor a fuego de chimenea en el ambiente y tierra mojada, frío y soledad, mucha soledad….todo esto mientras pasa el momento en que la visión ya no se empañe….. que pasará, porque como todo, pasará.

Amanece.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , , , on 1 noviembre 2017 by Jdcc

..y es hora de salir para ir a trabajar. Intento abrir la puerta de la entrada con suavidad empujando el pomo para minimizar el ruido de la manilla al girarla. En un par de pasos estoy en el porche de la entrada donde los gatos callejeros corretean ya entre mis pies y comienzo la liturgia de los que nos movemos en moto: chaqueta, guantes, casco, embrague, primera y listo para recorrer el camino que toca atravesar entre el este y el oeste. En el instante que dura una inspiración profunda disfruto del gratificante e intenso olor de los jazmines en estas madrugadas. La noche negra me rodea con su envolvente sombra (1) y como respuesta al silencio inquietante que soy a menudo, el murmullo de una voz silenciosa pero intuida me atrae haciéndome mirar hacia el horizonte que me espera. Fijando un poco la vista puedo empezar a ir distinguiendo ciertos perfiles y siluetas a modo de “negativo fotográfico” de las colinas, los campos, los árboles y las nubes. Primero es una especie de luz blanca muy suave y débil, casi inapreciable e indistinguible, no el sol, y ella sola va como aclarando lentamente esos perfiles, y esa primera luz, los va revelando poco a poco detrás de la inmensa y negra sombra que ahora son. La claridad comienza a expandirse muy lentamente como empujada por una marea que sube como ocurre con las olas en el mar. Luego sobre las siluetas de las montañas a lo lejos se va perfilando un color ahora anaranjado que se intensifica quebrando la negra noche del cielo con tonos azulados que van apagando estrellas. Y luego aparecen, ahora sí más reconocibles, los primeros rayos dorados del sol que se van alargando, ensanchando, adaptando, ocupando y conquistando el espacio que le pertenece ahora al día haciendo explotar como cristales rotos el cielo colándose sobre y entre las nubes que van mutando en sucesivos colores a cada instante, como jugueteando con ellas y es entonces cuando contemplo impresionado un infinito Caravaggio celestial, una escena viva de luces y sombras, cambiante y en movimiento continuo a los que acompaño con mi mirada. Son sólo unos minutos cada mañana…… ¡¡¡pero tan intensos!!!. Algo en mí se estremece al ritmo de este baile de máscaras. Todo es ya luz en un extremo del horizonte. El otro extremo, mirando hacia el oeste, y el campo celestial que existe entre ambos, es otra batalla de luces contra sombras perdidas de oscuridad donde la última parte de la negra noche delata el rastro de la luna e intenta resistirse a lo inevitable sin saber que la única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna (2). Y es tanta la hermosura de cuanto acontece cuando amanece, y es tanta la fortuna de mis ojos al poder contemplarlo, y es tan admirable e impresionante la belleza del momento que transcurre que mi alma se excita y regocija como un niño por la emoción desbordante y desbordada. Y de repente me asalta otra vez la misma pregunta:

¿qué reflejan tus ojos?
¿dónde fijas tu mirada?
¿a qué prestas atención?

Otra vez me quedaré sin la respuesta.

Tras un breve instante desapercibido, el día ya se hizo y no queda rastro de la noche.

Notas: (1) y (2) pertenecientes a la Eneida (Virgilio).

Mahoma no existe.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , , , , , on 2 octubre 2017 by Jdcc

Dice Don Quijote que «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho«, y parece cierto, porque casi todo lo que nunca hayas visto lo encontrarás o bien en los libros o bien viajando.

Es curioso y tan fascinante esto de viajar y sobre todo esto de viajar solo, vagando como una nube que flota en altos valles y colinas (1), que como en la vida, nunca sabes quién o qué te espera detrás de lo que está por venir. Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente (2) y donde descubres que nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, la comida, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo (3), y es que cuando viajas eres lo que eres en ese momento, en ese momento presente, porque las personas no conocen tu pasado como para reclamarte algo (4).

Reconozco que, al menos en mi caso, lo más difícil es siempre elegir a donde ir y luego decidirme a salir, aunque lo demás suela llegar por sí sólo o de la mano de alguien. Una vez en ruta consigues estar, transitar, percibir, observar, conocer, descubrir, sentir, dejarte llevar y perderte para luego reencontrarte contigo mismo o quizás, tarde para eso, con alguien ya un poco diferente bajo el mismo nombre y el mismo rostro pretendiendo descubrir el mundo tal como es, ni como te lo cuentan ni como te lo imaginas, ni creyendo todo lo que creías y dándote la oportunidad de al menos vislumbrar el alma que sobrevive en las cosas que son diferentes, pues es ese precisamente, donde reside el nexo de unión: el alma de las cosas. Dicen que viajar es la única cosa que pagas y te hace más rico, y que es más importante la actitud que los kilómetros que recorras; coincido con ello, por ello desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre. [5], porque al final de todas las cosas el misterio final es uno mismo…….y ¿quién puede calcular la órbita de su propia alma? [6].».

Este verano he roto los moldes que me ajustan normalmente y, casi como un kamikaze, decidí seguir inyectándome un poco más del significante y el significado de viajar para explorar dentro de mí a través de lo que se ve, de lo que hueles, de lo que tocas, de lo que palpas, de lo que pruebas, de todo aquello que se te acerca, se aproxima y tiende a llegar cuando saltas y te posicionas fuera de la zona de confort con la actitud oportuna y necesaria. Y todo salió bien. Y todo fue como debía ser, o al menos así lo percibo ahora. Descubrir otras culturas, otros mundos, otras rutinas, arquitecturas, músicas y expresiones del arte, costumbres distintas, lenguas nuevas, el auténtico poder de las mareas en las rías, que el «tex-mex» tiene poco que ver con el auténtico México, que Mahoma no existió ni existe (pues no es una traducción o adaptación lingüistica de Muhammad, el profeta), incluso echar de menos tu casa……. observar que occidente es la excepción a la regla en este mundo de locos, cuán poco se necesita para vivir, conocer a personas increíbles de múltiples lugares que te enseñarán, te impactarán, te situarán, te marcarán, compartirán y te ayudarán también a descubrirte a tí mismo como si fueran espejos de tu propia alma, con sus vidas y sus experiencias, que asimilarás para ofrecérselas a otros como una cadena infinita de sinergias, para convertirte en último término, junto a todos ellos, en la sal misma de la tierra de este mundo tan complejo y tan difícil.

 

Entre otros muchos, gracias a Sergio (Murcia – España), Rodry (Málaga – España), Sandy (Cali – Colombia),  especialmente, a Lisa (Londres – Inglaterra) y, muy especialmente, a Eduardo (Ciudad de México – México) por acompañarme y enseñarme a caminar en mis últimos viajes, y como no, y como siempre, a mi familia y amigos, que unas veces de cerca y otras de lejos, me acompañan en cualquier viaje y, en todo momento, en el viaje de mi vida.

 

Cualquier lugar de cualquier Medina de cualquier ciudad de Marruecos; Septiembre de 2.017.

Cualquier lugar de cualquier Medina de cualquier ciudad de Marruecos; Septiembre de 2.017.

 

        El influjo de las mareas atrae el agua, y con ella, la vida a la tierra, y así como la atrae, la devolverá en un ciclo cotidinao e infinito.

Neda (A Coruña) – Camino de Santiago, Agosto de 2.017.

Citas recogidas en cursiva:

(1) W. Wordsworth

(2), (5) M. Twain

(3) C. Pavese

(4) W. L. H. Moon

(6) Oscar Wilde – De Profundis

Insomnio.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , on 31 julio 2017 by Jdcc

Llega el momento, ese precipitado instante que pondrá final al día de hoy e intentas buscar, encontrar y adaptarte al estado de ánimo necesario para dormir. Ese estado de cansancio o relajación que concilie un pretendido y necesitado sueño reparador, pero que ya intuyes tras ese segundo, que no va a llegar, y esa mala predisposición ya comienza a fastidiarte.

Por eso, decides tal vez poner en marcha lo aprendido: soltar la respiración, relajar la musculación, aflojar la tensión que cuelga después de haberte incluso relajado, y te sorprendes de cuanto queda siempre detrás de lo que aparentemente no se percibe, allá donde aparentemente no queda ya nada.

Sin querer queriendo te cruzas sin buscar y encuentras la hora del reloj una y otra vez donde los minutos ya han cambiado sus reglas del juego, rompen su orden y se desacompasan contigo.

De repente, prestas atención a todo lo que te va llegando sin querer y sin quererlo. Los grandes silencios de la noche resaltan entre todos los pequeños ruidos de lo que queda vivo aún, y se van quebrando todos ellos con el lejano ladrido del perro, el brusco portazo, el eco de unos pasos desconocidos que acompañas hasta que van alejándose y desapareciendo poco a poco, el crujir de algún mueble, el tic tac lejano del reloj. Se va enturbiando todo como el agua estanca de un arroyo con un grito inadecuado e inoportuno, y parece multiplicarse la presencia del temblor de los motores de los coches y el roce de sus neumáticos al rodar y girar con el asfalto aún recalentado; el antes inapreciable murmullo del ventilador del techo también susurra desde su sombras aunque el aire que remueve ya es insuficiente para mitigar la sensación de calor. Los pensamientos empiezan a empaparse y se empastan con el aire removido.

Y el tiempo parece seguir frenándose aún más para alargar la madrugada, y aunque quieras engañarte el reloj se alía con esa sensación de lentitud anciana para fabricar el insomnio, pero eliges seguir luchando contra él aún sabiendo cual será el resultado.

Y es cuando comienza el inventario de pensamientos, el decálogo de emociones cotidianas, el listado de asuntos pendientes, y es cuando acuden todos los fantasmas; y ya no queda otro remedio, toca enfrentarse a todo en ese campo de batalla negro y apagadamente escandaloso de tu cabeza: pasado, presente y futuro se entremezclan confusamente en una ficción tan absurda como irreal para mirarte cara a cara cual espejo y enfrentarte a quien fuiste, a quien eres, al lugar donde estas, al que quieres llegar, a todo lo que querrías cambiar y cómo pretender accionarlo. Pero todo es demasiado grande para este insomnio y en este momento de la batalla te sientes ya vulnerable, derrotado y aquí no hay ya valentía ni habilidades más allá de aceptar dejarse atravesar y abandonarse, las ganas se esfuman, el desánimo aflora, la derrota se intuye y entregas las armas. No decides nada, tampoco haces nada ya.

Y, tras ello, cuando menos lo esperas, sin saber cómo ni en qué momento exacto, descubres agrietados los ojos y pesados los párpados, y la luz, antes aliada, comienza como a dolerte y a cegarte; y se cuelan como una mariposa, el cansancio y lo que parece sueño en un momento de paz que saboreas en cada resquicio de la oscuridad absoluta y solitaria que te envuelve; y un leve y frágil escalofrío que alivia este momento presente; y tu recuerdo, tú, completamente, como presente, tú, tal cual eres; y ahora, desnudo como ante un mar en calma y de aguas templadas nadas el sueño como en el momento exacto en que la piel entra en contacto con ese mar, y se produce una simbiosis perfecta de temperaturas y texturas…… y todo está bien, todo se reconforta, todo fluye, saboreas la serenidad, y ya no cuenta ni existe miedos ni tiempo.

Y al final, como una noche de vigilia, como todo, todo pasa, y esto también pasará, esta lucha entre querer y no poder, entre poder y no querer en los días del insomnio del sueño de mi vida, de toda mi vida que me queda por vivir. Y todo estará bien.

 

Cartier-Bresson, Henri - The Red List - (Italia 1.933)

Henri Cartier-Bresson –  (Italia, 1.933)

«…..y ahora, desnudo como ante un mar en calma y de aguas templadas nadas el sueño como en el momento exacto en que la piel entra en contacto con ese mar, y se produce una simbiosis perfecta de temperaturas y texturas…… y todo está bien…..»

Los cristales rotos.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 3 marzo 2017 by Jdcc

Desde la oscuridad de esta noche y de esta soledad de estrellas, desde las horas robadas al sueño, entre mis catedrales de silencios que son estos ratos de las madrugadas en las que uno se sienta a contemplar este mar de pensamientos, de sentimientos y de sensaciones; entre estas aguas donde navegan esos barcos de esperanza que alimentan nuestros sueños presentes y futuros, atracados y anclados en aquellos diques de nostalgias, desde aquí, desde donde todo parece dispuesto para zarpar y alejarnos de aquellos puertos de la memoria que nos atrapan en un pasado que a veces nos retiene y otras nos empuja hacia adelante, que a veces nos acompaña y otras nos abandona, que muchas veces nos tortura y otras, a veces, nos consuela….. desde aquí, todo se detiene.

El mundo duerme ajeno a mi desvelo, respira sereno, entorna los ojos, se confía, tiene saudade conmigo.…. desde aquí, todo es diferente. Las vidas se disipan entre el sueño y la vigilia y se escurren entre los pedazos de corazones rotos como el agua entre las manos, como el tiempo entre las horas.

Utopía significa “en ninguna parte”, y nada encuentro más triste que un desencuentro. Todos ven lo que aparentas, pocos ven lo que eres. No creas todo lo que crees porque en el tránsito hacia una nueva etapa todo se oscurece, y de entre la máxima oscuridad se accede a la luz donde el verdadero modo de conocer el camino al paraíso, es conocer el que te lleva al infierno.

Existen muchas cosas que ocurren muy despacio, y en ocasiones el dolor será inevitable pero el sufrimiento es opcional.

Ahora, en este instante detenido y lejano, sólo existe un tic-tac goteando en mitad de un silencio oceánico que todo lo envuelve y todo lo arrulla, que todo lo puede, que todo lo transforma hasta permitirme navegar por esa mar que es la serenidad de los momentos por vivir, tranquilidad de los deseos, sosiego de los sueños, salitre y arena con el que en pocas ocasiones uno tropieza.

Ahora el mundo para quien lo quiera que a mí me espera una mañana distinta en el mismo amanecer, con otra luz del mismo sol y otra brisa del mismo mar porque tras caminar descalzo sobre cristales rotos, ya no hay retiradas ni asuntos pendientes, toca dejar volar el miedo, respirar profundo, remar sin vientos, continuar el dibujo de puntos y, encontrando tu mano, partir en busca de lo que será.

Ahora….. ahora….. ahora, será el tiempo y el adverbio.

plano-dividido

 

Pasiño a pasiño…..Ultreia!!!…Et suseia!!!

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 27 noviembre 2016 by Jdcc

Voy a contarles algo que no se puede explicar porque -gracias a Dios….y Dios es el nombre de muchas cosas- aún existen momentos en la vida que solo pueden ser vividos y percibidos cuando suceden y mientras suceden, y no sirven ni las palabras, ni las fotografías, ni los vídeos de los móviles.

Hoy hace justo dos meses que volví de mi peregrinación al Camino de Santiago.

Alguien me contó que el espíritu del camino te posee antes incluso de empezarlo, antes incluso de que hayas tomado la decisión de viajar, y es cierto. También he oído decir que uno casi siempre viaja “huyendo de….” o “buscando a….”, y creo que, en parte, también es cierto si tienes demasiados asuntos pendientes o si te percatas de cuánta vida se le escapa a uno en el día a día.

El Camino de Santiago es un viaje distinto, un universo de sensaciones y experiencias cotidianas diferentes. Es un mundo construido con pasos desconocidos, pero pasos inolvidables; fabricado con los marcados acentos de todas las voces del mundo que viajan contigo, y de cómo ese acento nos delata, nos revela y descubre, de cómo nos identifica y nos une; pintado con las nieblas al amanecer que tanto esconden como descubren los bosques y senderos que te guían, y rellenado con el susurro del viento que recorre las copas de los árboles; un viaje amasado con el cansancio y el peso de la mochila como alegorías de cualquiera de las almas peregrinas repletas de ampollas y tiritas, personas todas ellas absolutamente desconocidas para tí que formarán parte de tu experiencia pero a las que, contradictoriamente, no volverás a ver en el resto de tu vida.

Sorprende el efecto anestésico inicial del Camino. Sin embargo, llega un momento cuando menos te lo esperas -que es una serendipia-, en el que la anestesia desaparece de repente y te descubres abierto en canal al dolor que se lleva tapado; y es entonces y sólo entonces, en esa soledad abrumadora, cuando empiezas a sanar, a desprenderte de todo lo accesorio, a soltar, dando pie a comprender que en esas zonas inexploradas de tu alma te encuentras tú, en la forma más simple que te puedas imaginar, como si fueras otro ser humano que sólo ha encontrado su salida al ir pisando la hierba que hace nacer el sendero. Tras ese instante empiezas a dejarte llevar, y de forma automática, a recibir sensaciones que no se pueden comprar, tan pronto tumulto de voces tan pronto silencio absoluto quebrado sólo por el ruido de tus propios pasos al caminar, y es en esos momentos en los que uno se va topando con todas las respuestas que andaba buscando, clavadas en los silencios de las sombras de los árboles, en las piedras del camino, en los pasos cansados, en la sed de las cosas, hasta un instante en el que no quedan ya preguntas por hacerte y, simultáneamente, aprehendes la diferencia entre lo que crees que necesitas y lo que realmente necesitas, y es cuando aunque creas perder el rumbo por un segundo, te detienes, respiras profundo, entornas los ojos, y descubres sin saberlo haber obtenido la habilidad de encontrar entre las rocas, entre los postes, entre los árboles, las señales escondidas que antes no veías y que guiarán tu camino en forma, esta vez, de flechas amarillas.

El Camino es el viaje donde no existe más principio que aquel lugar de donde sales, ni más destino que aquel al que pretendes llegar antes de caer la tarde, ni se cuenta tiempo distinto que el ahora, ni otra intención que la siguiente zancada. Ese misterio aporta fuerza y alivio, junto a la sabrosa complicidad total y absoluta que surge entre los peregrinos, tal vez por el recíproco conocimiento de que todos libramos día a día una batalla de la que nadie sabe nada.

¿Cuántas de las cosas que te rodean día a día crees realmente que son necesarias o imprescindibles?¿Cuánta distancia te hará falta recorrer para encontrar la respuesta?

Para ese viaje, para todo aquel que lo emprenda, vaya a donde vaya, solo dos palabras:

               ¡buen camino!.

 

Don´t Stop Walking!!!

Don´t Stop Walking!!!

 

Balcones al mar, ventanas a mi alma.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , on 21 agosto 2016 by Jdcc

Deambular varios años entre bachillerato de ciencias y bachillerato de letras, no fue buena cosa por aquellos años. Hoy, sin embargo, me aporta un equipaje lleno de diversidad. No hay nada como una buena clase de filosofía temprana para abrir, despejar, encauzar y airear una mente juvenil -algo torpe pero inquieta- y así poder intentar escudriñar el alma de las cosas; en el otro extremo, no hay nada como una clase de física y química para entender el mundo invisible que ocupamos y atravesamos todos los días.

Una de mis renovadas aficiones en este extraño verano que atravieso descansando de los exámenes entre otras cosas, ha sido volver a la playa a caminar por su orilla mediterránea a través del silencio cómplice y anónimo de las ineluctables pisadas en la arena, descubriéndome, en ocasiones y sin entender por qué, haciéndolo de forma apresurada, hasta que he ido poco a poco rectificándome y aprendiendo a no caminar con prisas.

Cada uno de estos días en los que he ido contemplando el mar -que siempre estuvo ahí, que jamás se fue y que jamás se irá-, descubro que nunca antes me detuve a mirarlo, verlo y observarlo como ahora lo hago y, al tiempo, a oírlo y escucharlo con tanta paciencia y detenimiento. Ya sea cuando está en su estado natural de calma o cuando, bravío y enfadado, estalla contra las rocas, pretendo iluso acercarme sigiloso a su alma lunática y comprender el misterio del influjo de la luna sobre las mareas. Y es entonces cuando me asombra descubrir cómo respira el mar, cómo se le hincha su alargado pecho hasta la perfecta línea del horizonte, o cómo resopla embistiendo fuerte entre los acantilados.

Acabo siempre atrapado, absorto, mecido, serenado con cada ola, rescatado al fin, recibiendo sus caricias en forma de bruma y brisa en mi pelo y sobre cada poro de mi piel. Y es en ese momento cuando se me revela que pretendí engañar a mi alma salada y yodada durmiendo con los ojos cerrados y soñando con los ojos abiertos vistiéndome los pies descalzos de arena. Me engañé pretendiendo ser roca, cuando yo siempre quise ser el mar. Hoy lo se, me doy cuenta, y me lo recuerdan también en secreto la luna que rehíla por las noches y las gaviotas que planean sobre mí desde cada balcón abierto al mar mientras alzan su vuelo sobre el horizonte azul del cielo donde el viento invisible, al contrario de lo que se pudiera pensar, no las arrastra ni las empuja, sino que son ellas las que se aprovechan de la fuerza de éste para alcanzar el lugar exacto donde quieren llegar.

Cuando uno camina solo y de repente te detienes y alguien habla con voz queda tu mismo idioma, ve con tus propios ojos, te acaricia sin tocarte, te entiende sin hablarte y te escucha en mitad del ruido, regresar luego al resto del mundo no resulta nada fácil.

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“Si estás deprimido es porque vives en el pasado. Si estás lleno de ansiedad es porque vives en el futuro. Si estás en paz es porque vives en el presente”.

 

Primavera en mi jardín, otoño en el corazón. Un verano pendiente.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , on 9 junio 2016 by Jdcc

Es duro y frío el suelo del porche de casa. Además, noto cómo se sigue clavando en el hueso del culo cuando llevo un rato sentado mirando el jardín, igual ahora que la primera vez que llegué. Para todo existe una primera vez, pero solo una. Contemplar desde esta atalaya con los ojos entornados por la luz del sol que aún persiste sobre la colina el paisaje de campo que se me regala y saborear una cerveza fresca notando la brisa suave, sigue siendo un pequeño placer invariablemente constante: aunque nunca será como aquella primera vez.

Distinguir las cosas importantes de las cosas que importan, fue una de esas enseñanzas que me marcaron para siempre y que forman parte de mí tanto como las manos con las que escribo. Conocer, reconocer y disfrutar del placer de descubrir todas las cosas por primera vez, incluso las más simples y pequeñas y envolverlas con el sabor y el regusto de reencontrarme con ellas, fueron el otro pilar que sostiene la parte de mí que se oculta cotidianamente.

No supe ni podía alcanzar a imaginar qué debía sentirse cuando compras por primera vez una casa y te endeudas para toda la vida queriendo construir un sueño. La realidad detrás del sueño fue, al principio, más agria que dulce y creció entonces un inesperado malestar interno, como un quemazón por dentro. Pero a veces el fuego del infierno termina purificando y sanando algunas heridas, y para cuando eso no ocurre, aparecen los incansables pasos del tiempo, aunque a veces pudieran parecer incompatibles con el reducido tamaño de este corazón, a veces tan vulnerable.

No hay segundas oportunidades para la primera vez de todas las cosas que ocurren, ni para la primera vez de todas las cosas que no llegan a suceder, ni para aquellas que descubres con certeza que están aún por llegar, ni para la magia de los sueños extinguidos de la infancia. Como la primera vez que uno consigue atarse los cordones de los “tenis”, o cuando toca soltarse de la mano de tu madre en el primer día de colegio y al rato conocer al primer compañero. Descubrir el mar. La primera vez que tocó adentrarse, inexperto, en el misterioso mundo de los besos, en el alterado sentido de los botones de las camisas de mujer, en el complejo mecanismo de un sujetador y en el calor de los cuerpos. Como aquellas veces que intentabas sin éxito frenar la luz del alba, queriendo que no amaneciera, pretendiendo ganar tiempo para descifrar y entender el lenguaje secreto que se esconde en las estrellas. El primer café, la primera cerveza, el primer whisky. La primera vez de ver morir a alguien. Perder un amigo. Excavar en el jardín bajo la lluvia para enterrar a tu mascota que te abandonó instantes atrás. La primera vez que te dicen “nunca te fallaré” a sabiendas de que nunca y siempre abarcan, al cabo, un mismo espacio temporal sembrado con semillas de mentiras.

Como una primavera tardía, como un otoño temprano, como un verano pendiente sigo intentando aprender en este permanente despertar de los sentidos. Hoy como aquella primera vez, y otras tantas a lo largo de este tiempo silente, continúo en una simbiosis contemplativa ante este pequeño jardín mientras voy amasando recuerdos con sentimientos que se mezclan en este pequeño bosque de margaritas blancas, moradas y azuladas, de romero, hierbabuena, jazmín, rosas rojas  y tulipanes amarillos. Este pequeño y nimio jardín del mundo. Pero poco, es a veces mucho cuando no se ha tenido antes casi nada tras perder un sueño. En él he descubierto pequeños tesoros de la vida: el agua de la lluvia que alimenta la sed de la tierra; el sol que transforma la savia; o cómo el muro y las rejas, lejos de aislarlo, protegen al jardín. Soy pretérito imperfecto, ellos, pretérito pluscuamperfecto.

No existen segundas oportunidades para una primera vez, lo se, por eso quizás siempre he ido corriendo contemplando los días con el ansia de aprovecharlos, exprimirlos, apurarlos, preocupándome  de que no se me escaparan, aún comprendiendo de forma contradictoria que eran inabarcables e indisponibles: esa fue la lucha, esa fue la batalla cotidiana, esa fue la guerra perdida de antemano. Por eso ahora no hago ya el intento de detener el tiempo y me propongo aprender a caminar para recorrerlo de forma serena para rellenarlo dejando huecos en los recuerdos y alternando espacios en la memoria para la primera vez de todas las cosas que estén por llegar en este verano pendiente.

Camino de ida, camino de vuelta.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , on 11 abril 2016 by Jdcc

Giro tan solo a medias la llave del contacto del coche, lo justo para que fluya la corriente y poder así bajar las ventanas delanteras. Con ello se rompe el silencio oscuro de la madrugada pudiendo casi captar el fluir de la electricidad a través de este aparente inerte esqueleto metálico. Son solo unos breves segundos infinitos.

Antes de comenzar la marcha el frío ya ha inundado el habitáculo de una forma tan precipitada como esperada, pero lejos de inquietarme me regocijo inhalando ese frío que viene mezclado con el frescor de la hierba del campo, el aroma de un beso de jazmín y las últimas bocanadas de humo de los rescoldos de las chimeneas. En lo que dura esa inspiración pretendo, iluso de mí, adivinar lo que queda del día y lo que él me tiene preparado. Es un placer cotidiano que se envuelve cada mañana de cada día con la añoranza del salitre y el rumor de las olas del mar tan distantes y lejanas hoy día de mí.

Hago girar la llave ahora por completo y la mantengo así el tiempo necesario para arrancar. A partir de ahora, el coche recorrerá el asfalto cotidiano casi de forma automática, y con él me lleva, y con él me voy, y ambos decimos adiós. Todo se inicia para un día que va en busca de algún destino escrito con tinta deleble, al igual que las noches van en busca de sus mañanas o tal y como algunos sueños nos traicionan y se abandonan a una vigilia que se anticipa inevitablemente larga.

Mientras desciendo por la carretera voy oteando el horizonte, ese que se aleja mientras intento alcanzarlo, y consigo percibir con las primeras luces del alba el viento azotando los campos de trigo y el movimiento de las hojas de las ramas de los árboles; consigo sorprenderme de cómo el paisaje va permutando en cada curva y en cada recta, y de cómo el cielo se va fragmentando en múltiples formas y colores como un caleidoscopio infinito; consigo tomar conciencia súbita de una sensibilidad profunda donde todo parece encajar perfectamente, y consigo entender cuánta vida real existe detrás de todas las cosas de este mundo, de todas las cosas grandes pero sobre todo me van asaltando como señales toda la vida que surge detrás de todas las pequeñas cosas; consigo reconocerme en ese momento en un lugar donde el paisaje y mi interior se toman de la mano y se tocan serenamente, y es entonces cuando asimilo que algo en mí actúa como bisagra entre ambos, y que el destino puede resultar ser a veces el punto de partida; que el camino de ida puede ser a la vez camino de vuelta, y que cómo la vida, lo que el camino te da, el camino te lo quita. Es entonces cuando me atrapan en algunas ocasiones sensaciones donde coexisten la inquebrantable e inefable dualidad de un bien que se padece y un mal que se disfruta.

Como la senda que conduce a un camino de pasos perdidos alcanzo el final de mi trayecto, a la vez principio, tras haber estado percibiendo todos los sonidos de esta callada realidad al tiempo que pretendía detenerme y anclarme a mí mismo -sin éxito alguno- lejos del tiempo que transcurre sin esperarnos, intentando quizás sublimar al son de un puzzle de expectativas mal ubicadas. O, tal vez, quizás sea simplemente Mercurio en retroceso -y eso son siempre problemas-, o quizás, simplemente, mi alma huyendo de mí a sabiendas de que pretender sentirse vivo es una tarea ardua que ocupa, más que un instante, toda una vida.

Enero

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , on 31 enero 2016 by Jdcc

Enero, Lisboa, línea 28, último tranvía del día. A pesar del frío voy sentado junto a la ventana abierta y, a través de ella, al instante, me escapo por las fachadas alicatadas que se suceden en las empinadas calles de Alfama; por entre el enjambre de cables, la luz de las farolas soportando la noche, todas mis saudades, la ropa tendida en los balcones, las promesas pendientes, mis nostalgias renovadas y las realidades que divergen.

La madera del suelo cruje con los pasos de los viajeros que suben y bajan, pero yo no me distraigo. Como uno no escribe de lo que quiere sino de lo que puede, voy recuperando el nombre de todas aquellas cosas a las que fui poniéndole nombre durante este año que acabó hace un día y, ordenándolas en mi cabeza, las alineo junto a las palabras encontradas con sus realidades a las horas y minutos exactos y repetidos. Siempre hay cosas y personas que marcan el paso de una vida.

Es abrupto el camino, son cerradas las curvas, pero todo es cuestión de encontrar la velocidad adecuada para cada tramo, pero yo no me detengo. Descubro que el hecho de haber aprendido estas cosas, solo alimenta las ansias del camino, que solo desvelan lo mucho que me falta, como cuando divisada la luz del faro, de repente, se pierde entre la niebla….. y toca seguir navegando.

Fuerte vaivén por los railes, frenazo en seco, tintineo de campana . Me secuestra otra vez la realidad. Esta vez no me resisto. Toca apearse del tranvía, fin de este trayecto circular como un anillo, es la última parada.

En este instante te guardo despacio entre las líneas del cuaderno. Cierro los ojos, inhalo el momento, comienza otra vez enero.

 

Enero, Lisboa, Línea 28...

Enero, Lisboa, Línea 28…..

Los colores de Ata.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , on 8 noviembre 2015 by Jdcc

De la magia de la radio supe, como tantas otras cosas, a través de mi abuelo. Cuando llegaba siempre me lo encontraba pendiente del “parte de noticias” pidiéndome solícito guardar silencio para poder escucharlas. De la magia de la radio he aprendido y ella, me ha descubierto numerosos misterios, secretos y cosas bellas de la vida a través de su compañía. De una manera u otra, me lleva acompañando –o yo a ella- casi todos los días de mi vida y no pocas madrugadas camino de su mañana acunando mi desvalado sueño. En una de estas, rebuscando entre todo aquello que la vida esconde, fue como supe de los colores de Ata.

Ata, es el nombre por el que lo conocen sus amigos. Ataulfo Casado, su nombre real, y la pintura, su forma de vida, pues se mantiene vivo reinventando los colores para sus cuadros hasta conseguir los más bonitos del mundo, los que solo pueden apreciarse y aprender a reconocerse con los ojos cerrados….porque “living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see”. Porque la vida en sí misma es color y luz.

Un papel o un lienzo en blanco son como un mar de ideas pendientes, y cada ola que va y que viene de ese mar imaginario, como una mirada que se cruza y se mantiene cómplice, como aquel lugar donde aún vuelve nuestra nostalgia sin quererlo, como un silencio, como un rumor, una ilusión, un fracaso, un despertar, como la fractura con lo cotidiano, el calor de un abrazo, el sabor de los besos, un estar, una ausencia presentida, un grito, la respiración contenida, un suspiro, una mano que se encuentra al despertar.

De pequeño le enseñaron la diferencia entre ver, mirar y observar.

Ata, fue el copista del Museo del Prado más joven de la historia.

Ata, ahora, es el ciego que enseña a ver a la gente que siempre pasa demasiado rápido por las cosas importantes de la vida……so, living is easy with leyes closed… porque la vida es, en sí misma, color y luz.

Ata, a pesar de su ceguera, sigue pintando cuadros que no será capaz de ver, pero los pinta con los colores más bonitos del mundo, los colores de la vida de quién impregna toda su alma en cada pincelada con el impulso preciso y necesario. Porque la vida en sí misma es color y luz.

Sus ayudantes mezclan los colores que Ata persigue desde la oscuridad más absoluta para sacarlos a la luz y plasmarlos en el lienzo como un instante de la vida detenida que aún le es regalada, pero la mano sobre el lienzo, ese trozo de vida, no admite intermediarios y no se la quita nadie. Porque la vida es, en sí misma, color y luz.

 

P. D. (1): este pequeño homenaje está construido con retazos de aquella entrevista que la radio me regaló esa madrugada, y de otras escritas en prensa.

P.D. (2): para ir más allá de las palabras sencillas y llegar a la lección de vida en solos unos minutos…..

https://www.youtube.com/watch?v=-dM8w3N1AAw ó https://www.youtube.com/watch?v=XsU4oLIoDxQ

P. D. (3): para otras lecciones de vidas llenas de vida que luego descubrí:

https://www.youtube.com/watch?v=Gmg9yg9KpPw

P. D. (4): Así cantaba John Lennon: “living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see”….o «vivir es fácil con los ojos cerrados, sin entender todo lo que ves».

Los colores de Ata.

Los colores de Ata.

 

 

Una de animales.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , on 2 octubre 2015 by Jdcc

A veces me enfado conmigo mismo cuando determinadas cosas o situaciones no consiguen entrarme en la cabeza, aunque bien es cierto que el primer escollo que se me plantea, es distinguir si esto que me ocurre es por supina ignorancia o mera incredulidad. Es posible que me ocurra a veces eso de “si no lo veo, no lo creo”. Desde siempre, uno de estos misterios insondables para mi corto intelecto ha sido por ejemplo el influjo de la luna sobre los océanos; o el misterio de las ondas herzianas o de cómo la voz de un tipo que está delante de un micro a miles de kilómetros puede viajar a través del aire hasta llegar a mi receptor de radio; o de más actualidad, cómo un cacharro (disculpen la falta de tecnicismos) enviado por el hombre a Plutón (que ni siquiera puedo alcanzar a imaginar donde está) puede enviar imágenes, sonidos y recoger muestras para ser analizadas en la NASA. Todo lo que no tiene un nexo de unión palpable entre sí, se me sigue resistiendo y me sigue pareciendo algo increíble. Siguiendo este defecto mío, últimamente me he tenido que volver a enfrentar a algunos tipos de cuestiones en relación al hombre como ser humano, y de cómo este animal bípedo puede ser capaz de las cosas más increíbles y fantásticas hasta convertirse en un ser inigualable, pero habiendo de confrontarlo por los dos extremos: por lo bueno, y por lo malo.

Como un palo a medio quemar, o negro como el tizón, era -y sigue siendo afortunadamente- el perro galgo que hace varias semanas apareció de repente en la calle donde habito, de forma no poco inesperada y sorprendente. Claramente abandonado, desnutrido, triste, roto de arañazos y moribundo, sin casi poder andar, se apostaba buscando refugio del sol abrasador en una sombra. Otro pobre animal abandonado a su negra suerte, pensé. Pero esta vez me equivocaría…otra vez, porque desde el preciso instante en que ella lo vio a través de la ventana, le haría cambiar toda su mala suerte por la buena, y con ésta, su destino acabado por un futuro a punto de empezar. Fue ella quien salió a buscarlo, lo alimentó, quien le dió de beber y quién le propició una oportunidad, cariño y una esperanza durante algunos días. Fue ella quien movió cielo y tierra hasta encontrar un lugar para él, una asociación que se encarga de recoger galgos abandonados. Mi pregunta, llegado este momento y como parte asociada a mi ignorancia, fue rotunda: ¿Una asociación que recoge galgos abandonados?. Cuando al día siguiente, los voluntarios de esa asociación hicieron un viaje de ida y vuelta para recogerlo y hacerse cargo de él, sumé a mi supina ignorancia, la parte de incredulidad al conocer la maldición de estos perros.

Al parecer, según nos contaron, lo que yo entendía como un hecho aislado el haber encontrado un galgo abandonado es, según supe, una guerra diaria que es librada para intentar salvarlos de la mano del hombre. “El nuestro”, había sido “afortunado, ha tenido mucha suerte”, nos dijeron, mientras yo seguía rellenando de sorpresa mi ignorancia. Al parecer, su buena suerte había consistido, entre otras, en que no tenía la nuez rota por la “prueba del arrastre” (¿?, traducción simbólica de mi gesto facial), un “entrenamiento” que consiste en amarrar varios galgos a un vehículo que circulará a gran velocidad y cuando alguno (por su torpe caminar) tropieza y cae, el vehículo no se detiene, y será arrastrado todo el camino (asfalto o tierra según toque) hasta que el buen conductor tenga a bien dar por terminada la sesión. Su buena suerte también había consistido en que el antiguo dueño, no había caido o perdido el tiempo en rajarle el cuello con una navaja para extraerle el chip a fin de evitar poder ser identificado. Sumó a su fortuna, el no haber intentado buscar y volver a su casa con su dueño en un acto de cariño y fidelidad para que éste, en un arrebato de amabilidad extrema, lo volviera a abandonar pero esta vez, eso sí, con la precaución de romperle las patas, no fuera a ser que le diera por volver a ese animal desobediente. Por supuesto, tampoco le acompañó la mala estrella de ser ahorcado de la rama de un árbol para, además, una vez indefenso, ser apaleado hasta la muerte. Mi parte incrédula lejos de menguar, iba agrandándose como un agujero negro.

La suerte, como la fortuna o la estrella, existe de la buena y de la mala.

Semanas después, acudimos al refugio para galgos para comprobar como el milagro del mismo hombre, como ser humano, puede compensar el mal que otros fabrican. Phoenix, fue el nombre elegido para su rebautizo.

Oigo de vez en cuando que los animales no tienen conciencia de su existencia, pero yo, que no creo mucho en estas cosas, tengo que confesar que al verlo y verme reflejado en sus ojos, fue como si su mirada nos reconociera y se mostrara agradecido, de una forma sencilla, tranquila, serena, humilde, como fue al encontrarlo, como es, y como, afortunadamente gracias a ella, seguirá siendo en su nuevo hogar de acogida en Holanda, próximo destino después de su paso por el refugio.

P.D.: Enhorabuena a los voluntarios del refugio de galgos en familia (www.galgosenfamilia.es), y en general a todos los que compensan con cualquier buen acto, todo el mal de este mundo.

P.D. (2): “Una de animales”, el título de este post, no lo puse pensando en los galgos precisamente.

P.D. (3): Para ella, Cor, la heroína de esta historia, que durante el camino compartido me ha enseñado a abrir el corazón y a acercarme a los animales, esta vez sí, de cuatro patas.

 

Phoenix...o Fenix.

Phoenix…o Fenix.

El tesoro de «Willy El Tuerto”.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , , , on 9 septiembre 2015 by Jdcc

Yo siempre quise ser Mickey Walsh, y también Richard Wang, más conocido como “Data”, o incluso Clark Devereaux, “Bocazas” para los amigos. En realidad, hubiera dado casi cualquier cosa por haber sido cualquiera de los Goonies, para subir al desván y encontrar un viejo mapa con una cruz marcada, pedalear bajo la lluvia en busca de aventuras persiguiendo un sueño, enfrentarme a los Fratelli, atravesar numerosos pasadizos y encontrar el tesoro de Willy “El Tuerto” para poder salvar así la casa de mis padres y los Muelles de Goon humillando a los prestamistas…..para no rendirme nunca, porque los Goonies nunca se rinden. En su lugar tuve que limitarme a visionar la película una y otra vez de una forma incansable, haciendo como que desconocía la siguiente secuencia, “olvidando” los diálogos que me sabía de memoria. De hecho, todavía, justo treinta años después de su estreno, me sigo emocionando cuando la reponen.

Emocionado, pero de distinta forma y por distintos motivos, es como me siento cuando veo y escucho las noticias estos días sobre la población siria, aunque en realidad el problema se arrastre desde hace ya varios años (pero ya sabemos que aquello que no aparece en la tele, no existe). Me hiela la sangre ver las imágenes de miles de personas –a mí me da igual la nacionalidad- huyendo de una guerra -como hicieron otras muchos no hace tanto- atravesando el mar Mediterráneo de Turquía a Grecia en botes desbordados de gente, terror y esperanza, en el que yo no me atrevería a montarme para dar un simple paseo por la costa; que una vez allí, los que consiguen llegar, padres, madres, hijos, hermanos, niños, ancianos… atraviesan Macedonia hasta llegar a Serbia para luego, los que resisten, amas de casa, profesores, estudiantes, médicos, pastores, carpinteros…. enfrentarse a la frontera de concertinas de Hungría y a sus políticos y policías; recorrer a pie cientos de kilómetros sobre las vías del tren para intentar llegar a Austria, Alemania, o cualquier otro país de Europa donde poder dormir sin el terror a que te caiga una bomba a modo de despertador para regalarte el sueño eterno, para olvidar el miedo atroz de ver llegar el amanecer o el anochecer, y todo, para poder simplemente….. vivir. Y todo esto, sin rendirse, ante la mayor de las desventuras, bajo todas las inclemencias del tiempo habidas y por haber, enfrentándose a las mafias y desgobiernos, el hambre y la sed, y todo eso, todo eso, para huir de la muerte segura y hallar un hogar para tu familia, como si fueras en busca de un lejano tesoro perdido, como el de Willy “El Tuerto”, pero en lugar de un barco pirata, encontrar un pequeño trocito de felicidad.

Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad. [(Preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, 4 de Julio de 1.776.)]

I follow the sun

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , , , , , , , on 21 junio 2015 by Jdcc

Me reconozco una persona sumamente complicada a veces. Es lo que, entre otras cuestiones, han de soportar quienes me rodean. El otro día me dio, después de darle no pocas vueltas a la cabeza, por comprarme un cargador de pilas recargables con su correspondiente pack de pilas doble AA y triple AAA[1] , como no podía ser de otra forma (véase nota al pie número uno). Esta nueva adquisición me sirvió para poner en funcionamiento otro artilugio comprado con anterioridad y alevosía y no menos complejo para mis cortas expectativas: una especie de walkman[2] (véase nota al pie) que, siendo conectado a través de un cable USB a un ordenador, y gracias a un software o programa informático incorporado hace posible la transformación de la música contenida en los viejos cassettes -o cintas[3] que decíamos en mi época- al actual e incomparable formato mp3[4].

No tengo más remedio que ser un poco humilde y reconocer que para mí esta fusión, a pesar de quedarme un poco grande, empezaba a cobrar vida propia: para que os hagáis una idea del sentido de mi emoción, pensaba que era como tener en el salón de casa un condensador de fluzo con un poco de uranio enriquecido adquirido en el mercado negro a unos iraníes[5]. Pero a este explosivo dúo tecnológico le faltaba, para llevar a buen puerto mi plan genial, la tercera pieza indispensable. A saber: una vieja caja de cartón que trasladé en mi primera mudanza desde la casa de mis padres a la que sería la mía y que supondría, a la postre, mi independencia hace casi diez años ya. Esa caja permanecía –y no exagero- en el mismo lugar donde la solté aquel primer día. La caja –por si se lo están preguntando-, estaba llena con una variada colección de unas trescientas cassettes – o cintas, como se prefiera- con música que, tiempo atrás, fui escuchando, seleccionando y grabando. A pesar de toda la tecnología disponible, al final, volviendo a la simple complejidad que a veces me domina, no puse en marcha mi primigenio, ambicioso y genial plan de pasar todas esas cintas a mp3. Cuando abrí esa pesada caja me vino a la cabeza aquel mito de Sísifo[6]. Por ello, y a la vista del arduo trabajo que podría suponerme y con tal de no acabar como el tipo éste del mito, decidí cambiar a un plan alternativo algo más relajado y adecuando a mi escaso tiempo disponible. Así, llevo días en los que voy escuchando poco a poco todas esas cintas como lo hacia tiempo atrás cuando iba descubriendo lentamente la música que contienen. De eso hacía ya más de veinte años. Ahora, de nuevo, yo, mi walkman, mis auriculares y mis pilas «cabalgamos de nuevo», aunque eso si, con un menor coste que antaño gracias a mi pack de recargables.

Una vez puesto en marcha mi plan genial, al ir sacando esas viejas cintas una a una e ir escuchándolas, de repente, sin esperarlo, sin pretenderlo, sin buscarlo, he ido siendo transportado, arrancado de este tiempo presente con suma brusquedad, y lanzado en un viaje, como acelerando en mi Delorian particular, a un tiempo pasado, a un momento concreto, exacto, inequívoco, donde algo comenzó. Donde tuvo lugar esa chispa no conocida, ni esperada, ni buscada. A un instante donde fueron tomando forma esas sensaciones hasta hoy olvidadas, enterradas, escondidas, inefables, pero latentes en la profundidad de mi alma y que, sin ser conscientes de ellas en aquel tiempo y sin saberlo hasta hoy, renacen en este preciso tiempo en el que las reconozco nítida y perfectamente: el instante donde comenzaron a construirse parte de la persona que soy así como mi historia personal con la música, las canciones, las melodías, las voces, los silencios, los primeros acordes de guitarra que me hicieron protagonista de mi propia historia, de mi sueño aparte que construiría tiempo después, y de mi particular y actual saudade. Esa historia de la música y con la música no habría sido la misma de no haber tenido la suerte de que la vida me condujera y situara en aquel instante, ante aquella chispa.

Las canciones que voy escuchando me transportan a los días que pasaba, y sobre todo y especialmente, al día en que entré por primera vez en casa de mi amigo Perales: lo siento ahora como si estuviese allí; lo siento así, cada vez que pulso el play del walkman. Al abrir la puerta sólo dí unos pasos, al final del largo y negro pasillo de la entrada, y sin moverme de allí, descubrí, por un lado, una lejana luz que aproximaba esa enorme distancia hasta el salón, un haz brillante disparado por los paneles de un equipo de música; y por otro, la persona que en una presencia distante, casi misteriosa, pero intuida y perceptible, era acompañado por la música de Paul McCartney, que sonaba fuerte y clara y estaba siendo escuchada. El momento duró pocos minutos. Nos fuimos.

Cuando volví por segunda vez, era de día, estábamos solos Perales y yo, y me mostró lo que no sabía aún ni podía imaginar que se convertiría en la fuente que, descubriéndome una sed natural, me animaría a beber insaciablemente provocándome con ello, sólo más ansias de beber. Jamás hasta ese momento había yo contemplado tanta cultura aglutinada, tal colección de vinilos, cd´s, cassettes, libros, instrumentos musicales…etc. Jamás fui consciente hasta entonces de eso que, calladamente, dormía de forma aletargada en mi interior esperando su devenir concreto: la música. Su padre, Ignacio, junto a él, compartirían conmigo todo aquel material que yo les pedía solícito, ansiada e impacientemente.  Aún más; me darían lo que nunca podré devolver, me regalarían lo que no podré tampoco agradecer de forma equitativa. Entre otros caminos de la vida, compartirían, me darían y regalarían a través de toda esa música un universo de notas, voces, matices y melodías. La fuerza del rock, los guiños del blues, el mundo interior de los cantautores, el secreto de la música clásica y la sensibilidad que escondían las arias aún sin entenderlas (precisamente porque no había que entenderlas sino sentirlas). La experiencia de aprender a tocar, de componer canciones y emociones que nunca seré capaz de transmitir, de explicar, de reproducir; me dieron las herramientas para construir un puente que me llevó a nuevas formas de sentir, de percibir, de expresarme; un puente construido desde una cierta ignorancia al conocimiento, desde el silencio del que anda perdido hasta ese que aparece camuflado y se ordena entre las notas musicales para darles sentido. A reconocer cómo lo ajeno se solapa con lo propio; lo intemporal de la música; cómo distintas personas de distintas épocas y lugares podían sentir y transmitirse gemelos sentimientos. Descubrir lo que nos une más allá de lo que nos separa como personas. Nunca jamás habría vuelta atrás.

Todo aquello renace en mi hoy con más fuerza que entonces si cabe, con cada cinta que pongo ahora en este walkman con su ruido de fondo, con su zumbido del cabezal, con su crujir del botón de play;  con cada canción que reproduzco y que fue grabada de aquellos cd´s, de aquellos vinilos, de aquellas cassetes, de aquél salón……y todo ello, sin necesidad de mp3, ni usb, ni programas informáticos, tan solo con la tecnología más misteriosa: la de los sentimientos que surgen y se guardan para siempre sin saber ni entender donde ni cómo ni cuando.

De esta forma pues, descubro que así como lo útil suele estar en lo moderno, lo bello suele permanecer en lo antiguo.

Otras personas llegarían luego para completar todo lo que allí aprendí, pero aquella semilla, aquél agua, aquella sed, aquella luz, plantarían la riqueza impagable que hoy siento, y será siempre mérito suyo, de los dos: uno, el hijo, por abrirme la puerta de su casa y su amistad, el otro, el padre, por enseñarme cómo se llega al alma de las cosas. Ambos por regalarme una vida de lujo con todas esas canciones que ataron mi vida a los recuerdos en la tela de la memoria como un remiendo al olvido.

Han pasado ya un par de semanas desde que empecé, y sigo extrayendo cada día viejas cintas, y mientras, escribo; y las rebobino para volver a empezar, para saborear esa misma sed una y otra vez en cada melodía, y con ellas, notar esas mismas ganas de beber, con la satisfacción de saber que no saciaran nunca mi sed.

“You and I have memories
longer than the road that stretches out ahead” (Two of us, The Beatles)

“One day you’ll look to see I’ve gone
for tomorrow may rain,
so I’ll follow the sun….” (I follow the sun, The Beatles)

P.D.: Además de para los ya nombrados, también para Mariví (la madre de mi amigo): por tener la habilidad, no de conseguir hacerme sentir como si estuviera en mi casa, sino de hacerme sentir que aquella era también mi casa.

P.D. (2): Para Azahara, la hermana, porque si admirable son las personas que tienen un sueño temprano, más admirables son aquellas que lo persiguen, y aún más, aquellas que lo consiguen.

Notas al pie  (para volver al inicio pinchar aquí):

[1] Las pilas AA son “las chicas de toda la vida”, las AAA, “las chiquitillas del tó”.

[2] El avance invencible del tiempo se va notando cuando uno es consciente de que existen personas que no sabrán lo que es un walkman….. pues nada, para eso está “el gugle”.

[3] Si alguien no recuerda o no sabe a estas alturas lo que era un walkman, pa´qué perder el tiempo ya en explicar lo que son las cintas.

[4] Sin duda, una de las mayores revoluciones musicales y tecnológicas de las últimas décadas.

[5] Ante la complejidad del concepto, visiónese la película “Regreso al futuro”, o “Back to the future”, según se prefiera. Les aseguro que tardarán menos en saberlo que si tuviera yo que explicarlo con palabras y ustedes leerlo.

[6] Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y a empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así indefinidamente…..toma wikipedia pura y dura!!!

Carta postal. Dirección: el cielo.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 11 May 2015 by Jdcc

Cuando te de por volver,

no despiertes a la noche de su sueño,

ni camines entre los escombros del recuerdo.

no busques en los fantasmas de la realidad,

ni me esperes tras los muros de la inocencia.

 

Cuando te de por volver,

que no piense en contar contigo

la caprichosa muerte,

que quiero jugar contigo,

que quiero sea buena mi suerte.

 

Cuando te de por volver

quiero volver a hacer cuentas contigo,

eternos copiados de la vida que descubrías,

quiero no dejar más cosas pendientes

y contar historias de “Juan sin miedo”.

 

Cuando te de por volver,

jugaremos otra vez a la pelota

en aquel mismo lugar

para todas, como siempre, volverlas a empeñar.

Empacharemos el hambre con mil golosinas,

cruzaremos ese mar infinito,

volaremos hasta el cielo alto

para caminar de tu mano, otra vez, a San Andrés.

———————-

Para mi abuelo, perpetuado en mi memoria, y en la de todos aquellos que todavía hoy hablan de tí con admirada devoción, a los que diste una oportunidad para la vida en aquellos tiempos difíciles enseñándoles a leer, a escribir, a sumar, a restar….y a ser mejores personas. Gracias por el regalo de mi infancia, que no supe aprovechar ni pude agradecerte.

Y también para mi abuela, ahora -hace exactamente tres meses- en la eternidad con él. Gracias por plantearme este conflicto emocional y mostrarme que casi siempre “la verdad desnuda guarda oculta detrás de la corteza, el hueso de cereza de una duda”.

A mis abuelos maternos, Juan y Ana, por lo inmaterial que me legaron. Impagable.

P.D.: Desde más cerca, gracias a Rocío P.M., por saber mostrarme a tiempo las huellas escondidas que habrían de guiarme entre la maleza del camino. Gracias, especialmente, a Gloria J.R., por sus consejos, serenos y dulces como una brisa de verano, sabios como la primavera, hermosos como los silencios, útiles al fin; por su empatía. Ambas hicieron conmigo, pura y simplemente, como la magia con el primer batir de alas de una mariposa: de ser débil y frágil al inicio, a imparable en el vuelo que al instante surge para escapar de lo que fue crisálida. Gracias también a Encarni C.C. por su interés y apoyo.

 P.D.: Gracias, cómo no, y como siempre, a mi familia. Incondicionales en todos y cada uno de los momentos.

Y es que hay ocasiones en que las cosas más sencillas son las más complicadas de encontrar en esta vida; y a la vez, como decía Benedettí, las más triviales, se vuelven fundamentales.

La vida secreta de los vagones.

Posted in Historias del día a día with tags , on 17 abril 2015 by Jdcc

Tengo la poca fortuna bien aprovechada de haber podido viajar y haber conocido algo de mundo. No mucho, no poco, más de lo que imaginé, menos de lo que deseé.

 En algunas ciudades como Roma, Madrid, Barcelona, París, Londres, Dublín, de entre todo lo que encontré de distinto en ellas, siempre me sacudió la templada sensación de la existencia misteriosa y oculta de una especie de vida común, gemela o paralela en cada una, como si en el fondo, fueran todas la misma metrópoli: la que encontraba y encuentro en los vagones de metro.

 Recientemente en Málaga hemos estrenado esta forma de transporte, y cada vez que viajo en él no puedo evitar que me asalte y dejarme asaltar por esa percepción. Y cada vez, ahora más a menudo que antes, me detengo a observar su forma de vida, subterránea, independiente, distante; me detengo a ver cómo transita, cómo permuta en cada estación, cómo se transforma con cada pasajero, como una suma, como una resta; ver cómo la eterna curva al final del túnel es un símil del destino que recorremos día a día, oscuro, incierto, inacabado como un infinito.

Veo, como en todos los lugares, gente sumergida en su inseparable, triste y solitaria compañía de los móviles; gente persiguiendo una respuesta en los mapas y pantallas, o descifrando el misterio de las expendedoras de billetes; la vida cansada en los rostros de la juventud perdida de los ancianos y de la fuerza jubilada de sus brazos y piernas derrotados en cada sacudida con los vaivenes del vagón, bruscos como un oleaje; las impaciencia de quienes suben, las prisas de los que bajan; la voz callada de las palabras que saltan de las páginas de los libros abiertos de los que leen, absortos al espacio y al tiempo; la arrogancia de quienes no saben callar ni a destiempo, su mala educación; las miradas perdidas al infinito de personas, que como pájaros disecados, como estatuas, permanecen hieráticos, a la espera del automatismo de la apertura de puertas; las conversaciones discretas, guardadas y secretas; y detrás de todo, de repente, tras el impulso detenido, antes y después de ellos, de nuevo yo, como una mezcla de todos, participando del movimiento ondulatorio, intentando asumir y renegar de mí mismo en cada comparación, en esta perpetua búsqueda de la esencia de los momentos. Y como todas las cosas, después de todo y de todos, el final: la estación: buscada, esperada, ansiada; principio y final simultáneo y preciso, como un viento invisible que, de repente sopla y aparece arrastrando una hoja, y al instante sin más, se esfuma, como un recuerdo en el breve camino que recorre hacia el olvido que en un instante habrá de ser.

Hacia un mundo sin abejas.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , on 29 junio 2014 by Jdcc

El título de este post es el titular de una noticia leída en un periódico de hoy. Al parecer el mundo se va al carajo no por una crisis nuclear, no por una hambruna global, no por una epidemia provocada sino porque nos estamos quedando sin abejas. Mejor dicho, la acción del hombre directa o indirectamente –otra vez- está provocando la disminución en la población mundial de estos minúsculos seres que nos facilitan la producción agrícola. ¿He dicho facilitan?. Al parecer, no sólo existen para molestarte cuando comes en el campo, también son los responsables de que la mayor parte de la producción agrícola mundial no se derrumbe y se renueve cada año. El problema es de tal magnitud que hasta Barack Obama va a destinar 36 millones de dólares a intentar solucionar el problema además de los fondos que ya destina la Unión Europea (mucho dinero, sí, pero insignificante cantidad para erradicar un problema de índole mundial que podría llegar a perturbar nuestra existencia si lo comparamos con las cantidades destinadas a investigación bélica, que si bien es cierto que también perturba la existencia en el planeta, lo hace en distinto sentido). Todo ello acompañado de no pocos conflictos entre fabricantes, productores y ecologistas para evitar que la raíz del problema no hunda grandes negocios de insecticidas, pesticidas…etc.

De nuevo la naturaleza nos da una sabia lección sobre el equilibrio y las relaciones que mantienen a flote un complejo y a la vez delicadísimo ecosistema donde cada ser insignificante, cada planta, cada minúsculo insecto tiene una misión simple, vana y aparentemente inútil vista en su singularidad pero que, a vista de conjunto, se torna imprescindible e imprescriptible.

Creo que fue Ghandi quien dijo: “el 99% de las cosas que hacemos no valen para nada, pero es sumamente importante que las hagamos”. Acabo de ver una película llamada “Intocable” donde un negro francés de origen senegalés que vive en el extrarradio de París pegado a la delincuencia se convierte en aire fresco y sol templado de la existencia…. en la puerta que abre una segunda oportunidad a sentirse vivo de un culto, tetraplégico multimillonario después de contratarlo como asistente personal. De esa relación imposible nació (porque está basada en hechos reales) una relación personal de amistad, dependencia y crecimiento mutuo incompatible e impensable a priori. No se si fue  Martín Luther King quien dijo, “la gente se odia porque no se conoce, y no se conoce porque no se comunica”.

Como las abejas y las flores, como Ghandi, como Martín Luther King, como Phillippe y Driss (los protagonistas de Intocable), todos podemos ser la muestra de la delicadeza de este mundo, la demostración de que al igual que el equilibrio en la naturaleza, las relaciones entre las personas penden de un finísimo hilo que, o se rompe para sembrar el odio, o se mantiene para iniciar una posible comunicación que puede dar lugar a cualquier tipo de vínculo. Ese acercamiento, esa oportunidad de conocernos, de aproximarnos, de rozarnos, de alimentarnos y enriquecernos recíprocamente para llegar a comprendernos, a ayudarnos, a necesitarnos hasta ser conscientes de nuestra verdadera e inevitable interdependencia, de la importancia que para nosotros pueden tener el resto de las personas que nos encontramos en nuestro camino día a día aunque a primera vista, en una mirada primaria y particular no sea lo más aparente; y viceversa. Así como las abejas se alimentan de las flores, las flores volverán a nacer y existir gracias a la acción de aquellas. No son ni somos un círculo cerrado ni aislado. Es más, se transforma en un círculo vicioso pero hermoso, delicado pero imprescindible, humilde pero esencial del que todos, absolutamente todos dependemos para existir y para vivir. Así, no me queda más que compartir aquella idea de que “..cuando considero las tremendas consecuencias de las pequeñas cosas, me siento tentado a pensar que no hay cosas pequeñas”.

Ese insoportable ser llamado hombre.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , on 22 enero 2014 by Jdcc

¿Listos para otra sesión de ultraviolencia? Según el último informe de Intermon Oxfam:

«85 Personas en el mundo tienen tanto dinero como 3.570 millones de personas. «

Lo voy a repetir. Lean despacio las cifras por favor: «85 Personas en el mundo tienen tanto dinero como 3.570 millones de personas. »

Dejadme un segundo que cuente hasta diez y repita unas cuantas veces en el silencio de mi cabeza. Dejad que lo medite.

«85 Personas en el mundo tienen tanto dinero como 3.570 millones de personas. »

20 Personas en España tienen tanto dinero como más de 9 millones.

¿Ha quedado claro? «Como el agua cristalina, señor. Más claro que el azul radiante de una mañana de verano.»

 

Br(eaking) Ba(d) – Cachitos de hierro y cromo.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , , on 8 diciembre 2013 by Jdcc

Con la misma nostalgia con que recuerdo esas cintas de casetes donde grababa las canciones de moda que sonaban por la radio, cierro hoy esta semana. Con la misma tristeza que moja los recuerdos de aquellos días que ya nunca volverán, he dejado pasar los últimos días hasta llegar aquí.

 El mismo cáncer que transforma a Walt, un dedicado y familiar profesor de química en un traficante de drogas, sigue transformando este mundo en algo peor. Se nos fue Fernando Argenta, el que como un niño aprendió jugando a ser mayor, como un hombre nos enseñó a jugar siendo niños. Ese hombre me regaló, como a tantos otros, las reglas del juego de la música, cómo unir sus puntos, cómo atar los sentidos a las notas en el corazón, el sostenido en el silencio, el disminuido como la clave del alma, la pausa en la memoria.

 Dos días después, hizo muchísimo tiempo más que una noticia no me dejaba paralizado: Nelson Mandela ha fallecido. En los días sucesivos a su muerte el mundo se ha dimensionado para estar a la altura de su adiós. Pocas personas han podido cambiar el mundo. Él sí pudo cambiar el suyo. Y es lamentable que él sea tan excepcional, y es vergonzoso que a pesar de él, casi nada hayamos aprendido los demás. Madiba –46664-, como su sonrisa se ha apagado, como nos ha dejado huérfanos de esperanza, como no hay nada que yo pueda decir que sirva para explicarle mejor que usted mismo, simplemente, gracias por haber existido.

 The world is breaking bad.

“Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero”.

“Después de escalar una gran colina, uno se encuentra sólo con que hay muchas más colinas que escalar”.

“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber….. puede descansar en paz.”

Nelson Mandela.

 

Nelson Mandela

Nelson Mandela

Madiba 46664

Madiba 46664    

Una historia por contar.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , on 9 octubre 2013 by Jdcc

Esta historia pendiente no lo es por su extensión, pues será como esos perfumes muy caros que se venden en tarros minúsculos. Esta historia pendiente no tendrá mucha importancia para algunos, pero soy de esos que aprendieron hace mucho a distinguir entre las cosas importantes y las cosas que suelen importar a la gente. Esta historia pendiente, es una historia llena de cuestiones a las que aún no he podido encontrar respuestas y que permanecerán ya por siempre como esos silencios que quedaron vacíos.

          La primera de ellas se mantiene desde el año dos mil diez, y tiene que ver con cómo es posible que pudieras haber llegado hasta la puerta de casa. Fue una noche de enero cuando una serie de agudos y estremecedores quejidos atravesaron los muros de la casa. Al abrir la puerta estabas allí, justo allí, como si supieras en el lugar exacto donde debías de parar después de haberte arrastrado con sólo dos patas atravesando todo el patio y tras, sin saber aún como, haber sorteado la valla de la entrada. Esa noche sin duda fue la peor de todas. Tus quejidos continuos de dolor desgarraban nuestra alma humana. Tras una larga y dura noche, al ir al veterinario al día siguiente descubrimos que una cadera fracturada y tres disparos de perdigón que algún animal –de esa especie bípida que habita en bastantes lugares de este horrible mundo- fueron el motivo de tus interminables lamentos. Una operación que no podíamos pagar y que no aseguraba un buen resultado, o un tratamiento con morfina y tiempo fueron las dos soluciones que se nos plantearon por el veterinario: “algunos gatos son seres excepcionales, y en estos casos, mientras el gato y el hueso estén en la misma habitación es posible salir adelante. Sólo se le notará por un caminar un poco chulo”. Estas palabras entrecomilladas de Juan José V.G. -el veterinario- se me quedaron grabadas.

                 Y tuvo razón. En varias semanas ya estabas saltando por el muro de la entrada. Fue la primera muestra del ser tan excepcional que ibas a demostrar ser y la primera alegría de tantas que nos ibas a regalar. A partir de ahí todo fue rodado y te convertiste por méritos propios en la tercera pata de este trípode. Como dice la canción: “came in through the bathroom window”, y es que el sentimiento que me transmite este verso de The Beatles pocas veces lo encontré tan claramente debajo de otro ser.

              Y todo aquello pareció resultar un corte de mangas a la propia muerte. Pero ahí nos equivocamos, porque a la muerte no se le puede engañar, y esta vez llegó sin avisar como sólo ella sabe hacer, casi tres años después, y como por venganza no ha querido pasar de largo ni perdonarnos la afrenta. Esta vez te agarró con fuerza y no supimos cómo hacer para que te soltara: ni morfina, ni inyecciones, ni pastillas, ni tratamientos ni el deseo infinito de que siguieras con nosotros. Maldita sea la muerte un millón de veces por habernos dejado huérfanos de ti. Maldita sea ella y su miserable presencia siempre.

             Ahora, intentando hacer inventario me descubro sentado solo en la hamaca vacía del salón, esa que me robabas y a mí me encantaba; y paseando por la casa me parece ver tu silueta en la ventana del cuarto de estudio cuando parecías filosofar durante horas mirando a través de ella… la misma ventana que ahora dejo a veces entreabierta por si quieres volver a salir a descansar en el alféizar; me pregunto qué hacer con todos esos cacharros que yo peleaba por no comprarte y ahora no se qué hacer con ellos; y en ocasiones sigo oyendo a veces ese maullido de protesta cuando, al abrir la nevera y coger el paquete de jamón cocido que tanto te gustaba te ponías a dar vueltas alrededor, como un comportamiento incompleto, inacabado y encajado donde falta tu reacción a esa acción; ahora me extraña la levedad del peso de la manta donde ya no reposas por la noche a los pies de la cama, y descubro un misterio en cómo permanece el olor de tus pasos a pesar de la limpieza profunda después de tu partida.

                Ahora pienso en esa última mirada tuya justo antes de marcharnos ese aciago día y dejarte en los brazos de la muerte, como si supieras exactamente lo que iba a ocurrir, como si en el fondo nos hubieras conducido tú al momento y lugar exacto donde todo tenía que pasar, en el lugar donde todo empezó, y con aquella última mirada me estuvieras diciendo: gracias por todo, os echaré de menos, hasta pronto.

Para Diddy (algún lugar indeterminado del año 2.010 – Ardales, 2 de Octubre de 2.013), allá donde te encuentres, espéranos siempre.

 P.D.: Gracias a Eduardo G. F. (el otro veterinario), por su tacto, buen hacer y comprensión en esos momentos difíciles.

Diddy

Diddy

La vida de las mariposas.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , on 7 septiembre 2013 by Jdcc

Recientemente he tenido la oportunidad de presenciar el espectáculo más sorprendente que puede admirar el hombre: la naturaleza.

En este caso fue conocer de cerca cómo es la vida de las mariposas. Explicado brevemente sería como sigue:

Todo comienza con el huevo, pequeño e insignificante.

Los huevos de las mariposas tienen formas y colores muy diversos.

La hembra los adhiere con una sustancia pegajosa a la hoja de la planta de la que se alimentará la oruga.

Debido a sus innumerables enemigos sólo un 2%, de entre los 50 hasta 1000 huevos que puede poner una mariposa, llegará a adulto.

HUEVO

HUEVO

La siguiente fase es la oruga.

Su misión es crecer y acumular reservas para realizar la metamorfosis.

Multiplicará su peso por cinco mil.

No tiene órganos sexuales y segrega seda.

ORUGA

ORUGA

El momento posterior es magia: la crisálida.

En su interior se produce el milagro de la metamorfosis.

Todo ello se realiza gracias a las reservas almacenadas por la oruga ya que la crisálida no se alimenta.

El cuerpo de la oruga se deshace y las células se reorganizan para formar los órganos de un ser vivo completamente distinto, delicado, hermoso, frágil y único:

La mariposa: ¡¡a volar!!.

CRISÁLIDA Y NACIMIENTO

CRISÁLIDA Y NACIMIENTO

      DSC04857

Cuando la mariposa se ha desarrollado y sale de la crisálida lo hace con las alas húmedas y arrugadas debiendo permanecer varias horas colgada hasta poder volar, momento en el que la fragilidad, la sutileza, la belleza y la delicadeza más absoluta, simple y sencilla se transforman en el batir de sus alas.

Todo su cuerpo es nuevo. Las mariposas no crecen durante su vida.

No segregan seda. Su principal misión será la reproducción con otras de su misma especie que reconocen a través del olor, y lo sorprendente es que cada especie utiliza un perfume diferente.

LA MARIPOSA

LA MARIPOSA

Me quedé asombrado y maravillado al descubrir tal espectáculo.

Sobre todo del paso de la oruga a la crisálida y de ahí, a través de la metamorfosis, a la mariposa. Un mismo ser vivo convirtiéndose en otro completamente diferente a partir de las mismas células dando lugar a una distinta estructura, órganos y belleza. Como si la naturaleza le diera una segunda oportunidad o estuviera corrigiendo los defectos de su propia creación.

Tuve la oportunidad de ver el momento exacto en el que se rompe la crisálida y nace la mariposa. Ese momento me pareció inefable.

Muchos días después sigo teniendo momentos en los que recreo mentalmente las imágenes que retuve en mi retina de todo el orden vital de las mariposas y me sigo quedando perplejo intentando encajar las piezas y encontrarle cierta lógica a todo el proceso sin mucho éxito. Al instante, como por “analogía espontánea”, transporto la vida de las mariposas a nuestras relaciones humanas y las comparo como si fueran universos paralelos, sin saber muy bien por qué. El hecho es que las relaciones entre las personas surgen siempre de pequeños instantes –los huevos-, que dan lugar a ciertos contactos que nos van alimentando de experiencias –la oruga- sin saber muy bien a donde nos llevarán; por una especie de autofagocitación envolvemos esas relaciones en la rutina o en el día a día que mantenemos -la crisálida-, de los que luego, a veces, sólo a veces, en determinadas ocasiones, nacen conexiones y experiencias maravillosas –como las mariposas- que transforman radicalmente nuestra vida y hacen de este mundo un lugar diferente, mejorado, inexplicable, todo ello con las mismas palabras de antes, en los mismos momentos y lugares, con otros gestos, significados y belleza……….. aunque eso sí, como en el caso de las mariposas,  sólo en un escaso porcentaje.

«La lengua de la mariposa es una trompa enroscada como un resorte de reloj. Si hay una flor que la atrae, la desenrolla y la mete en el cáliz para chupar. Cuando lleváis el dedo humedecido a un tarro de azúcar ¿a que sienten ya el dulce en la boca como si la yema fuera la punta de la lengua? Pues así es la lengua de la mariposa» (texto de la película, «La lengua de las mariposas»)

LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS

LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS

Tras los pasos de William Wallace.

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , , , , , , on 11 agosto 2013 by Jdcc

Debió ser por el octubre del año 1.995 cuando, siguiendo mis costumbres de aquella época, decidí darme un paseo sin rumbo ni destino por la ciudad hasta acabar frente al conocido por entonces Multicines América. Como otras veces, me apeteció improvisar y entrar a ver una película en la sesión matinal del fin de semana yo sólo. Tras ojear la cartelera y no sentirme atraído por ninguna película, elegí una al azar. Pagué mi entrada en pesetas –of course- y busqué asiento en la sala vacía. Creo recordar que al terminar la película éramos unos tres o cuatro personas. Cuando aquella tarde me reuní con mis amigos y les conté con un entusiasmo desbordado la historia que había visto no me hicieron mucho caso. Semanas después todo el mundo hablaba de Braveheart. No voy a negar que me emocioné con la historia de William Wallace, y no me avergüenza confesar que hasta solté alguna lagrimita. El amor, la voluntad de perseguir aquello en lo que se cree, luchar por ello, la amistad, la traición, el coraje de enfrentarse a la vida, los principios, la muerte y la lucha por la libertad eran alicientes suficientes para dejar marcado al adolescente que era, y todo ello condicionado por mi creencia de que ciertas historias del cine y la literatura vistas o leídas en determinados momentos o circunstancias de la vida de una persona, producen sin duda que el efecto que causa en nosotros sea mucho más intenso. Tampoco negaré que ha sido una de las películas que he vuelto a ver incansablemente y que continúa dejándome un pellizco al final.

Casi veinte años después de aquel cuasi-veinteañero y por las causalidades de la vida, me he visto otras vez siguiendo la leyenda de aquella historia más cerca de lo que jamás podía imaginarme gracias a mi amigo Andrés. Resulta que en un pequeño pueblo de la provincia de Málaga –Teba- próximo al que vivo, se viene conmemorando desde hace tiempo la muerte de un tal Sir James Douglas.

La historia, a grandes rasgos, es la siguiente: Robert Bruce (personaje histórico que aparece en la película), tras subir al trono de Escocia, había prometido ir a Jerusalén para poder luchar en las cruzadas, sin embargo la muerte le cercó antes y previo a fallecer, pidió que llevasen su corazón a la ciudad santa. Esta promesa se encargó de intentar ejecutarla Sir James Douglas cogiendo “carretera y manta” y transportando colgado al pecho el embalsamado corazón del rey dentro de una especia de urna o algo así. Camino de Jerusalén pasó por la Península Ibérica y en un intentó de apoyar a Alfonso XI en la conquista del Castillo de la Estrella –en Teba- pereció en la lucha contra los nazaríes. La cosa no pasó a mayores hasta que hace unos veinte años, allá por el año 1.997 –poco después de la película y transcurridos varios siglos desde su muerte- los descendientes de aquél noble escocés aparecieron por la comarca de Guadalteba -así se llama la zona a la que pertenece el pueblo- siguiendo su rastro…sí sí queridos amigos ….efectivamente….. la alta nobleza escocesa se paseó por este desconocido lugar de la piel de toro, hasta el punto de financiar un monolito en honor y recuerdo de su ilustre familiar que se construyó  en la plaza del pueblo. Desde entonces, cada año se recuerda a este personaje con recreaciones de época y fiestas medievales.

A veces es gratificante formar parte de las historias de la historia aunque sólo sean de pasada, de soslayo, de forma tangencial, efímera, anónima y aislada… y todo por casualidad. Todo aquello que se guardan en los relatos, los mitos y las leyendas de los libros manteniéndose a través del tiempo es de las pocas formas que hay de traicionar al olvido y de vencer a la muerte corpórea. Quizás sea por eso por lo que me mantengo en este desconocido rincón del infinito, o quizás sólo suponga una forma distinta de mantener mis viejas costumbres en busca de un nuevo azar que me haga topar con otra historia inesperada.

Los espejos deformados.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , on 1 julio 2013 by Jdcc

Alguna vez recuerdo cuando mi madre me llevaba de pequeño a un parque de atracciones, hoy venido a menos, y siempre teníamos la costumbre de pasar, como no podía ser de otra forma, por el primer punto de diversión: la sala de los espejos deformes.

     Recuerdo cómo la primera vez me asusté. Me asusté mucho. No quería mirar y me escondía detrás de ella. Un niño inseguro que de repente se torna gordo, o alto, o deforme, o con cara de loco, o delgado, o malformado, o cabezón, o enano….. La sensación de creer tener claro quien era chocó frontalmente con la “realidad” que aquellas imágenes me describían haciendo saltar por los aires la frágil seguridad en mí mismo y la escasa autoestima que a esas edades aglutinaba. La lucha contra el temor y el rechazo de no querer ser lo que aquellas imágenes me gritaban que era o podía parecer, llegó a producirme pánico. Recuerdo que en varias ocasiones posteriores lloré porque no quería volver a entrar. La “realidad” de aquellas imágenes tuvo tal fuerza sobre mí que tardé en enfrentarme a quién, en mi fuero interno, no quería ser, a quién me negaba en convertirme, pero su sombra alargada en mi retina y en mi conciencia me atrapó de tal forma que durante bastante tiempo le di credibilidad, como en una religión, asumiendo como verdad lo que veía y todo lo que se me presentaba como externo, de tal forma que llegué a negarme, a omitirme, a sustituirme, no admitiendo como real nada fuera de aquellas imágenes “verdaderas”. Después de mucho tiempo, sufrimiento y mucho pelear, gané mi guerra.

     Aquello me ocurrió de pequeño, pero sin duda, estoy seguro de que muchas personas siguen enfrentándose en sus silencios más profundos, en sus soledades más eternas y en sus pensamientos cotidianos, con sus propios miedos generados por su personal y oscura sala de los espejos deformes. A esas personas que, admiradas, se sienten rechazadas; a aquellas que, hermosas, se creen desafortunadas; a aquellas que, luchadoras, se dejan caer vencidas, les diría que no se detengan, que no se queden ahí, que no duden, que luchen, que no se rindan y que no permanezcan prisioneras en esa cárcel de sensaciones, que por encima de lo que cualquier ficticia realidad pueda presentarles como una verdad incuestionable, siempre existen otras, más cercanas, firmes, auténticas y fieles con nosotros mismos.

P.D.: “»Dolor compartido, mitad del dolor. Alegría compartida, doble alegría.»

II Fragmento del texto: Viajes de ida y vuelta.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 21 junio 2013 by Jdcc

 

Viajes de ida y vuelta: De las ruinas del imperio

a la conquista de la Dacia

 

17/06/2012

 

MIENTRAS,…

….. de repente, al quedarnos solos, aquel cuerpo que hasta entonces había permanecido en una perfecta actitud hierática, parpadeando lentamente de forma espontánea, exhaló un profundo suspiro retenido, giró primero su cuello y luego el torso en una actitud de relajación. Aunque no ve muy bien buscaba con la mirada, como queriendo encontrar, en busca de la complicidad del buen conversador para iniciar una charla cordial que, hasta ese momento, parecía impensable que pudiera mantener.

 Mientras, con su gesto, mi tensión acumulada por la distancia de un idioma desconocido y una cultura diferente también se diluyó como el azúcar en el café, poco a poco, con cada movimiento, para después empezar a tomarle el gusto a aquella escena.

 Mientras, bajo un pórtico cubierto de sombras del verano, el abuelo, la abuela y la nieta permanecían sentados juntos como en una perfecta foto de banco del parque.

 Mientras yo disfrutaba de la paz del lugar, el momento y el ambiente, ellos tres mantenían su diálogo personal. No podía entender el significado de las palabras, pero sin saber por qué, sí pude recibir la sensación que transmitían y el sentimiento que compartían a través de ellas.

 Los movimientos de él eran lentos, muy lentos, como un atardecer: al subirse las gafas, al limpiarse la comisura de los labios… sus manos, trabajadoras durante una larga y dura vida de ochenta y siete años reflejaban en sus dedos hinchados el cansancio acumulado; mientras, la abuela parecía recoger los gestos de él acompañándolos con la mirada, como ayudándole de lejos, y parecía como si las fuerzas que a él le van abandonando ella las fuera recogiendo para poder seguir sosteniéndole.

 Mientras, la nieta, con la dulzura y la sensibilidad que le caracteriza, los miraba con devota admiración, la misma que ellos le procesan a ella, en quién ven el vivo reflejo de la hija que años atrás desapareció, con la devoción de quienes dudan de la posibilidad de poder volver a mirar aquellos ojos, tocar aquellas manos, besar aquellas mejillas.

 Mientras todo ocurre, intento imaginar el momento en que nosotros nos vamos y ellos se quedan solos. El momento en el que se acostarán juntos en la “bucatarie”, lentamente, y él, lentamente la cogerá de la mano, y en la sombra de una mueca de sonrisa entre los labios cerrarán los ojos muy despacio, y entre susurros, ella le apretará la mano con la esperanza de que los dos volverán a despertar mañana para repetir un día más la misma rutina de los últimos sesenta y dos años juntos, con el fin de sembrar otro grano de amor mientras este injusto mundo se adormece con su opio.

Para Mamaia y Tataia, las dos mitades de una historia cualesquiera de un anónimo y apartado lugar del mundo, por muchos años y por toda la eternidad.

P.D.: para el resto del mundo, “bucatarie”, es una especie de cocina – dormitorio.

Sin naranja, ni media ni entera

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , on 24 marzo 2013 by Jdcc

Recientemente he podido volver a tener la oportunidad y la suerte de dialogar –que gran palabra- con un viejo amigo, aunque realmente no quedaría bien encuadrado si lo situara sólo dentro de ese estatus personal, pues supuso y supone algo más que eso, dado que en algunos momentos de mi vida llegó a ocupar, por sus propios méritos, algunas ramas de mi incompleto árbol genealógico. Él, con todos sus defectos y manías, me regalaba y me sigue regalando un master en vida por cada hora de conversación, y eso es una fortuna incalculable que deja una deuda impagable para cualquier persona.

         Esta vez, como en otras aunque en escenario diferente, recorrimos la tarde a bordo de una conversación que dejó todas las cartas descubiertas, sin nada que ocultar, y esto, no puede hacerlo uno con todo el mundo. En una esquina de la tertulia, le  puso de nuevo forma a algún sentimiento que nunca supe explicar, moldeó con palabras eso que, aún si yo saberlo, tenía dentro de mi arquitectura como persona pero sin haber podido darle forma y sin haber sido capaz de hacerlo aflorar: la inexistencia de eso que llaman nuestra respectiva  media naranja, o mejor dicho, que aquel o aquella que andamos buscando en el transcurso de nuestra vida, no debe tener esa simbólica forma si queremos dar con la persona adecuada. Me explicó, que es más completa y acertada la imagen geométrica que representan dos puños unidos entre sí, por contradictorio que en un primer momento pudiera parecer: en esa imagen que debería definirnos, los amantes o compañeros, o en cualquiera otra forma de relación humana, no han de unirse artificialmente para cerrar una esfera incompleta donde uno es la mitad de un todo, en ella los amantes, como individuos independientes, únicos e indivisibles, se unen, se adaptan y complementan, se moldean y se ajustan, se rectifican y se acomodan  para un mejor compartir en el transcurrir del tiempo en el que hayan de relacionarse, que por supuesto, no tiene que ser eternamente.

         Me dio que pensar.

        Más tarde, cuando caminaba ya sólo de vuelta, y por extensión a lo aprendido, me asaltó otra imagen semejante que explicaba de igual forma la esencia de la idea: la de dos amantes que dividen equitativamente el espacio de su cama para dormir. En contraposición la de otros dos amantes, que ocupan el espacio de su cama, pero no lo reparten, lo comparten, entrelazando como en un nudo sus piernas, arrullándose como una flor con sus brazos, y quedando abrazados y atrapados por sus aromas corporales durante las horas de sueños, como dejando enfriar la externa soldadura de un solo corazón.

          Y supe con qué quedarme.

      Las conclusiones de ese día: que uno es el producto de un conjunto de elementos sumandos, de tal forma que, mientras más sumandos,  se engrandece el resultado –por la experiencia-; que todo ello siempre surge tras el secuestro oportuno de esos pensamientos que te asaltan y te atrapan cuando no piensas en nada, cuando menos te lo esperas –por el destino: viento, vela y timón que nos lleva y nos guía-; y que, aunque sea muy de vez en cuando, siempre es bueno poder comprobar que sigue ahí el tesoro que tiempo atrás, guardó uno en fundo propio –por el amigo-.

Dos puños enfrentados

Dos puños enfrentados

Lo que empieza cuando todo acaba

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , on 31 diciembre 2012 by Jdcc

Ahora que mi presencia de facto ante esta “mi pequeña ventana al mundo” es menos habitual, quiero dejar claro que estoy, y seguiré estando, anónimo y silencioso como una sombra, a la expectativa de la fugaz sensación que pueda inundar mis pensamientos para dejarlos dibujados con palabras, aunque no se me espere.

Ahora, que recorro una etapa en la que me dedico a repoblar esas ramas del árbol de mi vida que dejé vacías y sin contenido, pendientes sine die para otro momento, tengo la sensación de disfrutarla aunque sea de otra forma y por no dejar más asuntos pendientes de los que pueda arrepentirme. Pero afortunadamente, son muchos más los motivos.

Ahora no me parece una rutina tan inaguantable e insufrible la de estar sentado en la silla, delante de la mesa, entre libros, lápices, bolígrafos, el tic-tac del reloj de cuerda, las fotos, el silencio, los recuerdos, la música, que haya siempre alguien esperando y otras tantas pequeñas cosas….aquellas pequeñas cosas.

Ahora, que otra vez es día de nochevieja, tengo de nuevo la sensación que marca esa línea roja de la perspectiva de cuando todo acaba como un final, pero que simultáneamente todo comienza como un principio, cual si existiera un momento real en el que todo empieza donde todo acaba, y en él intento no pensar en nada y a la vez en todas las cosas.

Ahora que esta misma ventana real frente a la que escribo, que dio paso un día a ésta otra más pequeña que se asoma al infinito, se encuentra ocupado por un extraño ser silencioso y vigilantemente cercano y adorable; ahora, que vivimos otra vez en estos días de primavera de los sueños que florecen en el invierno del calendario, espero que cada sueño tenga su correspondencia en cada una de vuestras realidades, y que cada realidad genere una nueva esperanza que siga alimentando este loco mundo que nos ha tocado habitar, como si todo fuera capaz de empezar cuando todo acaba.

Como dice un amigo, paz y salud para todos…antes y después de empezar de nuevo.

...ese ser silencioso y cercano...

…ese ser silencioso y cercano…

Mama Tunza

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , on 30 septiembre 2012 by Jdcc

Mama Tunza.

Mama Tunza es una mujer.

Mama Tunza es una mujer negra.

Mama Tunza es una mujer negra y analfabeta.

Mama Tunza es una mujer negra, analfabeta y sin ninguna cultura.

Mama Tunza es una mujer negra, analfabeta y sin ninguna cultura que vive en lo más profundo y oscuro del África más pobre, en un suburbio de Nairobi, en Kenia.

Mama Tunza es como ese tipo de espejos que deforman la realidad.

La única diferencia es que la más profunda miseria que puede encontrarse en este mundo, una vez tocado por su divina mano devuelve una imagen más hermosa de lo que fuera en realidad.

Mama Tunza y su granja-orfanato ha dado y da la vida a niños sin infancia que han sobrevivido a la muerte que cada día les esperaba en cualquier esquina regalándoles una sonrisa, en la que nosotros, todos, los que estamos sentados cómodamente al otro lado del televisor, podemos contemplar el reflejo nuestra infame, triste e infinita miseria.

 

Para más información, podéis visitar el siguiente link:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-milagro-mama-tunza/1390022/

 

 

 

Fragmento del texto: Viajes de ida y vuelta.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , on 20 julio 2012 by Jdcc

De las ruinas de la capital del imperio a la conquista de la Dacia.

Cada vez que viajo me ocurre lo mismo. Me conquista esa sensación de pertenecer a todos los sitios y se  enfrenta con el simultáneo y contradictorio sentimiento de no ser de ninguno. Diferentes costumbres y lugares distintos pueden suponer en realidad las mismas herramientas que construyen puentes que nos unan o, por contra, que cierren caminos que nos acercan, y es que muchas veces las diferencias son el perno que une las bisagras de lo humano, de lo que en esencia somos.

07/06/2012

Cuando escribo estas palabras es siete de junio de dos mil doce. Lugar, el espléndido jardín de la casa de mis suegros, donde al atardecer de esta magnífica tarde de verano, disfruto del sabroso vino fermentado por Virgil.

 Hoy escribo más tranquilo, cuando todo ha pasado. Una de la experiencias más impactantes de mi vida, de la cual no hablaré hoy.

 En un estado de ánimo que definiremos de….. contradictorio, se me viene a la mente una pequeña historia que me ocurrió el otro día camino del trabajo.

 Llegaba a la altura de una pedanía llamada Villafranco del Guadalhorce, la cual debo atravesar cada mañana. Todavía no había amanecido pero el sol comenzaba a romper el negro del cielo atravesándolo con múltiples matices. En un momento determinado del camino, la carretera se estira y transforma en dos grandes rectas que forman un ángulo recto entre sí justo en una zona elevada de terreno donde te permite tener buena visibilidad sobre todo el tramo. Circulaba al principio de este tramo cuando de repente focalicé la vista justo después de la curva que hacía de vértice y percibí algo extraño en la carretera. Al aproximarme a la curva pude empezar a descifrar la escena: en la mitad derecha de la calzada permanecían estáticas dos perros de tamaño medio. No sabría precisar las razas, ni es un dato relevante. La cuestión es que estos dos rodeaban, como custodiando, a un tercero que se me presentó tumbado en la calzada. Lo percibí herido, moribundo, desamparado. La sensación se tornó confirmación al acercarme al punto donde se encontraban. Al tomar la curva me los topé de frente. El perro moribundo estaba herido de muerte, y apenas podía despegar su cabecita del suelo. Los otros lo olfateaban y lo rozaban con el hocico con cariño y tristeza a la vez . Tuve que esquivarlos, entre otros motivos porque ninguno se apartó a medida que me aproximaba. No hicieron ningún gesto en tal sentido. Tuve la sensación de que lo escoltaban, como queriendo protegerlo de cualquier peligro, de que pretendían apartarlo del camino, reanimarlo, recuperarlo, retrocederlo al justo momento en que corría junto a ellos. En cuestión de segundos tuve que esquivarlos. Aunque aminoré la marcha para intentar fijar la sorprendente escena en el retrovisor, a los pocos segundos recorrí la segunda recta que prolongaba mi camino y los fui perdiendo de vista.

    La escena se me quedó grabada. Me impresionó la forma en que los dos animales permanecieron junto a su compañero sin mostrar duda, sin apartarse, sin intimidarse, sin inmutarse, intentando ayudar al que estaba desahuciado.

  Me llamó tanto la atención que después de un mes me he visto en la obligación de hablar de ellos, después de mi experiencia de ayer, esa de la que me niego a hablar hoy.

   No conseguía apartarlos de mi retina ni de mi memoria, más aún cuando de un tiempo a esta parte, compruebo a diario como muchas personas conocidas se me aparecen como una caterva que tiende a devorar y arrasar todo aquello que pretenden con una avaricia animal sin importar el qué, quién, cuándo, cómo o por qué. A ese tipo de personas, aplicarles o relacionarlos con la palabra animal, será un insulto… para los animales.

   Querría dedicar estas palabras a Rajah, a Lucy y a Didi, a todos, por haberme  descubierto y enseñado de tan cerca a conocer el lado más humano de los animales a través de ese instinto que rompe la barrera que separa lo humano de lo animal… pero cómo ellos nunca leerán estas palabras, sean remitidas pues, junto con el sentimiento que me embarga a sus respectivos responsables. Gracias especialmente a Stella, que ahora comparte un trozo de firmamento allá en la eternidad de la esquina derecha del jardín después de arrancarme bruscamente un pedazo de mi corazón para siempre.

Cuentos

Posted in En la retina... with tags , , , on 2 abril 2012 by Jdcc

Esta mañana me dirigía al trabajo y, como todas, iba escuchando la radio. Me ha llamado la atención una de las efemérides: el aniversario del nacimiento de  Hans Christian Andersen tal día como hoy del año 1.805. No hablaré de este tipo porque estaría de más, y casi me parecería una falta de tacto. Yo que fui niño y que, afortunadamente, sigo guardando retazos del que fui, no he podido evitar echar la vista atrás y transportarme a la infancia de mis cuentos. Mi abuelo, que tantas cosas me enseñó en su día sin yo saberlo, fue la persona encargada de impregnar mi cabeza con la magia de los cuentos, de enriquecerme con sus matices, de aleccionarme con sus enseñanzas y sus valores. Me los repetía una y otra vez incansablemente, como si fuera la primera vez, y siempre con la misma precisión de detalles – reconozco que yo era un poco cansino a veces-. Y parece tan increíble que las mismas historias hayan podido pasar de generación en generación a través de los siglos para pintar con los mismos colores la imaginación de los niños de épocas tan dispares. La infancia debe ser como el iris de los ojos, nunca envejece, y aunque todos son distintos, son inmutables. Particularmente siempre se me viene a la cabeza un cuento en especial: el cuento de Juan sin miedo. No tengo ni idea de por qué, pero resultaba ser que era mí preferido, o al menos el que siempre le pedía a mi abuelo que me contara: sería porque yo, de pequeño, era un miedica tremendo…de mayor intento aprehender a superarlo. De mayor también, llevado quizás por la nostalgia que nos ataca y que persigue mantener ese vínculo con aquella vida, uno siente que aquellos minutos en los que estabas pendiente del devenir de la historia que te contaban eran pinceladas de lo que querías ser.

Ya de mayor, lamentablemente, nos siguen contando cuentos. Otro tipo de cuentos eso sí, pero cuentos al fin y al cabo. Cuentos para darnos miedo; no para mostrarnos los valores con los que se puede aspirar a ser mejores cada día, infundando valores solidarios, no. No para mostrarnos el reflejo en el que poder inspirarnos, no. Nos cuentan el mismo cuento del coco una y otra vez. Nos cuentan el mismo cuento siempre los mismos, incansables. Parece que se les olvida que los cuentos están pensados para los niños pequeños. Parece que se les olvida que de los cuentos ya contados se aprende, y que, aunque se finge no conocer el final, sí se conoce. Parece que se les olvida que ya aprendimos…. yo, al menos sí:    con el cuento de Juan sin Miedo.

¿?

¿?

Juan sin miedo

Juan sin miedo

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Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , on 23 enero 2012 by Jdcc

Son como alfileres de colores lo que hoy sustentan los recuerdos de las sensaciones que me invadían a estas mismas horas justo hace un año. Justo hace un año. Una frágil y delgada línea separaba un sueño realizado de un sueño frustrado. Justo hace un año. Y qué fina era la línea….dios, qué fina fue. Y qué contar ahora, al volver la vista atrás, justo un año después. Justo hace un año. Que se puede decir, cuando llegué donde nunca pensé llegar, cuando obtuve más de lo que pude pedir en mi historia personal. Hoy todo queda como el placer del camino recién andado, como el calor del abrazo que todavía permanece alrededor de las costillas, como el regusto que queda en los besos de los enamorados…..como en una buena historia.

El pasado viernes, para celebrarlo, tuve la oportunidad de volver a encontrarme con los mismos compañeros que anduvieron conmigo en las mismas trincheras por aquellos días. Volver a disfrutar con pequeñas cosas de la vida como una cena entre amigos o compañeros con las ganas necesarias de compartir y la empatía suficiente para comprender, notando que quieres estar, percibiendo que quieren que estés. En la madrugada, al volver del centro, me redescubrí de nuevo al desandar  las viejas y anchas calles mojadas, al volver de las ebrias noches infinitas, al volver al dulce infierno de los bares de copas,  al volver con los pies cansados a las frías madrugadas, volver a las miradas encontradas.

Ahora, repasando estas palabras pretendo permanecer en el convencimiento de lo que también aprehendí tras volver a mi Ítaca personal tras la odisea de experiencias, eso que aunque durante mucho tiempo fue la tesis que inspiró mi vida pero que, ante la antítesis de mi historia personal, me llevó a esta síntesis: seguir caminando, seguir caminando siempre, aún cuando nuestros pies cansados nos griten otra cosa, seguir caminando, sin descanso, seguir caminando sin detenerse con el único y determinante fin de no tener que volver.

...a las calles mojadas....

...a las calles mojadas....

P.D.: para MCP, con la intención de que estas palabras puedan servirle de alivio a sus pies cansados, si lo estuvieran, y así, pueda seguir caminando y caminando…sin descanso.

Una lección de economía

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , , on 13 noviembre 2011 by Jdcc

Pues fue por allá por el siglo XVII cuando la coplilla fue nacida:

“Madre, yo al oro me humillo,

Él es mi amante y mi amado,

Pues de oro enamorado

Anda continuo amarillo.

Que pues doblón o sencillo

Hace todo cuanto quiero,

Poderoso caballero

Es don dinero”

Pero fue ayer cuando, después de muchos años, parte de un país en contra, una oposición política, un montón de jueces, fiscales y leyes después, ha tenido que ser ese nuevo “coco” llamado “los mercados”, invisible, omnipresente y omnipotente quien se haya ventilado de un plumazo y en menos de una semana a “il cavaliere”, haciéndole dimitir sin protestar ni rechistar, con una sonrisa en los labios y al ritmo del aleluya de Haendel. Ha sido el segundo de la lista después de la tragedia griega del Sr. Papandreu, que quiso practicar a última hora en Grecia eso que llamaban democracia; un poco tarde Sr. Papandreu.  Se hacen apuestas, ¿quién será el próximo?

Y fue, durante el siglo XVIII cuando fue tomando fama:

“Nace en las Indias honrado,

Donde el mundo le acompaña;

Viene a morir a España,

Y es en Génova enterrado.

Y pues quien le trae al lado

Es hermoso, aunque sea fiero,

Poderoso caballero

Es don dinero.”

Pero fue ayer mismo cuando, después de años y años de guerras de poder, muertos, drogas y miseria, y justo después de que a Brasil le hayan concedido organizar consecutivamente un mundial de fútbol y unos juegos olímpicos cuando el gobierno se ha decidido a entrar con todo en los acantilados de la crueldad de las favelas con el fin de controlarlas y/o erradicarlas. Me ha llamado la atención ver ondear una bandera blanca desde la cima de una de ellas, a través de la ventana de unas de las casas en señal de rendición.

Y sigue estando presente el verbo extenso de Quevedo a pesar del transcurrir de los tiempos en una lección eterna:

Más valen en cualquier tierra

(mirad si es harto sagaz)

Sus escudos en la paz

Que rodelas en la guerra.

Pues al natural destierra

Y hace propio al forastero,

Poderoso caballero es don dinero.

El nuevo coco no impone, no intimida, sólo aclara lo que es conveniente. El poder económico por encima de todo. La victoria económica por encima de la vida misma de cualquiera, e incluso de la propia, aún a riesgo de rondar la auto fagocitación para poder seguir creciendo…

…mientras, como un susurro lejano, en otro lugar del universo, en una tierra muy muy lejana, la providencia nos alejó esta semana de las cosas cotidianas que importan para acercarnos a las cosas importantes: a Minhaj y Mohamed, dos bebés somalíes a los que cincuenta euros y tres meses han bastando para conseguir arrancarlos de los brazos de la  muerte más inmediata y devolvérnoslos con la fortuna incalculable de su sonrisa en los labios.

Sólo el presupuesto que España (no potencia militar) destinará en 2.011 para fines militares ronda los 18 mil millones de euros:  ¿tienen una calculadora cerca? ¿se atreven a hacer la cuenta?

Que no nos cuenten milongas ni nos den lecciones de economía, poderoso caballero es don dinero.

La fiesta de disfraces

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , on 2 noviembre 2011 by Jdcc

Fue a finales del siglo XIX cuando, debido a la gran hambruna, miles de desesperados irlandeses emigraron a Norteamérica en busca de una opción de futuro, y con ellos cruzó el charco la tradición celta de la noche de los difuntos. Esta, como otras muchas, fue transformada, empaquetada y vendida al resto del mundo como producto genuinamente americano….. otra vez.

     En esta ancestral  y bella tradición de mi querida Irlanda (que fue asimilada incluso por los romanos), esa noche de fantasía y misterio servía para recordar y representar todo lo relacionado con el mundo de los muertos. Se abrían las puertas que separaban su mundo del de los vivos, para que los espíritus buenos y malos pudieran vagar por sus pueblos y visitar a sus familiares. Éstos, dejaban supuestamente una calabaza con una vela dentro para comunicar si accedían o no a ser visitados. Con los malignos, debían negociar algún trato o prestarse a las consecuencias de un posible truco maligno contra su familia, cosechas, etc….De ahí, y de la película de John Carpenter “La noche de Halloween”, deriva toda la parafernalia que podemos ver desde hace algunos años en este nuestro querido país, en el que la mitad del patio se disfraza de manera super original (entiéndaseme la ironía), haciendo posturitas y un montón de mohínes terroríficos al ser apuntados por el objetivo y el flash.

     Lo mejor, es que el día ya pasó, lo peor, es que cada año va a más esta fiesta de disfraces callejera… por dios!!! Pero precisamente es esa tendencia al disfraz y a la mueca fingida lo que me hace pensar.  El hecho de compararlo con todo lo que veo y escucho últimamente al encender la televisión y la radio, apreciando como nos vamos al carajo inevitablemente por la tendencia indescifrable del personal a querer aparentar lo que no se es, y a continuar a esa acción, con el atajo del gesto de poner la cara forzada y fingida para quedar bien en la foto.

     Ya de pequeño le tenía un miedo atroz, y aún más ahora de mayor, al disfraz. Quizás porque me costó mucho encontrarme a mí mismo como para, por las buenas, querer ser otro sin pretenderlo.

     Quizás, tan antiguo como el hombre es su propio disfraz, su tendencia natural a bailar ocultándose tras la máscara, a fingir, a representar, a mentir, a echarle el muerto al de al lado, a dejar que paguen otros por tus propios errores, a escudarse en la falsedad. Pero quizás, también, tan vieja como ese disfraz es el hueso duro de la cruda verdad que se oculta detrás del maquillaje y el gesto, y que al final del día, es lo que aflora delante del espejo.

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«O poeta é um fingidor                        ( El poeta es un fingidor,

Finge tão completamente                finge tan completamente,

Que chega a fingir que é dor           que hasta finge que es dolor,

A dor que deveras sente«.              el dolor que de veras siente.)

  Fernando Pessoa

Mi madre me ha dicho

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , on 29 septiembre 2011 by Jdcc

Caminaba el otro día por la mañana acompañando a mi madre y mi novia por el “mercaillo Huelín”. Para el resto del mundo: Huelín es un tradicional barrio pesquero de Málaga, y el mercadillo hace tiempo que lo trasladaron a otro lugar, pero por la fuerza de la costumbre que lo hace fácilmente reconocible y por el trabajo que nos cuesta aquí ponerle nombres nuevos a las cosas que ya los tenían, mantiene el apellido. La cuestión es que mientras los tenderos nos iban recordando a cada paso y a voz en grito el clásico estribillo de la banda sonora de estos lugares, ese tan personalísimo y que por mucho que pretenda me es imposible reproducir de palabra sin atascarme, ese que dice AEUROAEUROAEUROAEURO…niñaaaa AEURO!!!!!!!!!! (inténtenlo por favor), yo iba meditando una frase lapidaria que le había oído media hora antes a una niña que, como su amiga, rondaría los nueve o diez años. La frase en cuestión fue: “mi madre me ha dicho que me dará dinero para que me compre ropa en Zara”.  La frase me asaltó como un ladrón en mitad de la noche, se estampó en mi cerebro, me dejó como atontado, no supe asimilarla instantáneamente y tuve que ir diseccionándola al compás de los pasos hasta llegar a plasmarla aquí. Con la frase no haría falta escribir más, por sí sola completaría el objeto de cualquier meditación trascendental o simplificaría al mínimo cualquier disertación o estudio sobre micro y macroeconomía y/o sociología moderna.

         Mis reflexiones inmediatas fueron: o yo no estoy en este mundo, o esa niña no está en este mundo, o la madre de esa niña no está en este mundo, o el mundo se está yendo al carajo. Sin duda el paso de los años nos hace cambiar radicalmente la perspectiva de las cosas, pero por Dios santo, yo a los nueve años creía en Espinete, el ratoncito Pérez y los putos Reyes Magos, y a lo sumo pedía cinco duros (para los más jóvenes 0,15 céntimos…¡¡¡uff, me hago mayor!!!) para atiborrarme de chucherías, pero nunca jamás me hubiera imaginado ni a mí, ni a cualquiera de mis amigos en el universo más lejano que pudiera existir, empuñando esa frase o similar.

         Lo que queda claro otra vez es que, entre otras, el arma más poderosa del mundo, es decir, la televisión, hace muy bien su trabajo. Queda claro que, normalmente, la actitud de los hijos no es más que el reflejo de la actitud de los padres – no hay más que ver y oír a Supernany-. Lo que asusta es la visión de un mundo adiposo sin el más mínimo escozor de conciencia, en el que por encima de todo cuenta el dinero, lo material, el yo, mi, me, conmigo, lo que tengo o lo que no tengo, lo que aparento y aquello que poseo que me hace mejor ante ti, todo ello, por encima de la palabra auténtico. Es cierto aquello que el hombre se diferencia del animal en que bebe sin sed, pero también lo es que no hay nada más débil e inestable que aquello que no nace de la semilla de nuestro propio esfuerzo…..en fin, pero mi madre me ha dicho que…….

«En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: y en todo el futuro quiero asimismo reparar este presente.» Friedrich NIETZSCHE.

10 del 11

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , on 12 septiembre 2011 by Jdcc

Almorzaba con quien por entonces era mi novia y su familia en la cocina de estos. Charlábamos distendidamente como era costumbre y, como era también mi manía, visionaba en la distancia la tele en busca del comienzo del telediario, a eso de las 15:00 horas, para enterarme acerca de lo que podía acontecer por el mundo durante ese día. La primera imagen que apareció en la pantalla de aquel telediario fue la de Matías Prats – hijo – hablando, y justo después la imagen de dos edificios de New York muy altos que yo no conocía de nada, y uno de ellos humeando. El corresponsal de turno y Matías narraban lo que parecía ser un incendio provocado por el impacto contra el edificio de una avioneta. Sinceramente al principio no me llamó mucho la atención, al menos, no más de lo habitual. De repente, y en lo que cuentas uno, surgió por el borde lateral de la pantalla una gran bola de fuego, parecía como si algo se hubiera estrellado directamente contra el otro edificio. No pude articular más que alguna palabra de sorpresa, no recuerdo cual, una de esas del tipo joder, hostia, coño….o alguna de esas que a uno le salen de dentro sin pensarlo ni desearlo. No podía creer lo que estaba viendo, de hecho, es que todavía me cuesta creer que pasara. Peor que yo reaccionaron Matías y el corresponsal, a quienes la incredulidad les golpeó de tal forma que les costaba reconocer la realidad de lo que sucedía y comentar lo que parecía estar ocurriendo. La marea de imágenes y comentarios, verdades y mentiras, informes oficiales y teorías de conspiración que se han vertido después no tiene fin. Como siempre, todo se mezcla y se confunde para que la niebla impida reconocer el camino.

          Después también vinieron, el coco del siglo XXI, ese malo malísimo que acabó perdido en mitad del océano (o eso cuentan), dos guerras que a día de hoy no han acabado ni tampoco cumplido sus objetivos con el fin de proteger a muchos del terror, pero que sí habrán reportado grandes beneficios a unos pocos; una gran cárcel sin justicia ni leyes en tierras cubanas (Fidel, el que no quiera sopa que le den dos tazas) y un orden mundial donde el miedo fue inyectado como forma de vida cotidiana para poder romper todas las delgadas líneas que separaban los moldes de la libertad y la seguridad y así justificar todo lo que fuera necesario justificar.

          Una vez leí que en la guerra participan dos clases de personas, aquellas que la sufren y aquellas que se benefician de ella. Por ello, y más allá de las verdades y de las mentiras, vayan estas simples palabras de recuerdo a toda la gente que forma parte del primer grupo, gente normal, padres, madres, hermanos, amigos, vecinos, conocidos, bomberos, médicos, policías, fontaneros……gente que se levanta para ir a trabajar, que lucha cada día por sobrevivir y persigue conseguir con su esfuerzo un mejor entorno para sí y los suyos….. a todas las persona para las que aquél día supuso el comienzo de una pesadilla sin fin, ya sean americanos o musulmanes, blancos o negros, porque el sufrimiento no conoce de colores ni religiones, y sí de corazones y miradas. A los de la segunda clase, y a aquellas que con el sufrimiento de otros encuentran y construyen su beneficio propio, el deseo silencioso de que la vida, algún tipo de justicia o su propia conciencia, les cobre con creces los intereses de su deuda.

El botón que costaba cincuenta mil pesetas

Posted in Historias del día a día with tags , , , on 17 agosto 2011 by Jdcc

Resuelto a remontar mí torcida economía y empeñado a darle algún pequeño empujón a la cuenta de ahorros, decidí intentar reducir algunos gastos domésticos en post de añadir un poco de color, alejado del rojo,  a la cartilla del banco. Pero toda buena intención, llámese dejar de fumar a partir de cada lunes, ponerse a  dieta antes de cada verano o ser mejores personas cada uno de enero, se ve habitualmente truncada por factores totalmente ajenos e independientes a nuestras voluntades. Y para muestra un botón.

            Justo cuando acabé de sacar de la washing-machine la ropa recién lavada, me dispuse a iniciar un nuevo programa. Diez minutos después de comenzar, al pasar por allí observé como todas las luces del panel de la máquina se encendían y apagaban intermitentemente. Parecía como si ella – la lavadora -, en un lenguaje místico e indescifrable para mí quisiera advertirme de algo en su idioma mecánico. Algo no iba bien era lo único que conseguí captar. Tras algunas comprobaciones visuales y tacto-rectales por las partes más íntimas del aparato, pude concluir que estaba inoperativa… vamos, que se había jodido (la lavadora, yo y mi fantástica idea de ahorro).

            Dado que por estas alejadas tierras en las que habito no moran excelsos servicios de reparación tuve que indagar hasta dar con un “muchacho mu apañao que arreglaba cosas”. Puesto en contacto, concertamos una visita a domicilio para la próxima semana, por lo que me empleé en la búsqueda y captación de fondos para la inminente reparación (entre 80 y 120€) o sustitución de la máquina (entre 200 y 300€ -cincuenta mil “de las antiguas pesetas-”). La verdad es que la única fuente de recursos que se me ocurrió fue la hucha que tenemos en la cocina donde caen como lamentos del cielo los céntimos que malviven y vagabundean en el monedero.  Llegó la próxima semana pero no el “muchacho tan apañao que arreglaba cosas”. Y la ropa se acumulaba. Puesto en contacto de nuevo con el “muchacho”, alegó en su defensa que “sinceramente” se había olvidado, pero que la próxima semana estaría sin falta. Gracias al compacto fondo de armario conseguimos aguantar los siete días. Y llegó la siguiente semana, pero el “muchacho tan apañao que arregla cosas” volvió a dar sinceras calabazas. Debe ser el reparador de cosas más ocupado de toda la crisis mundial, pensé. Dispuesto a no darme por vencido ni derrotado, como en otras ocasiones, decidí sumergirme en el universo de Internet, lugar en el que, puede comprobarse de forma empírica que no existe nada en el mundo que te haya pasado a ti que antes no le haya ocurrido a otra persona y que a la vez, ésta persona sea tan previsora y hábil como para contarlo en un foro o blog, e incluso coger su cámara de video y grabar como se repara, prepara o construyen mil y una cosas. Descubrí entonces que todo lo bueno y malo de lo que nos estaba pasando se lo debía a un tal Alva Fisher, demiurgo primigenio de las lavadoras eléctricas. Que todo podía ser cuestión de un atasco provocado por cualquier nimio objeto, de una tal “bomba de desagüe”, del programador o simplemente de cambiar la washing-machine por una nueva. Que con una linterna, un destornillador y muchas ganas de dejarse las rodillas ancladas al suelo era posible buscar el problema y con suerte encontrar una solución. No quedaba otra. Esta vez fue algo más que una simple visual y tacto rectales. Esta vez fue cirugía de la buena. Al poco, descubrí como una mierda de botón de aproximadamente centímetro y medio de diámetro bloqueaba una pequeña hélice de plástico adosaba a la bomba de desagüe, que impedía el buen funcionamiento de la misma, lo que imposibilitaba que se crease la corriente adecuada para la evacuación del agua alojada en el tambor, origen del problema y de la solución. Fue otra inmensa e inefable hemorragia de placer cuando a los diez o quince minutos después de iniciar un programa de prueba, la washing-machine ya no emitió más señales luminosas de alerta y prosiguió con su programa habitual. No tengo palabras realmente para describir el momento ni la sensación. Guardo ese botón en algún lado, el botón más caro que conozco, el que me ha hecho gastarme el dinero que hemos ahorrado en otros menesteres, distintos por supuesto a la cartilla de ahorros.  De todas formas, ha sido un provechoso final, bueno, bonito y esperanzador, cual canto al olmo viejo. Y para muestra, un botón.

P.D.: Gracias a David (R.C.) por enseñarme que siempre hay una forma de hacer fácil lo que a veces parece tan complicado.

Lavadora primigenia sin problemas con bomba de desagüe

Lavadora primigenia sin problemas con bomba de desagüe

Alva Fisher.- El demiurgo de las lavadoras

Alva Fisher.- El demiurgo de las lavadoras

La memoria de los sábados y los peces.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto, En la retina... with tags , , , , , , , , , , , on 24 julio 2011 by Jdcc

Estos días vienen cargados de memoria. De memoria que se acumula. De memoria desgastada. De memoria que nos define. De memoria afortunada. De memoria necesaria. De memoria silenciada. De memoria que nos olvida a veces, que nos abandona o a la que desamparamos sin pensar. Lo mejor de la memoria que se queda resulta útil como un espejo, lo peor de la memoria que se olvida es que nos obliga inevitablemente a tropezar con nosotros mismos y los demás, y a veces, nos regresa como esclavos a nuestros primeros días de existencia. La memoria es también como una verdad, que escandaliza como la luz hiere los ojos del que vive habituado a la oscuridad.

            Esta semana comenzó con un lunes, como tiene que ser, que nos recordaba un sábado de hace setenta y cinco años en el que los extremos volvieron a juntarse para regalarle a este país un billete al infierno más cruel, el de una guerra incivil que no nos bastó a los españolitos para enterrar el odio que sobró. Lo que vino después, ya se sabe, aunque cada uno la cuenta como le parece o le conviene. Siempre hubo y habrá vencedores y vencidos, supervivientes y muerte, exilios y reencuentros, pero no siempre habrá memoria suficiente para recordarlo.

            Ayer sábado nos transportó a otro sábado de hace noventa años, enterrado en la memoria del olvido de una España que se desangraba y se desangra en su decadencia. Lo bautizaron como el Desastre de Annual. Miles de soldados españoles forzados y redimidos –esto es, rescatados o sacados de la esclavitud (llamémosle hambre o pobreza) mediante precio (llamémosle “comida o sueldo”)- fueron abandonados a su suerte y a su muerte por la ineptitud política y militar frecuente de aquellos años frente a decenas de miles de riffeños dirigidos por Abd el-Krim que luchaban por su tierra. Recomiendo en este punto la lectura de un artículo de Arturo Pérez-Reverte llamado “Una tragedia española” (http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/610/una-tragedia-espanola/).

            Pero mucho más allá de la memoria de la historia y la intrahistoria, quería hablar hoy de algo que no me abandona últimamente, la memoria individual, esa que nunca aparece en los libros. Esa que nos hace quienes somos, que forja nuestra existencia, la que nos hace reales. Me asaltan durante el último tiempo noticias de personas cercanas a quien el alzheimer u otras patologías análogas que merman el estado cognitivo están dejando cuerpos abandonados a su suerte y a su muerte, como un desastre de Annual personalísimo donde al intentar la retirada al estilo parto, el caos, la renuncia y la soledad más infinita te cubren como una tormenta de desierto para convertirte y sucumbir en un espectro, una sombra, un objeto inanimado que no cuenta ya sus horas y desconoce la esperanza de un mañana y el refugio de un ayer, y en el que la vida no la rigen la voluntad ni la intención sino que se convierte en una cuestión de nervios, de fibras, de células lentamente formadas y pronto moribundas en las cuales ya no existe el pensamiento, ni los sueños, ni el recuerdo ni  la pasión. Y es que no hay peor enfermedad que aquella que no se siente, y no hay peor vida que aquella que no se es consciente que se está viviendo ni abandonando. Para todos ellos y sus familias: paz.

«Las cargas del Gan» de Ferrer-Dalmau

«Las cargas del Gan»

Alois Alzheimer

Alois Alzheimer

Posdata: sobre los peces, he descubierto hoy que es falso eso que dicen sobre su memoria cuya duración se estimaba en tres segundos. Un grupo de científicos que no tenían otra cosa que hacer ni nada más ameno en lo que emplear los fondos de los que viven, han descubierto que los peces pueden mantener recuerdos hasta cinco meses después. Enhorabuena a los peces, y maldito el tiempo que se escapa.

Tiempos modernos

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , on 1 julio 2011 by Jdcc

“Hoy el sol brilla para la humanidad; pero puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos días, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar un sólo minuto la llegada del venturoso día en que aquél alumbre mejor para los trabajadores. Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones.”

Hoy por casualidad me he encontrado con estas palabras. Algunas de ellas, sin duda, parecen aplicables a estos tiempos modernos. Más adelante, explicaré de donde provienen. Antes, no quería ni podía dejar de pasar la ocasión de comentar la enésima tragedia griega, aunque esta vez alejada de edificios místicos, de hombres díscolos y de dioses hedonistas. Cuando uno lee los titulares de la prensa (del tipo “Grecia evita el caos en la zona euro al aprobar duros recortes”, “las reformas asfixían Grecia, pero Europa respira”, “Grecia con la sangre al cuello” o “Grecia cumple, España gana tiempo”) me hacen pensar aquello de entre todos la mataron y ella sola se murió. Ya sabemos como nos la van a gastar nuestros “conciudadanos” europeos y “amigos” del FMI cuando la cosa nos vaya a peor: chantaje al canto y la soga al cuello. Mientras millones de personas se suman a la jauría de la miseria, un puñado de miserables se llenarán los bolsillos con millones de euros. Sólo recordadles aquello de, si te debo diez euros tengo un problema, pero si te debo cien mil millones, el problema lo tienes tú.

Las palabras del principio fueron escritas antes de su muerte por un tal Samuel Fielden, sindicalista de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue condenado a morir junto con otros siete por unos disturbios tras un mitin sindical en el que algún iluminado decidió enviar un regalo a la policía en forma de bomba en las llamadas revueltas de Haymarket en Chicago. Por lo que estaban luchando en aquel tiempo, también moderno para su época, parecía una loca, osada e inalcanzable reivindicación: la jornada laboral de ocho horas. De aquellos disturbios derivó la festividad del uno de mayo, día del trabajador.

Repasando la actualidad, no me parece que hayamos avanzado mucho. El transcurrir del tiempo es caprichoso, así como hoy me reconozco de vez en cuando hablando y quejándome tal y como a veces oía hablar a mis mayores cuando yo era pequeño, parece que en lo referente al tema social, alguien ha decidido que hay que darle la vuelta a la tortilla y por qué no, retirar la sartén en el momento preciso. Tecnológicamente somos “los putos amos” en estos tiempo modernos. Social y humanamente no parecemos muy diferentes de aquellas pocas personas que pretendían mejorar las cosas para muchos mientras la minoría perenne e inmutable se oponía, en lo que para todos eran también tiempos modernos.

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«A veces pienso que el progreso quita con una mano lo que da con la otra. Hoy son los caballos, mañana seremos nosotros». (1)

Portada de algunos diarios de ayer

Portada de algunos diarios de ayer

«Sólo la hipocresía farisaica y cerril de los espíritus de orden que subordinan la marcha del mundo a la preservación de sus privilegios a costa de cualquier injusticia y de cualquier sufrimiento ajeno podría escandalizarse o sorprenderse ante los hechos». (2)

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(1 y 2) «La verdad sobre el caso Savolta», páginas 24 y 31. Eduardo Mendoza.

Un sol de justicia

Posted in Historias del día a día on 20 junio 2011 by Jdcc

Los vaivenes y la resaca de esta interminable e indefinible estación sin nombre se juntan ya con los bostezos de un verano que promete despertar con fuerza tras otro año marcado por las intensas lluvias. En el colegio me enseñaron que el año se dividía en cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno, cada una con características propias y distintas. No recuerdo durante toda mi vida haber visto tan siquiera un año que tuviera esa estructura. Algo sin duda está mal, ora la teoría, ora la práctica. Resulta extraño que estas dos partes de cualquier verdad, se planten tan menudo por separado como dos desconocidos en un desencuentro cuando en realidad deberían estar unidas como las dos caras de una moneda, o como un árbol a la tierra: “por cábalas lo digo y por las dudas lo canto”. Pero si realmente fuera así, no me llamarían la atención las raras amistades extremas y duras, ni que a algún rey dictador se le empiecen a bajar un poco los humos al ver algunas barbas vecinas recortadas y decida empezar a ceder un poco – Allahu akbar- ,  ni que haya gente que defina como “un montón de perroflautas” a los manifestantes de ayer: madre mía, si es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

            Con un tipo de disyuntiva similar he afrontado mi primera toma de contacto con mi nuevo trabajo después de tiempo acumulando una incontable retahíla de dimes y diretes, teorías y expectativas a cual menos sugerente que me habían hecho tener la sensación de no saber si recibiría un premio o un castigo. Pero la realidad ha sido más que agradable y emocionante, al menos por ahora. Si muchas veces no he sabido distinguir ni elegir entre el placer de descubrir y el placer de reencontrar, lo de tener los dos en uno y a la vez, como esta semana, ha sido un verdadero regalo. Percibir como las cosas más triviales se vuelven fundamentales denota que uno no pierde el rumbo. Tras los momentos iniciales de estar perdido, con cara de primer día de colegio, me puse a mover papeles y en un momento determinado grapé algunos de ellos: por un instante me quedé inmóvil tras oír de nuevo ese  sonido del crujir de la grapa al cerrarse, durante una milésima de segundo pasaron por mi cabeza muchas muchas imágenes. Lo siguiente, fue notar una sonrisa en los labios y muchas ganas de luchar en esta trinchera y hacerlo bien. Después de un triste otoño, un duro invierno y una primavera robada, no cabía esperar otra cosa de este sol de justicia.

“…pero venís y es seguro

Y venís con tu mirada

Y por eso tu llegada

Hace mágico el futuro…”

Necesario y suficiente.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , on 31 May 2011 by Jdcc

Es curioso como enfrentándose a estos dos términos puede uno viajar instantáneamente a través del tiempo y situarse exactamente en el preciso instante en que el profesor de “mates” de turno las pronunciaba por primera vez ante tus oídos, después del cual, tu vida parecía que iba a cambiar para siempre, ya fuera porque entendieras lo que intentaba explicarte, ya fuera porque no lo ibas a entender nunca. Básicamente una condición necesaria y suficiente se emplea para describir la relación que mantienen dos proposiciones o estado de cosas.  Entiendo que soltado  a sí de “sopetón”  puede no caer bien, por eso lo mejor siempre, es poner ejemplos. A saber:

            Ejemplo 1: Es necesario para compensar la balanza del mundo musical actual –lamentablemente- que mitos de la talla de Bob Dylan, poeta-dios del folk, crucificado por los puristas cuando decidió moverse para no salir en la foto y no quedar así encasillado para la eternidad, y faro guía del mundillo para muchos, siga cumpliendo años. Así, setenta, suenan a no suficientes.

Dylan: guitarra y armónica

Dylan: guitarra y armónica

Dylan: the answer is blowin` in himself.

Dylan: the answer is blowin` in himself.

Ejemplo 2: Es imprescindible para cualquier persona aprovechar el tiempo de su vida al máximo, y para ello es condición necesaria aunque no suficiente encontrar ciento treinta y siete minutos para videar una de las mejores películas de la historia: “A clockwork orange”, para el mundo español “La naranja mecánica”. La película cumple cuarenta años y estuvo casi treinta censurada en muchos países incluida Gran Bretaña. Todavía recuerdo el día que la ví.  Sábado, mediodía, del paraíso del paladar en el Alborán al salón de mis delicias del octavo “a”.  Saboreaba por primera vez el vodka stolichnaya gracias a quién tantas cosas me descubrió y sigue descubriendo. “Es curioso que los colores del mundo real solo parecen verdaderos cuando los videamos en una pantalla”. Así que no pierdan la oportunidad ni el tiempo y a videarla bien hermanitos, con un poco de leche con dincromina, prepárense para una sesión de ultraviolencia con moraleja. Después, el ochenta y cinco por ciento del cine que podáis videar os parecerá, lo que es en realidad, una mierda.

El libreto...

El libreto...

...y la escena "ludovica".

...y la escena "ludovica".

Ejemplo 3: Nunca será suficiente todo cuánto se haga para la cultura y promoción de  la historia, incluso gastarse seis millones de euros del erario público para los veinticinco primeros tomos del Diccionario Biográfico Español, pero no era necesario inventarse las cosas. Eso de que Tito Paco “montó un régimen autoritario (como quién monta un chiringuito), pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha quedaron unificadas en un movimiento y sometidas al Estado…”bla, bla, bla… Podemos hablar de muchas cosas, pero por dios, ¡¡¡a estas alturas!!! Al refrán de que la historia la escribe quien gana las batallas, hay que añadirle ahora: también quien paga al escribano.

¿Los 1º 25 tomos?. ¿?

¿Los 1º 25 tomos?. ¿?

Imágenes relacionadas

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Ejemplo 4: Es más que suficiente pagar 32.000€ del mismo erario público, y en estos tiempos,  por un daguerrotipo que contiene la primera imagen de Madrid, lo que todavía no concluyo es si era necesario. Por lo visto un daguerrotipo, aunque suene a trasto super sofisticado, no es más que una foto antigua.

Daguerrotipo misterioso de 0,10€ la copia.

Daguerrotipo misterioso de 0,10€ la copia.

El daguerrotipo misterioso de 32.000€

El daguerrotipo misterioso de 32.000€

        Ejemplo 5:  Nunca serán suficientes todas las noticias que puedan darse a través de cualquier medio para informar, pero si es necesario que afinen un poco en el modo de darlas. Las siguientes fotografías iban ligadas a dos noticias que aparecían juntas en la edición digital del País del día 26/05/2011. Una hablaba sobre la despedida de Oprah, la otra, resume como sólo pueden hacer las imágenes, la enésima de las tragedias cotidianas con las que almorzamos, desayunamos y cenamos últimamente; concretamente, una revuelta en Georgia de más gente que pasa hambre contra otro presidente que no tiene jartura (para el resto del mundo, es lo mismo que hartura o hartazgo). Sin duda una disposición de noticias tan desafortunada como la vida misma.

¡Hasta luego Lucas!

¡Hasta luego Lucas!

...mientras, en el culo del mundo...

...mientras, en el culo del mundo...

Ejemplo 6: Seguirán siendo necesarias aunque no suficientes otros treinta y cinco años de portadas de Interviú. Sin duda, una revista histórica que mezcló todo lo que nadie pensó que se podía mezclar (a pesar de ser la vida misma): cuerpos desnudos a lo grande en las portadas con periodismo de investigación…. O eso dicen. Sin duda, un símil de la vida bastante exacto en muchos sentidos.

¿qué esperabas?

¿qué esperabas?

Por último, son necesarios y suficientes los ejemplos expuestos y que no deje para otro ulterior momento lo que debo hacer ahora. De esta forma, lo que me espera en el horno con  su timbre sonoro será comestible para el mediodía. Así es el pan de la vida de los que tenemos que ganarlo cada día.

       Posdata y moraleja:  siempre es necesario tomar medidas aunque no sean suficientes.

Tras el terremoto, niños japoneses de camino al cole.

Tras el terremoto, niños japoneses de camino al cole.

¿Para Peor?

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , on 26 May 2011 by Jdcc

Sinceramente no se ni por donde empezar hoy. Como decía un compañero de mi querida empresa Enrique Martín, S.A.  “no se si tirarme al tren o al maquinista”. Después de la orgía de verborrea política llega la calma para los ganadores, y la guerra para los perdedores. Por un lado, me quedo con la semilla de esperanza de un movimiento ciudadano que se echaba en falta en una sociedad aislada de ella misma. Y digo ciudadanos y no indignados porque siempre he intentado huir de esos titulares que etiquetan prejuicios que tanto gustan a los periodistas. Por otro lado, la piel de toro es ahora un mapa teñido de azul. Nunca me gustaron ni creo en las mayorías absolutas como nunca me gustaron ni creo en las verdades absolutas. Los que ganan así siempre encuentran la excusa perfecta para hacer lo que les venga en gana con la posibilidad de echarle la culpa al de enfrente por decreto de todo lo malo que pueda haber habido o de aquello que estuviera porvenir o por traer. Y donde no, también quedarán los pactos de última hora -antes de que termine la música como en el juego de las sillas- aunque sea con otro que piensa de distinto color con tal de asentar las posaderas y asegurarse el sueldo. Y es que queda claro la continuidad de la reforma de la ley fundamental de los partidos políticos, que sigue su curso, esa que dice: estos son nuestros principios, y si a ustedes no les gusta, no se preocupen, tenemos otros. ¡¡Qué mundo dios, qué mundo!!.

            Pues sí amigos, para los que no se hayan enterado el pasado domingo hubo llamamiento a las urnas y llevé a cabo mi propia liturgia de la democracia ejerciendo mi derecho al voto porque no quise pertenecer a ese cuasi cuarenta y cinco por ciento de malagueños que decidieron no encontrar cinco minutos para protestar o elegir. Creo que si al votar regalaran algo, no se, una piruleta, el Marca o un paquete  de papel higiénico de doble capa, esa abstención se podría reducir bastante. Es una idea. En un primer momento se puede pensar que estén cansados de tener que elegir entre la misma mierda de siempre, y un poco de razón les podía haber asistido, pero resulta que las opciones son múltiples y variadas. Cada vez que he entrado en mi colegio electoral siempre me encuentro como un poco perdido a pesar de haber pasado allí ocho años de mi infancia y pubertad pululando por sus pasillos y rincones. Supongo que debe ser por el cambio del punto de vista, ahora más elevado. Pero más perdido pude encontrarme cuando al ir a buscar la papeleta que mejor comulgara con mis dudas, me asaltó la sorpresa de tener que elegir entre diez más ocho opciones políticas. Sí amigos. Dieciocho. Sorpresa, sorpresa. Me pregunté: “One moment please, ¿¡¿¡¿¡Pero si yo me trago todas las tertulias políticas habidas y por haber desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche –y que algún día me costarán el divorcio- como puede ser que haya tantos partidos y yo no me haya enterado?!?!!?  PP, PSOE, IU, UPyD y para de contar creía yo. Ante mi asombro decidí escoger una papeleta de cada una de para echarles un vistazo. Fue cuando descubrí que una vez quise votar a IU pero resulta que voté a Los Verdes, que no tiene nada que ver…tanta coletilla, tanta coletilla ecológica pues hala, un voto menos. También existe uno anti-toros, uno pirata (no se si de los de pata de palo y parche en el ojo o los del doble-click), uno de los pensionistas a quien votaré desde ahora y por siempre porque su foto en la web me ha convencido totalmente (no se la pierdan: http://www.partidodelospensionistas.eu/ ); dos de los de siempre: los comunistas y los falangistas –erre que erre-, uno humanista (viva F. Petrarca clama siempre “er Mauro”)…y así hasta completar un extenso abanico de posibilidades. Creo que después de este blog, debo empezar a considerar la posibilidad de fundar mi propio partido…..aunque por lo visto no debe ser muy difícil, es broma.

            De todas las veces que he ido a votar, y he acudido en todas desde mis diez más ocho, a pesar de haber visto muchas papeletas nunca me había parado a examinarlas. De aquí puede deducirse que la gente que no va a votar tiene muchas menos opciones de conocerlas, o siendo sinceros, ninguna, dejando en nulas las opciones de poder sentirse identificado con alguna aunque sólo fuera por casualidad puesto que hay para todos los gustos. Por eso, y como desde mi ventana pueden otearse todos los horizontes y paisajes,  relaciono más abajo sus nombres, siglas y votos obtenidos para curiosidad de pocos. La pregunta que me asalta ahora, es por qué todos los medios informativos rigurosos, plurales e independientes de radio, prensa, televisión e internet no harán lo mismo que este pobre observador para que la gracia –o sea la democracia- sea completa aunque sea para sólo obrar expectativas y no ir para peor.

Resultado elecciones electorales en Málaga capital:

(entre paréntesis número de concejales obtenidos)

– Partido popular (PP) – 123.655 votos (19)

– Partido socialista obrero -(¿eh?)- español de Andalucía (PSOE de Andalucía) – 57.245 (9)

– Izquierda Unida Los Verdes – Convocatoria por Andalucía (IULV-CA) – 25.354 (3)

– Unión progreso y democracia (UPyD) – 8.099

– Los verdes-Andalucía ecológica (Los verdes) -¡ojo! no es IU– 3.197

– Compromiso verde por Málaga-Espacio plural andaluz (CvM-EP-And.) – 1.514

– Ciudadanos en blanco (CENB) – 1.431

– Partido Anti-taurino contra el maltrato animal (Pacma) – 1.098

– Ciudadanos-Partido de la ciudadanía (C´s) – 722

– Partido pirata (Pirata) – 718

– Partido de los pensionistas en acción (PDLPEA) – 534 votos

– Democracia participativa (Participa) – 533

– Partido comunista de los pueblos de España (P.C.P.E) – 428

– Alianza nacional (A.u.N) – 375

– Falange española dela JONS (FE de las JONS) – 301

– Partido humanista (PH) – 279

– Solidaridad y autogestión internacionalista (SAIn) – 260 votos

– Unificación comunista de España (U.C.E) – 102

δημοκρατία

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , on 20 May 2011 by Jdcc

Es muy curioso como a menudo, en la moderna tarea de pretender sofisticarnos a nosotros mismos, vamos revistiéndonos de capas y adornos que ocultan siempre lo más esencial, lo más básico, lo más importante: la semilla de donde todo nace.

            Tras escuchar durante estos días hasta la saciedad hablar de democracia  al gobierno, la oposición, los partidos minoritarios, los tertulianos y toda esa gente super-entendida que habla, habla y habla, he perdido la noción de lo que yo entendía por democracia. Por el contrario, he ganado la certeza del juego cobarde de la mayoría de ellos respecto al movimiento ciudadano que se ha generado. Primero teniendo una actitud de erradicar la situación, como siempre, a fuerza de jarabe de palos y luego con la contaminación periodística acostubrada. Más tarde, cuando el llamado movimiento 15M ha ido expandiéndose, he visto como los políticos han ido dejando crecer una bola pensando en “ya se aburrirán” que ahora no saben cómo frenar y que pretenden solucionar primero, queriendo adueñarse de la jugada si sale bien y maldiciendo si sale mal, y segundo y en todo caso, encontrándose lo más lejos posible por si la mierda estalla.

            δημοκρατία significa democracia en griego. Desde hace tiempo tengo la mala costumbre de consultar frecuentemente el diccionario, cosa que no hacía en mi época de colegial, y hoy me he llevado una gran sorpresa. Democracia significa: 1.- doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2.- Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Si la Real Academia dela Lengua no me engaña, entonces, entre lo que veo y oigo de los líderes de los partidos y la acepción, hay bastante diferencia. Su reticencia a escuchar a la calle huele mal.

            Las leyes rigen la sociedad pero las leyes no son inmutables ni eternas, y cuando algo no funciona hay que cambiarlo por y para el bien de todos, no de unos pocos, como se hace a menudo cuando sí interesa. Si todos estamos de acuerdo en que España es un país democrático, entonces hay que cambiar algunas leyes, costumbres y privilegios y sobre todo hay que escuchar a quien posee la soberanía. Estamos viviendo un momento histórico dentro de lo que yo creía que era una juventud perdida dentro de una sociedad sedada. Hay que dejar de estar ciego y sordo. Hay que dejar de hacerse el ciego y el sordo.  Democracia real ya. Y si no, ya lo decía la canción: todo arde si le aplicas la chispa adecuada”.

La propiedad conmutativa.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , on 11 May 2011 by Jdcc

Ya he nombrado en alguna otra ocasión a mi estimado Don Fernando (que así le llamaba todo el mundo), mi profesor de matemáticas en la E.G.B.. Es sin duda una de esas personas que, sin ser uno consciente en el día a día, te dejan marcada su huella para toda tu vida convirtiéndose en un referente por uno u otro motivo. De esta clase de personas está llena mi vida, y por ello doy gracias. Pues bien, fue él quién perfeccionó mi gusto y saber por las matemáticas que me inculcó mi abuelo, el padre de mi padre, agua y sol para la tierra de mi infancia y quién forjó en mí parte de lo que soy, y por ello doy gracias. De todos es sabido que una de las primeras y básicas cuestiones que se abordan al adentrarse en este universo de números y fórmulas es la propiedad conmutativa. Dicha propiedad, aplicable entre otras a las operaciones de la suma y el producto, consiste básica y técnicamente en que el resultado de una operación no varía cualquiera que sea el orden de los elementos con los que se opera. Algo así como el popular “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Hasta ayer, pensaba que esta norma matemática era total y absolutamente infalible, si es que la infalibilidad puede conocerse de otra índole (sin contar la pontificia claro está). Hasta ayer, no había existido oportunidad de poner en cuestión esta norma milenaria. Hasta ayer. Y tan sólo un ente superior a todas las personas y seres, omnipresente y omnipotente, creado para expiar nuestros pecados en la tierra, podía haber dañado la estructura invulnerable de los números, la lógica y el razonamiento matemático de tal forma que diera pie a dudar de lo indudable. Sí amigos, hasta ayer. Y os preguntaréis con afán quién puede ser esa entidad que transgrediera tal pilar de nuestro conocimiento. Pues sí amigos, como ya habéis podido imaginar, tal deidad es hacienda.  Después de dos años sin levantar cabeza y tirar casi con lo puesto, como buen españolito moderno, me propuse ir a confesar mis pecados desempleados en este tiempo que se nos impone para redimirnos con el fin deseado y la confianza devota de no llevarme sobresaltos. Error, craso error. Cuando yo y mi novia nos sentamos ante nuestro confesor-inquisidor para revelarle nuestra quimérica declaración conjunta (tan sólo a efectos de ingresos y gastos de nuestra utópica unidad familiar), y terminó en primer lugar con la declaración de ella, lo inesperado e inefable tuvo lugar ante nosotros y el espíritu santo nos inundó con su luz refulgente en forma de quinientos euros “a devolver”, y la divina trinidad se nos apareció de repente en forma de pequeña escapada romántica, reparación del aire acondicionado del coche (el verdadero, no el elevalunas automático que usamos ahora que tan bien funciona a ciento diez km/h pero que fomenta la incomunicación entre viajeros) para antes de que llegue el crudo verano y una lista finita de pequeñas cosas pendientes que caben dentro de esta módica cantidad de tres cifras y dos decimales, pero que curaba de repente todos nuestros males. Creímos en dios, su hijo Jesucristo crucificado y redentor, Yahvé, Zeus, Alá, Visnú, Dionisios… y así en todos los dioses y religiones de forma simultánea. Creímos en que es cierto eso de la democracia y en eso de que hacienda somos todos, y me asaltó cual oración dominical el artículo treinta y uno de mi estimada y olvidada Carta Magna, ese que dice: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. Que gran verdad. Incluso la emoción alcanzó tal nivel que inyectó en mí una intuición silenciosa, induciéndome sin yo poder controlarlo, a mirar a una manchada pared húmeda y mohosa de la gloriosa delegación de hacienda en que me encontraba para, con asombro, poder contemplar en una especie de revelación mística, lo que parecía como un rostro disimulado, unos trazos aleatorios dibujados en el interior de un contorno difuminado y semi-escondido pero que se presentaba claro y transparente a mi mirada. Podía leerse nítidamente las palabras: viva zp y la madre que lo parió. En verdad os digo amigos que no podía creerlo. Yo era tan feliz. Todo era tan perfecto, tan sublime. Lo que quedaba para el éxtasis y el karma era confirmar mi borrador en el que me iban a retornar la módica cantidad de diecinueve euros con veinticinco céntimos. Una cantidad ridícula pero estimable, que bien merecería ser usada para costear una digna celebración ante tal histórico acontecimiento con algún líquido elemento embriagador. Debió notarse la felicidad en mi cara. Debió de notarse. Error craso, error.  Debió de notarse tanto como debió de notárseme cuando ante datos inesperados no registrados previamente en el universo infinito del oráculo de hacienda, surgió la maldición que convierte el signo menos en signo más, y la palabra a devolver quedó poseída por el demonio de la palabra a pagar. Desconozco que poder oculto impidió en mí imprecar contra los dioses, los profetas y por supuesto la mancha de la pared en aquel preciso instante. Me desinflé como un globo atravesado por una aguja. Me sumí en un infierno de propósitos para el futuro que no puedo revelar. Cuatrocientos cuarenta motivos en mi contra me daban más que razones para cagarme en todo lo que se menea y prenderle fuego a aquella delegación: “sistema tributario justo, igual y progresivo”…su puta madre. Que venga Cháves y lo vea, y también sus queridos hijos que sólo dan palos al agua de todos. Maldita sea la madre de los tiempos. De hecho, aún no he confirmado el nuevo borrador. De hecho creo que esperaré hasta el último minuto del último día para presentarlo a la espera de alguna nueva revelación. De hecho estoy pensando en no presentarlo y escaparme a cualquier país con el que no existan tratados de extradición.

            Pues sí amigos, eso fue ayer. Hoy y ahora me hallo mirando por esta ventana pensando en lo pecaminoso de mi usura, en lo vanidoso de mis pretensiones, haciendo penitencia ciudadana y reflexionando sobre la  propiedad conmutativa y en eso de que todo es cuestión de perspectiva, pues aunque queda claro que en la suma conjunta de cantidades a pagar y devolver el resultado hubiera sido el mismo número de euros con el mismo signo precedente inalterable, en la suma y el producto de alegrías y tristezas, esperanzas y desilusiones, el resultado hubiera sido muy diferente si en lugar de hacer la declaración de mi novia en primer lugar, hubiera hecho la mía, de tal forma, el espíritu demoníaco que me hubiera poseído en el momento de rectificar mi declaración de la renta, hubiera sido desendemoniado por el ascético e inesperado resultado de la declaración de mi novia. Es por tanto, que ante el hecho de no existir en matemáticas la excepción que haga la norma, he de sumar a mi lista de ídolos caídos y creencias reveladas y perdidas, las propiedades de la propiedad conmutativa: “no todo tanto monta monta tanto Isabel como Fernando”.

Deliciosa, refrescante y estimulante.

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , , , , , , , , , on 8 May 2011 by Jdcc

Un día como hoy pero hace 125 años, un golpe de alquimia no dio exactamente con la fórmula para convertir el metal en oro, ni tampoco con la que serviría para prolongar la vida…..pero parece que casi.  Fue un farmacéutico llamado John S. Pemberton quien desarrolló un jarabe “delicioso, refrescante y estimulante” que cambiaría en muchos aspectos el mundo. El otro cincuenta por ciento de la magia vino de la mano de su contable Frank Robinson, quien ideó la marca y diseñó el logotipo en un golpe magistral de marketing, la ciencia de finales del siglo XX, cien años antes. Con una base de Erythroxylum coca (hojas de coca) y Cola acuminata (semillas de cola) su intención fue comercializar una bebida medicinal que aliviara el dolor de cabeza, pero todo se quedó “tan solo” en un refresco de cinco centavos el vaso: vendían, según dicen, en torno a nueve vasos al día. Eso fue ayer. Hoy, cada segundo se consumen ocho mil refrescos y por lo visto, si alguien hubiera comprado una sola acción de aquella farmacia de Atlanta, esa única acción estaría valorada actualmente en dos mil millones de dólares.

            En estos 125 años, es inevitable ignorar lo que ese delicioso refresco de cola ha supuesto para nuestras vidas: por ejemplo, nos ha cambiado la navidad. Como dice la canción, “si uno puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente”, y como mis queridos reyes magos no se reinventan y siguen con el mismo cuento desde hace 2.000 años, pues el “el abuelete gordo cabrón” les gana año a año cuota de mercado, y así les va el negocio. Ha cambiado también la forma de conquistar el mundo: aunque este punto ya quiso mi querido profesor de E.G.B (para los más jóvenes: Educación General Básica, duración, ocho años; objetivos, entrar como un niño asustado y salir con la edad del pavo medio superada) Don Fernando, de matemáticas, hacérmelo entender ya hace mucho con ningún éxito, fue asimilado y comprendido exacta y perfectamente en el mismo momento en que contemplé el símbolo de este refrescante refresco de cola y McDonalds en la plaza roja de Moscú. De esta modo también hubo que cambiar la forma de luchar contra el imperialismo, por eso, mientras el estimulante refresco de cola se expandía por el mundo, allá por los años treinta, Ghandi,  mantenía su huelga de hambre…ah no, pero eso fue por otro país imperialista. También ha influido en el concepto del arte: ahora, una botella de este refresco de cola con el que todo va mejor, forma parte del MoMA (El Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, para el resto de mundo: The Museum of Modern Art of New York).  Otro gran logro de la compañía que produce este refresco de cola que tiene la chispa de la vida ha ayudado sin duda a asentar una de las grandes y más poderosas religiones del siglo XX, la publicidad, a la cual destina –a pesar de su popularidad- alrededor de cuatro mil millones de dólares anuales…yo no se cuánto es eso porque desconozco qué se puede comprar uno con tal cantidad, pero joder qué largo es escribirlo. Supongo que todo ello para ganar la otra guerra fría que mantiene con lo que sus empleados llaman “fakes-cola” (falsas colas para el resto del mundo), es decir, la competencia, entre las que conocemos a Pepsi o Cherry-Cola (bueno esta última como que no cuenta mucho), y con la que mantiene desde el principio una guerra a muerte, con la única consecuencia estimable de los anuncios donde se dan unos palos mutuamente sin ningún tipo de tapujos, ni pudor, ni consideración y sí con mucha imaginación.

            La pregunta que todos nos hacemos y que alimenta la leyenda, es uno de los secretos mejor guardados: su fórmula secretísima. Llamada «Merchandise 7X» tan sólo es conocida por dos personas las cuales no coinciden nunca en el mismo lugar. Pero secretísima hasta hoy, porque yo voy a revelarlo tras un arduo trabajo de investigación. Sí amigos, hoy compartiré con todos ustedes este secreto alquímico al que tan sólo los usuarios de “la thermomix” podrían tener acceso. La sensación de vivir que este refresco de cola proporciona se consigue con…….redoble de tambores, please: agua carbonatada, azúcar, colorante E-150D, acidulzante E-338, aromas naturales (incluye cafeína)…..o eso al menos es lo que explica la etiqueta del producto (de forma literal) que ayer pude obtener por 1,25€ la botella de 2 litros, etiqueta en la que según las leyes debe indicarse la composición. Pensándolo ahora me doy cuenta que es casi más barata que el agua, de hecho, en muchos lugares de la tierra el agua es un elemento de lujo, no así este refresco de cola que es algo más que una bebida suave. Supongo que siendo tan barata, es por ello que la compañía se ve obligada anualmente a defraudar presuntamente a algunas haciendas, como por ejemplo en México: donde hay interpuesta una demanda por fraude al fisco por valor de 30 mil millones de pesos (leer de nuevo la cifra…eso es: unos pocos de miles de millones) a través de métodos de subcontratación. Pero dicho así os parecerá mucho, pero no es tanto, puesto que el peso mexicano está a 0.08 dólares (vamos, poco más que un concejal de Cuenca), por lo que tan sólo suponen alrededor de 2.400 millones de dólares, que serían a día de hoy unos, 1.678  millones de euros: esto sí conseguiría adivinar cuanto supone si pudiera gastármelo en botellas de dos litros de este refresco tan delicioso, refrescante y estimulante a 1,25€ la botella.

Como escribió Mark Twain, la diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga. Por eso, que no te confundan, no te dejes manipular, no permitas que te marquen el camino, sé tu mismo, vive tu vida: bebe Coca-Cola….. Era por si no habías adivinado de qué estábamos hablando sin nombrarlo.

La guerra fría continua

La guerra fría continua

La guerra fría se acabó.

La guerra fría se acabó.

Una de indios y vaqueros

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , , , , on 4 May 2011 by Jdcc

Retengo en algún lugar de eso que llaman memoria y preconsciente dos imágenes que me asaltan instintivamente y por sorpresa cuando las palabras Estados Unidos de América aparecen. Una de ellas es una imagen de la película el Padrino (The Godfather), por ejemplo, cuando muestra la llegada al puerto de Nueva York  (New York para el resto del mundo) de barcos provenientes de Europa llenos de inmigrantes en busca de la felicidad robada, con su estatua de la libertad como diosa de la libertad, la justicia y la oportunidad. La segunda imagen es cualquier fotograma de las películas del lejano Oeste (Western para el resto del mundo), donde todos iban con revólveres, el Sheriff (el representante de la ley) casi nunca pintaba nada, siempre ganaba el que desenfundaba más rápido, y todos tenían un enemigo común: los malvados indios. Hoy me hago dos preguntas: ¿qué hay de verdad en la idea de la primera imagen y la realidad? ¿qué diferencia existe entre la idea de la segunda imagen y la actualidad? Empecemos, por variar, por el final.

            En pocas palabras, pues no necesitamos más para explicar lo que se pretende, el enemigo de los pistoleros (cowboys, para el resto del mundo) eran los indios, personajes salvajes que asaltaban caravanas, cortaban cabelleras, luchaban contra el desventurado americano, hacían ritos extraños en torno a una hoguera  y hablaba en lenguas extrañas: desconozco si el diablo y el mal por aquel entonces habría hecho ya su aparición que justificara una acción de libertad duradera.  Por supuesto no eran pueblos que defendían su hogar ante el avance inevitable de extraños y violentos conquistadores buscando tierras y oro, que no dudaban ni un minuto en arrasar y usurpar lo que pretendían poseer aunque no fuera  suyo…..aún.  Uno de esos jefes indios se llamaba Gerónimo (Goyathlay en su idioma natal). Luchó contra el ejército “americano” después de que asesinaran a su mujer, a su madre y a sus tres hijos. El retrato del jefe apache se colgó en un cartel que decía: ”Wanted, Dead o lived”. Finalmente fue apresado, recluido y reeducado a “mejor persona” en una reserva india. El Gerónimo del siglo XXI (Bin Lden, y que me perdone Don Jerónimo por la comparación), aunque tuviera también su retrato con la misma frase ha corrido distinta suerte: como al hombre no se le ocurrió otra cosa que protestar porque asaltaron su casa de noche a punta de helicóptero, pues no quedó más remedio que desenfudar rápidamente y llenarle el cuerpo de plomo… tal y como se merecía ese bellaco. Personalmente me da lo mismo dead or live porque personalmente todo esto me parece otra cortina de humo sólo que con más publicidad de la cuenta, lamentablemente (que cosas tiene el destino: que se sepa que la culpa de todo es tuya Ignacio, por nombrar al innombrable). Recomendar llegado este punto, la película Syriana.

            Respecto de la primera pregunta, está claro que si un premio Nobel de la Paz, sale en televisión y dice “por fin se ha hecho justicia”, queda claro que por fin se ha hecho justicia. Lo que no me quedó tan claro es si hablaba de las torturas de Guantánamo (entre otras) que él mismo prometió erradicar en su programa electoral como futuro salvador del mundo y donde uno de los torturados “cantó” después de ciento ochenta y tres asaltos de “técnicas de interrogatorio coercitivas” (no ciento ochenta, ni ciento ochenta y cinco, ni ciento noventa: que bueno que contraten a un tío para contar con exactitud el número de veces que le meten a una persona la cabeza en una bañera para simularle una muerte asfixiante) o si se refería al «juicio sumarísimo» de dos balazos al supuesto asesinado Bin Laden en un operación unilateral en un país extranjero, para luego tirar su cuerpo a los tiburones. Quizás  se refiriera a que los americanos ya han podido expresar en la calle y libremente un triunfo a su favor, de la misma forma que los bándalos esos que aparecen quemando la bandera de barras y estrellas: la diferencia es que ellos, los americanos, defienden la libertad duradera, la justicia y la religión verdadera. Que millones de personas vayan armadas en EE.UU y se tomen la justicia por su mano no puede ser fruto de la casualidad, sino de reminiscencias de un pasado-presente  justificado por su estimado presidente.

           Lamentablemente habrá que esperar a wikileaks para saber qué verdad se oculta detrás de  «lo oficial». Por cierto, en honor a la verdad no puedo callarme y hacer que parezca que en américa se tortura exclusivamente a los «moro mierda», también torturan a norteamericanos «antipatrióticos y traidores» a la verdad verdadera como Bradley Manning,  supuesto confidente de wikileaks. Los nazis tuvieron un juicio y la horca. Sadam tuvo un juicio (o eso dicen) y una soga. ¿Para cuando un juicio para usted Sr. presidente y/o alguno de sus predecesores? Como verán, hablo de un juicio, no de entrar con nocturnidad y alevosía en su estimada alcoba para darle dos disparos en la cabeza.

          Recomendar llegado este punto,  la película Bienvenido Mr. Marshall. Como le dijeron en la película al pueblo de Villar del Río en un discurso desde el balcón del Ayuntamiento, “la explicación es innecesaria porque vosotros sois inteligentes y despejados.” ….¡¡¡y que viva el tronío de ese gran pueblo con poderío!!!

P.D.: “…sabía, que la verdad desnuda guarda oculta detrás de la corteza, el hueso de cereza de una duda”. Joaquín Sabina, “El capitán de su calle”.

El indio Gerónimo, no Osama.

El indio Gerónimo, no Osama.

Retrato de Gerónimo....sin photoshop.

Retrato de Gerónimo....sin photoshop.


Un domingo cualquiera.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , , on 1 May 2011 by Jdcc

Cierto es que hoy podría ser un domingo cualquiera, y lo será para muchos, a pesar de ser el día del trabajador y a pesar de ser el día de la madre -caprichosa coincidencia del calendario-, de esta suerte, a falta del jornal, no quedaremos huérfanos del cariño devoto e incondicional . Para otros, aquellos que no tengan nada que celebrar o que lo celebren sólo a medias, el sabor será agridulce, sobre todo si encima tenemos que seguir oyendo y leyendo a nuestros queridos gobernantes, con declaraciones del tipo “el paro bajará pese a que algunos no les guste” o “la crisis no la hemos generado nosotros” (Sr. Zp en un mitín en Santa Cruz de Tenerife): madre mía, y le llenaremos los bolsillos a esta gentuza y todo para tener que oír esto. Él, declarado culé, supongo que le habrá perdido la gracia a eso de hacer la manita, sobre todo cuando la de los cinco millones de parados “oficiales” está tan cerca: adelante, ya sólo falta un empujoncito, y aún maquillando las cifras lo vais a poder evitar. Mientras tanto seguid con vuestras improvisadas reformas y decretos leyes que prometen y prometen tanta recuperación, mientras los otros de enfrente aprovechan para sacar tajada, y entre tanto, algunos sindicatos permanecen callados como putas a las que les pagan el servicio y la cama (disculpas a las putas): entended que sólo iremos a mejor cuando ELLOS, los que mandan, lo quieran. Ellos, no vosotros los que gobernáis…pero pronto llegará el verano, que además de para las bicicletas, es bueno para servir mesas en las terrazas a los guiris.

          También celebramos hoy que el papa Benedicto XVI – Ratzinger, el papa con cara de malo malísimo- ha culminado la beatificación exprés (paso previo a la canonización) del papa Juan Pablo II – Wojtyła, el papa con cara de buena gentevenerado por muchos, criticado por muchos otros. Me pregunto si será por gratitud póstuma. Me ha sorprendido conocer que durante el pontificado de Juan Pablo II, el tal Ratzinger era quien dirigía la llamada Congregación para la Doctrina de la fe, hija rebautizada de la difunta “Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición”, fundada por Pablo III y controlada por Giovanni Pietro Carafa – que este si que fue un elemento-, a la postre Papa Pablo IV. También me ha sorprendido conocer el milagro, que para poder ser beatificado, se supone que realizó Wojtyla: una monja fiel seguidora del papa, y enferma de parkinson como él, empeoró repentinamente a la muerte de este y decidió dimitir del cargo que ostentaba en su congregación. La superiora le pidió que escribiera el nombre de Juan Pablo II en un papel. El papel con el nombre casi ilegible por la enfermedad, fue puesto como motivo de rezo para pedir, durante una novena (esto es, orar durante nueve días), por la curación de la hermana y la beatificación de Juan Pablo II, quien tanto había hecho por su congregación. Una noche de mayo la hermana enferma se levantó de un salto y se fue a rezar. Ya estaba curada. Pero quizás, lo que más me ha sorprendido es que a la ceremonia del Vaticano haya sido invitado Robert Mogabe, dueño y señor de Zimbabwe, y que entre otros logros está ser persona non grata y tener prohibida la entrada en suelo de la Unión Europea por su “buen hacer” en pro de los derechos humanos, aniquilando a la oposición y parte de la población civil…pero seguro que eran marxistas, y esos no creen en los mandamientos.

           También celebramos hoy que por fin se han casado el príncipe y la plebeya…bueno plebeya hasta ayer, que hoy ya es duquesa, duquesa de Cambrigde, y sin necesidad de transfusión sanguínea ni cambio de árbol genealógico. Así acaba otro popular braguetazo, o mejor dicho empieza, que el saqueo comienza ahora. Lo peor es la enésima y detestable demostración de que, como dice M. Alcántara, a los desposeídos lo que más les gusta es contemplar la riqueza ajena. Me ha llamado la atención un reportaje en el diario Sur de Málaga donde una madre cualquiera lamentaba no haber podido darle a su hija de quince años diez euros para ir al cine para no desequilibrar el presupuesto familiar. Así, mientras millones de personas viven con lo puesto, el teniente del ejército del aire, vestido de coronel del ejército de tierra (Hermann Hesse escribió: “si la naturaleza te ha creado como murciélago, no pretendas ser una avestruz”) se tomará un par de años sabáticos con la princesa encantada después de la real y rentable boda. Y es que no hay nada como una boda real para soñar lejos de la cruel realidad de las bodas verdaderas.

            Lo que no podemos celebrar todavía, a día de hoy, es que haya terminado la interminable serie mensual de partidos del siglo y su esperpéntico y degenerativo espectáculo deportivo. Personalmente me encanta el deporte y el fútbol, pero reniego de los “rey sol”, huyo de las “mega-star” y desprecio a “los actorcillos de la hierba” que olvidan la esencia de todo esto,  y me asqueo de todo el entorno que envenena con cuestiones políticas y territoriales esta “santa y sana guerra”. “¿Dónde quedaron aquellos Paco Gento?: se interna, centra y… ¡gol!”, rezaba la canción de Tabletom titulada “Algo así como un tango”. Cuánto daño pueden hacer a veces las banderas y los colores, las religiones y las fronteras: todo aquello que nació para identificarnos y unirnos, resultó ser simiente de odio y distanciamiento. Lamentablemente, al final, como con la política, la religión, la televisión, la nobleza y la realeza, seguiremos tragándonos todo el alpiste que nos echen, como buenos pollos de corral.

La cortina de humo.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , on 27 abril 2011 by Jdcc

La cortina de humo es el título de una película. En ella se cuenta cómo un consejero del presidente de los Estados Unidos (Robert de Niro) contacta con un famoso productor de cine (Dustin Hoffman). La finalidad de esta colaboración es urdir una trama con la intención de desviar la atención pública y mejorar los índices de popularidad del presidente ante la próxima celebración de las elecciones a la presidencia, y así intentar recuperar los votos perdidos por un escándalo sexual enla CasaBlanca. ¿Les suena de algo?.

          La casualidad ha hecho que me tropezara hoy con un vídeo sobre el atentado sobre las torres gemelas el 11 de septiembre de 2.001. Dicho vídeo planteaba una serie de preguntas acerca de la posibilidad de que no fuera un atentado suicida exclusivamente lo que provocó toda aquella barbarie y todo aquel desastre. La teoría desvela intereses ocultos y diversas tramas que supondrían la semilla de lo que luego provocó el derrumbe del World Trade Center. La cuestión es que el vídeo analiza datos técnicos sobre la estructura del edificio, sobre la destrucción de otros edificios, la posibilidad de que el choque de los aviones por sí sólo pudiera o no destruir las torres, testimonio de protagonistas directos de la tragedia y de trabajadores del WTC que detectaron movimientos extraños días previos a la tragedia y un sinfín de datos, dudas, planteamientos, etc. que llevan, según sus autores a la conclusión de que todo fue provocado. Todo se centra en el análisis de la posibilidad de una demolición controlada, querida y consentida.

          Personalmente siempre he tenido la sensación de que aquello no era todo tal y como nos lo vendían. Un poeta dijo que quien habla siempre del enemigo, solo ese, es el enemigo. La realidad es que desde aquel día, el por entonces belicoso, aberrante y esperpéntico presidente George W. Bush, inició su discurso contra el mal en post de una libertad duradera, y obtuvo carta libre para emprender por todo el mundo infinitas infamias detrás de un tal Osama Bin Laden (¿quién se acuerda ya de él?) que justificaba todo lo que fuera necesario: sobre todo acercarse a zonas con mucho, mucho petróleo. Ahí esta la historia. De hecho, ya sus comienzos como presidente fueron más que sospechosos cuando, tras unos algo más que polémicos comicios contra Al Gore, resultó elegido presidente. Y digo polémicos porque según los datos más objetivos, fue este último quien obtuvo más votos. Después, no se sabe cómo, y de la noche a la mañana se “reinterpretaron” las técnicas de recuento, y el decisivo estado de Florida pasó de ser demócrata, o sea favorable a Al Gore, a ser milagrosamente republicano, esto es, favorable a Bush.

      A medida que me hago mayor empiezo a descreer de las casualidades y tener más fe en las causalidades, es por ello que al menos para mí no suponga ninguna barbaridad que alguna parte, mucha o casi todo lo que se busca detrás y debajo de todo “lo oficial” tenga mucho de verdad. De hecho, a menudo el término “fuentes oficiales” suele ser un circunloquio lleno de más mentiras que verdades.  Claro está que la verdad al ciento por ciento es tan rara como el alcohol al ciento por ciento.

        El premio Nobel Aleksandr Solzhenitsyn dijo: “No tengo ninguna esperanza en Occidente, y ningún ruso debería tenerla. La excesiva comodidad y prosperidad han debilitado su voluntad y su razón». El maestro Borges descubrió la fórmula del alcohol al ciento por ciento cuando escribió: Dios mueve al jugador y éste la pieza ¿qué dios detrás de dios la trama empieza?.

P.D.: para los que piensan que detrás de verdades absolutas e incuestionables caben dudas razonables:http://video.google.com/videoplay?docid=7794011496994408373#

Panem et circenses

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , on 21 abril 2011 by Jdcc

El otro día leí una “noticia” en el periódico que  hablaba sobre el pronóstico del riesgo de precipitaciones para semana santa. Según indicaba el titular era de un 50% de probabilidades. En mi pueblo esto equivale al mundano “puede que sí o puede que no, pero lo más probable es que quien sabe”, lo que no deja en muy buen lugar ni al meteorólogo ni al periodista. Ante la duda es mejor no mojarse, o decir una cosa y su contraria, recurso inestimable y cotidiano de nuestros estimadísimos gobernantes. Esos mismos que creen en la justicia siempre que el imputado sea del partido de enfrente, en caso contrario se llama persecución política. Esos mismos que derriban fronteras en  Europa para todo lo que sea mover dinero y escapar de las justicias, para luego de repente, cerrar aquellas que pretenden atravesar las personas para huir de la miseria que la propia riqueza  provoca, para que el hambre que les persigue no se convierta en epidemia que enferme nuestras conciencias asaltando nuestras calles más allá de nuestras pantallas de televisión, y no sea suficiente con cambiar de canal.

          Los especuladores que mueven los hilos de nuestros gloriosos políticos, como la religión, están practicando la teoría del miedo con el pueblo. Y eso es un arma de doble filo. Dicen que cuando la avaricia de estos señores controla y manipula la política y a los políticos para beneficio de unos pocos y miseria de muchos, es cuando los fascismos empiezan a llamar a las puertas, y para muestra un botón: Holanda, Austria, Suecia y ahora Finlandia. Arriesgados dimes y diretes.

          Y es que parece que la gente se cansa de que a la hora de repartir los beneficios se haga entre unos pocos amiguetes, y al minuto de pagar los platos rotos se socialicen y se reparta entre los sufridos ciudadanos. Lo que juega en beneficio suyo es que por lo visto en estos tiempos el pueblo tiene mucho aguante.

          ¿Cómo es posible que la generación de jóvenes más y mejor preparada esté ahogándose en un mar de paro del 43%? ¿Cómo puede ser que el nivel educativo español esté a la cola de los países desarrollados? ¡¡Cómo no va a serlo…!!  Por lo que me cuentan amigos profesores, llego a la conclusión de que aquello que está mal, siempre puede ir a peor.

          Señores políticos, decía el filósofo que no es suficiente con ser buena persona, hay que también parecerlo. Ustedes ni son buenos ni lo parecen, en cambio, si me inclino a pensar que se aproximan a ser lo que realmente parecen: una pandilla de aprovechados sinvergüenzas sin oficio y con beneficio propiciado por un carnet de colores, que se dejan manipular y se venden a precio de costo por un voto que les asegure un buen escaño. Que conste que siempre pretendo distanciarme del insulto fácil, pero es que ustedes me lo ponen muy difícil.

            Para ustedes todo lo que no sea rentable empieza a ser desechable. Peligrosa maniobra y forma de pensar.

          Lo único que ahora importa, vocablo sensiblemente distinto en su denotación de lo que realmente es importante, es esa realidad del juego futbolístico-político que alimenta nuestros egos y desgracias con efectos de adormidera que provocan la pereza de nuestra conciencia de ciudadanos en detrimento de nuestro sufrido bolsillo: mientras haya fútbol habrá esperanza. Pero cuidado, porque están jugando a olvidarse peligrosamente del otro cincuenta por ciento de la ecuación matemática de la estabilidad política, que tan buen resultado ha dado siempre en la historia: Panem et circenses.  Y en esto el olvido, la teoría y la práctica nos pueden llevar más allá del “puede que sí puede que no” de un buen chaparrón.  Lo que se olvida, claro está, es el pan. El espectáculo lo tenemos asegurado, el pan no tanto.

Realidades y promesas, sueños y realidades. Girar y girar.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , on 18 abril 2011 by Jdcc

Parte III.- Girar y girar. 

Una foto donde aparece mi madre y yo correteando por el campo cuando era un niño, una brújula que encontré en un cajón y la figura de un gato egipcio que compré en Londres han sido los objetos fetiches que han velado todas mis horas de estudio y trabajo. Una canción de Raphael y varios temas de fado portugués se convirtieron en los himnos que me ayudaban a recordar cual era el futuro que perseguía, alimentando mi alma para no permitir que me rindiera y poder seguir adelante.

            Ahora puedo afirmar que en la vida siempre hay alguna cosa que viene detrás de lo que aparece en primer lugar, a veces tenemos la impresión de saber lo que es, pero querríamos ignorarlo, otras veces ni siquiera imaginamos lo que puede ser, pero sabemos que está ahí. Ahora tengo la certeza de que todos los acontecimientos, tanto buenos como malos, parecían ir conjugados y encaminados a mostrarme el camino que debía seguir, sin yo saber ni suponer el destino que había después de cada uno.

            El veinticuatro de enero lloré como un niño desconsolado cuando terminé, por tercera vez, de corregir los dos primeros exámenes con las plantillas provisionales. Sólo Cor lo sabe. Y una sensación cómo de haber vuelto a nacer sin haber tenido que morir inundó todo mi cuerpo y mi espíritu.

            El quince de marzo de 2.011, una vez realizado el tercer  y último examen, y tras ver la publicación de las notas definitivas oficiales, descubrí qué se escondía detrás de todo esto. No fui capaz de controlar mis movimientos, ni los saltos, ni las palabras, ni las lágrimas de alegría. Sólo mi madre y mi hermano lo saben. Después de dos academias, tres exámenes, dos viajes a Sevilla y muchas, muchas, muchas horas de sacrificio finalmente aprobé las oposiciones. De repente este hoy, es ese mañana que ayer me parecía tan inquietante, tan lejano, tan inalcanzable. Ahora el éxito he aprendido a medirlo, no por la posición a la que pude llegar una persona, sino en el esfuerzo por alcanzarlo, aunque pudiera no triunfar.

            Con estas líneas cierro hoy un círculo inacabado contando cosas que nunca pensé contar, y puesto que la expresión locutiva humana no sabe todavía, y es probable que no lo sepa nunca, conocer, reconocer y comunicar todo cuanto es humanamente experimentable y sensible, lo mejor que se me ocurre decir ahora es GRACIAS. Hoy quiero dar las gracias a mucha gente. Quiero dar “las gracias” a la gente que me puso la zancadilla un día y me dejó tirado en mitad de ningún sitio con un brazo roto, esos mismos que me hicieron morder el polvo, porque ese polvo fue el veneno que me ha mantenido despierto en el camino, en los malos momentos y en las noches en vela, que me hacía seguir un poco más cuando realmente me encontraba exhausto. Hoy no queda ya nada de ese veneno, lo transformé en antídoto de mis males y lo utilicé en mi propio beneficio y por extensión, en beneficio de mi familia. Quiero dar las GRACIAS a mi familia, que me recogió, que me arrulló, que me apoyó, que me protegió, que me salvó: ellos han sido el verdadero combustible para este camino, la última gota de agua en el desierto que me regalaba siempre el último aliento. Quiero dar las GRACIAS a los amigos que se han preocupado, me han apoyado y me han aconsejado, a todos los que se que se alegran de lo bueno que me pasa, y si no doy nombres es porque son muchos (afortunadamente) no porque no me acuerde, pero todos ellos se reconocerán fácilmente entre estas palabras que les dedico. Quiero dar las gracias en parte a MasterD por ser la piedra que prendió la mecha. Quiero dar las GRACIAS totalmente a Alejandro y Álvaro (Aula Malacitana) por mostrarme el camino, por su buen hacer y su inmensa profesionalidad, y a todos mis compañeros: a los que lo consiguieron y sobre todo a los que no lo consiguieron para que les sirva de aliento……José, Eli, Cristina, Christian, Silvia….. Quiero dar especialmente las GRACIAS a Cor por soportarme y apoyarme de esa forma incombustible durante el viaje: mientras haya cera, habrá llama y habrá luz para el camino que recorremos. Y quiero dedicar todo, cada segundo de este esfuerzo y cada beneficio de este éxito, y darle las GRACIAS especialmente por el ejemplo que ha supuesto para mí siempre, a quién tanto me ha dado sin pedir nada a cambio, a quién nunca dudó, a quien tanto me ha apoyado sin preguntar, sin exigir, sin esperar; a quien me dio la vida: a mi madre, y es que nunca tendré tiempo ni oportunidades suficientes para devolvérselo: porque no hay nada más maravilloso que el amor de una madre orgullosa de su hijo, y porque no hay nada más maravilloso que el amor de un hijo agradecido a su madre… ¡¡¡¡LO CONSEGUIMOS!!!!

P.D.: Soportar y persistir; porque el dolor presente ha de sernos de provecho en mejor ocasión. Después como siempre, queridos amigos, vendrá el futuro para demostrarnos que todo seguirá “girando y girando”.

Realidades y promesas, sueños y realidades. Girar y girar.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , on 16 abril 2011 by Jdcc

Parte II.- Sueños y realidades.

No es agradable la sensación. Suelo escribir sobre cómo veo el mundo y lo erróneamente que suele funcionar todo, sin perder la esperanza en que aún las cosas son mejorables. Esta vez la vida no fue justa conmigo, y ni siquiera fue sincera, que es aún peor. Quizás el hecho de tener que recuperarme de la fractura y la posterior rehabilitación me hizo pensar algo menos en ello, o eso siento ahora.

La justicia al menos sí fue justa tiempo después, a cambio de pagar el precio de enfrentarte a personas y situaciones, ver y oír cosas que nunca pensé me podrían llegar a suceder. Cristalicé en una persona que no decía sino lo estrictamente necesario, a quienes era necesario y cuando era necesario. Me alejé del mundo. Cuando lo has dado todo por algo o por alguien y te la juegan, de eso no creo que uno vuelva a recuperarse del todo y/o para siempre.

Algunas noches después del día en que me despidieron, de entre el sueño y la vigilia, me asaltó un pensamiento, una inquietud, una idea, un sueño que iba a llevarme a prepararme unas oposiciones, entre otras muchas razones, para no volver a estar en manos de nadie. Desde ese momento empecé a dudar de mí y de mis posibilidades. Decidí entonces enfrentarme a mí mismo, enfrentarme a todos mis fracasos, a todos mis miedos, a todas mis desilusiones. Decidí enfrentarme a todas mis debilidades. Una oposición, en palabras de uno de mis preparadores significa “una prueba de superación personal que os marcará en vuestra vida”. Es cierto, pero mucho más allá de obtener o no la victoria.

No voy a decir ahora que estaba  seguro de lograrlo, que nunca temí la derrota: fue todo lo contrario. Fue un miedo inmenso, constante, permanente, consistente. Tuve y he tenido mucho miedo, sentí y he sentido mucho pánico porque mi problema siempre fue no saber distinguir aquellas cosas por las que todavía valía la pena luchar de esas otras que debían abandonarse sin pena, o con pena. Pero también pensé que era una estupidez perder el presente sólo por el miedo de no llegar a ganar el futuro. Leí que un viaje de diez mil kilómetros comienza con un paso y que no es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca.

            Descubrí que los momentos no llegan nunca tarde ni pronto, llegan a su hora, no a la nuestra, no tenemos que agradecerles las coincidencias, cuando ocurran, entre lo que ellos proponían y lo que nosotros necesitábamos.

            Comprendí que hay ocasiones en la vida en que debemos dejarnos llevar por la corriente de lo que se sucede, como si las fuerzas para resistir nos faltasen, porque así, como con el miedo, de pronto ves  que el río se pone a nuestro favor, nadie más se da cuenta de eso, sólo nosotros, quien mire creerá que estamos a punto de naufragar, y nunca nuestra navegación fue tan firme.

            Recordé que la experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede y que una habilidad mediana, con esfuerzo, llega más lejos en cualquier arte que un talento sin él.

            De esta forma fui buscando porqués para enfrenarme a todos los cómo con el propósito de vencerlos. Empecé a andar despacio con el único fin de no tener nunca que desandar lo andado y ajustar siempre las velas para hacer de todos los vientos, vinieran de donde vinieran, fuerza para empujar mis velas.

De esta forma fui conociendo esas lágrimas solitarias y anónimas que no caen y se consumen en los ojos, esas que en la soledad enjuagan la incertidumbre de ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder. Nadie sabe cuánto he llorado. Nadie sabe cuánto me he frustrado. Nadie sabe cuántas veces me hubiera dado por vencido.

Todo esto me ha enseñado cuán importante y preciso es saber lo que se quiere. Y cuando se quiere, que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo. En otras palabras: que uno puede llegar a ser lo que desea, sólo existe un gran obstáculo: uno mismo.

Realidades y promesas, sueños y realidades. Girar y girar.

Posted in Historias del día a día with tags , , , on 13 abril 2011 by Jdcc

Parte I.- Realidades y Sueños.

Todo pareció un mal sueño aquel verano de 2.009. No andaba muy bien de ánimos en el trabajo y por una serie de circunstancias añadidas que hacían especiales aquella situación. Todo me afectaba de sobremanera hasta el punto de alterarme física y psíquicamente. Por eso la noche en que me fracturé la muñeca sentí que posiblemente conllevaría alguna consecuencia extra. Lo sentí como una premonición porque el contrapeso de abundantes promesas de amistad, futuro y gratitud que resultaron ser una sombra que oscurecía el calor sofocante de la realidad no me parecían ya lo suficientemente sólidas.

La cuestión es que de aquel sueño con tintes de pesadilla me desperté cuando aquellas mismas personas que lustraban palabras como amistad con tanta intensidad como le sacan brillo a los zapatos los limpiabotas que a veces sigo viendo por las calles, decidieron reclamar mi presencia ante la suya cuando, aún con el brazo escayolado y de baja médica, ya me había reincorporado al trabajo, para informarme de que estaba despedido. La comunicación fue breve. Aquello no necesitaba de muchas explicaciones. Les bastó un par de minutos, un par de frases hechas, un par de instrucciones rápidas, un par de recodos entre mentiras y medias verdades: no era tanto ni tan importante lo que se perdía, he de suponer. Me marché volviendo la vista atrás pero nadie vino. Ellos decidieron porque yo estaba en sus manos, yo decidí que no quería volver a estar en manos de nadie. Aprehendí, como había aprendido del maestro Alcántara, que la cara no es siempre el espejo del alma, que todos tenemos cara y algunos no tienen alma, y que para acabar de arreglarlo, hay muchos que no se miran al espejo.

Desde entonces descreí por completo de las promesas y perdí la fe en las todas las personas, totalmente. Me sumergí en unas frías aguas que nunca antes había probado. Descubrí instantáneamente qué se siente cuando, derrotado y abatido, muerdes el polvo.

Realidades y promesas, sueños y realidades. Girar y girar.

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , on 11 abril 2011 by Jdcc

Preámbulo.

Hoy, ocho de abril de 2.011, día en el que comienzo con el borrador de este post, han pasado exactamente un año y cinco meses desde la última vez que me asomé a mi ventana. Entre aquél día y este día han pasado mucho tiempo y muchas cosas, algunas buenas, otras malas, otras increíbles y todas necesarias de contar, por eso iré recorriendo mi memoria de antes a después hasta llegar a hoy, empezando por el principio que es como se suele recomendar, con la intención de trasmitir la esencia de las cosas, y con la esperanza de no desgastar al lector espontáneo y esporádico que tuviera a bien descansar sobre el alféizar de esta ventana.

Comenzaré por recordarme a mi mismo (persona humana alejada de la vida común durante este período) más que al visitante, lo más importante que ha acontecido en este tiempo, porque realmente hay momentos en que la sensación de vacío temporal es intensa, y es que aunque no lo parezca, todo lo anterior casi parece otra vida vivida antes de ahora.

El año 2.010 comenzó por enero como siempre, pero de la peor manera posible, con un ataque terrorista de la naturaleza, como leí del Sr. Manuel Alcántara, aunque la naturaleza sea siempre neutral y lo mismo nos envíe un terremoto que una naranja. Los informativos nos estuvieron bombardeando horas y horas con la desgracia de Haití hasta que de repente un día dejó de ser noticia, cuando los muertos ya estuvieron bien muertos y los vivos continuaron siendo si cabe, más muertos en vida.

Durante todo el año los seísmos han ido apareciendo y desapareciendo por todo el planeta como un azar desprovisto de fortuna.

En abril, los atómicos presidentes de EE.UU y Rusia firmaron un histórico tratado llamado START III (no confundir con la famosa serie de TV Star Trek) para reducir el número de armas nucleares a un máximo de 1.550 ojivas nucleares. Se me plantean automáticamente dos cuestiones: la primera es en qué escuela estudian aquellos que dan nombre a los tratados; la segunda, qué no se pueden hacer, o mejor dicho deshacer con 1550 ojivas nucleares, como si hicieran falta muchas más para mandarnos a tomar por culo para siempre.

En mayo los nombres de las agencias de calificación del crédito internacional, el FMI y sus codiciosos amigos-consejeros y colaboradores saltan de la ultratumba del anonimato a las tertulias de los cafés matutinos, y se entremezclan con las discusiones de la liga, pan nuestro de cada día, y comienzan a estrangular a los estados en beneficio propio. Este será el comienzo de una historia que perdura a día de hoy, y que no se sabe como acabará, al menos para la mayoría de los mortales, porque para los directores y asesores de las agencias está más claro: con más ceros a la derecha del número mayor de uno de sus cuentas bancarias. Siempre me pareció curiosa una noticia que resaltaba que la crisis no estaba afectando a las firmas de lujo.

También en mayo, la comunidad internacional “condena enérgicamente” el asalto y asesinato de “activistas pro-palestinos” que viajaban en un barco a manos de un “enérgico comando” de las fuerzas israelitas…otra vez: ojo por ojo y el mundo acabará tuerto, con un poco de suerte.

Siempre he pensado que con la mitad del dinero que se gasta el mundo en armas y burócrata “politiqueo”, se acabaría con las guerras y el hambre, pero claro, el problema es que también se les acabaría el negocio.

En junio se alejó para siempre a quien poco a  poco me he ido acercando para descubrir como otro dios en el olimpo de la palabra: el Sr. Saramago. Descanse su cuerpo en paz y permanezca su voz para siempre entre las hojas silenciosas de sus libros.

En julio, un millón y medio de personas se manifiestan en Barcelona en defensa del Estatut, al día siguiente casi todos los españoles del mundo celebran el gol más ansiado en la historia de nuestro fútbol, incluidos el millón y medio de antes, incluido el etarra que colgó en facebook su foto celebrando la victoria vestido con la camiseta de la Roja…Tanto Monta, Monta Tanto.

En agosto el drama diario y anónimo de los mineros del mundo se transforma en milagro en Chile. Después el milagro se tornó como siempre en negocio televisivo y medallita política. EE.UU retira las tropas de Irak y “pone fin oficialmente” a la misión de Guerra que terminará definitivamente en diciembre de 2.011…ya hacía mucho que Irak no era noticia: ya no hay talibanes, ya no hay Sadam, ya “no hay” aquellas injusticias infinitas para estas misiones de libertades duraderas.

En Septiembre, y después de muchos años un partido de extrema derecha consigue representación en un parlamento Europeo mientras en España tenemos una pseudo huelga general, que ni fue huelga ni fue general: los sindicatos tuvieron su minutito de gloria en la TV, ZP pasó más que tranquilo este mal trago y así los españolitos nos iban untando un poco más de vaselina en el culo.

En Octubre el planeta mediático tiembla con los informes de Wikileaks, y su líder es perseguido por toda Europa causalmente por violación: así es la vida Sr. Assange, que a nuestros señores políticos no les gusta que se les enseñe el color de la mierda con que manchan las paredes de la democracia. Hay más que rumores de que en EE.UU, se está “torturando” a algún posible confidente que ayudó a desvelar archivos también secretos.

El tramo final del año nos dejó invariable el cambio climático y sus infructuosas mega- cumbres. El primer estado de alarma en la democracia española gracias a los controladores que cayeron en la trampa y sobre todo al maquiavélico Mr. White que armó la trampa, otro ejemplo de que en este país vale más un carnet de un partido que una buena preparación académica para ser ministro: “lo importante es que lo que digas parezca que es verdad, no que lo que digas sea la verdad, y además da lo mismo que luego te contradigas mientras sigas siempre esta regla”. Este es el lema que parece gobernar a los que nos gobiernan, y en esto Mr. White es el “special one” de su banda.

Por último, en EE.UU, el país de la libertad y las oportunidades se derogó la ley llamada “Don´t ask, don´t tell”, que rige la política sobre las tendencias sexuales en el ejército norteamericano desde la década de los noventa: la ley prohibía a cualquier homosexual o bisexual hablar de cualquier relación de esta tendencia, incluyendo amigos o familiares mientras estuvieran en el ejercito (salvo especiales excepciones) y a los mandos investigar siempre que no se exhibiera el comportamiento prohibido. La finalidad de esta ley por lo visto era “evitar riesgos inaceptables para los altos estándares morales, el buen orden y la disciplina…”. No comment.

El 2.011 entró con buenos humos gracias a la ley antitabaco, y una oleada de levantamientos en Túnez, resuenan aún en Marruecos, Argelia, Libia, Egipto y Yemen: oí un día en la radio que las revueltas en los países árabes se producen porque no tienen una liga de fútbol tan potente como la nuestra, por lo que la miseria no encuentra distracción ni letargo.

Algo está pasando, pero todavía no se que es. En estos días, Libia se debate en una guerra civil mientras la política internacional debate si se quitan a Gadafi del medio o le siguen alimentando el ego… si es que eso fuera posible.

En marzo un terremoto y un tsunami dejan a Japón y al mundo ante un drama natural con consecuencias atómicas que a día de hoy que no pueden valorarse con exactitud. Otra vez en día once un ataque “terrorista”.

El día quince del mismo mes mi vida da un giro total un año y siete meses después de morder el polvo.

De las ruinas a la prosperidad.

Posted in En la retina... with tags , on 8 noviembre 2009 by Jdcc

Todos tenemos ciertos momentos, imágenes, instantes, palabras o recuerdos que se pegaron a nuestra memoria de una forma inexplicablemente especial, se solapan a nosotros como nuestro nombre, como nuestra piel, de tal forma que somos capaces de retenerlos vivos a pesar del correr de los años. Uno de esos momentos me asalta hoy, uno de hace justo veinte años: colegio Nª Sª de la Luz donde cursé la E.G.B. (para los mas jovenes = Enseñanza General Básica), clase de Don Fernando, mi profesor de matemáticas en aquel tiempo, uno de esos profesores que te marcan y te dejan huella, y me llamó la atención en mi temprana inquietud disfrazada de ignorancia, la forma y la entonación con la que ese hombre nos hablaba, sensiblemente emocionado, de la importancia del acontecimiento que estaba teniendo lugar en un país llamado Alemania que, a esa edad al menos a mí, me parecía tan lejano como la luna. Nos habló de la caída de un muro levantado hacía casi cuarenta y cinco años, el muro de la vergüenza, que separó un pueblo en dos después de una guerra mundial espantosa, y de la reunión de las dos Alemanías, pero a pesar de eso, no alcazaba a entender la importancia que él si veía.

Maquiavelo escribió: «Así, la virtud conduce al reposo, el reposo a la ociosidad, la ociosidad al desorden y el desorden a la ruina: así como el orden nace de las ruinas, la virtud, del orden, y de la virtud, la gloria y la prosperidad. Los hombres juiciosos observaron que las letras no vinieron más que después de las armas, y que en las provincias y ciudades no se vieron nacer los filósofos más que después de los capitanes». Esta podría ser la foto de una triste verdad, una entre tantas que acompañan a este animal que tropieza mil veces durante dos mil años con la misma piedra que se llama hombre, hoy, una vez que he vivido un poco más, que he aprendido, sentido, padecido, sufrido, destruido, visto alzar y derribar muchos muros entre personas y países, muros no hechos de ladrillos o piedras precisamente, sigo contemplando con tristeza amarga cómo día tras día, no dejamos de construir otros pequeños muros cotidianos, para después tener que luchar para derribarlos, muros invisibles, incomprensibles, casi irreconocibles que separan, que distancian, que hieren, que matan, pero hoy sin embargo, veinte años después, me quedo con la imagen de las personas arrancando el muro de Berlín con sus propias manos, de cómo se abrazaban en su reencuentro y de cómo lloraban ante tal victoria a pesar de los años y del sufrimiento, y por eso reclamo como bandera esa demostración y prueba palpable de que no existe muro que no pueda ser derribado con la voluntad que mueve a los hombres en busca de un futuro mejor, de un mundo mejor y más justo, de hombres y mujeres unidos en busca de la libertad.

9:08

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , on 14 octubre 2009 by Jdcc

Mientras miraba por una ventana, diferente a esta por la que lees ahora, una más real, más concreta, más común y algo más mágica a pesar de la aparente poca mágica presencia de todas las ventanas; nótese si no me creen y hacen el esfuerzo de imaginar, el hecho de sustituir de repente una ventana por un muro en su dormitorio, en su casa, en su ciudad, cambiar todas las ventanas del mundo por muros…después de este anónimo y desapercibido gran invento del hombre, un mundo sin ventanas sería un mundo aún más ciego del que ya es…pues mientras miraba intentaba memorizar un montón de leyes para mi próxima prueba, leyes de esas que te enseñan la diferencia entre lo justo y lo injusto, leyes que separan en estos días y en este país nuestro el bien del mal, leyes benévolas y repletas de razones que dejan de manifiesto toda la injusticia que se mueve alrededor de ellas, y dentro también, para que negarlo….pues mientras miraba y memorizaba tenía el ruido subterráneo del desasosiego ante la inquietud de que no llegara, debido a Dios sabe qué, un mísero sms anónimo que esperaba desde hacía varios días el cual iba a suponer y debía significar evitar que siguiera torciéndose este camino que transito desde hace algún tiempo, de que se torciera otra vez lo que no debía de torcerse, de que lo imprevisto no venciera a la previsión, de que no llegara otra vez la mala suerte, por llamarlo así, disfrazada de buena…en definitiva, y permítanme el símil, de recibir ese lejano haz de luz del faro del puerto que persigo. Lo que ocurre es que, y esto fue lo que sentí verdaderamente justo un minuto después, a mis treinta y pocos años, que no son muchos ni pocos, he aprehendido que las cosas que fueron y quiénes fuimos no tienen o tenemos por qué ser, he aprehendido a distinguir lo importante de las cosas que importan, he aprehendido que la esperanza es lo último que se pierde (a pesar del tópico) porque quién resiste gana, he aprehendido a saber esperar, sobre todo a lo que tiene que llegar sin saber por donde ni cuando, he aprehendido que “lo que hace una senda son los pasos, no el camino”, he aprehendido que la belleza del paisaje, incluso la que se circunscribe dentro de un espacio cuadrangular de metro y medio por metro y medio, reside en un cincuenta por ciento en el paisaje en sí, mientras que la otra mitad está en los ojos del que mira, he aprehendido que hay mucha gente que mira, pero hay muy poca gente que ve…y justo cuando era consciente de todo esto que estaba pensando, justo cuando terminaba de sentir todo esto, justo en ese momento, sonó el móvil: era el sms que estaba esperando, eran las 9:08.

Ánimo vecino, tu mensaje está a punto de llegar también.

Cuando no ladra el perro, canta el grillo.

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , , , , , , , , , , on 4 octubre 2009 by Jdcc

Este primer domingo de octubre me ha reportado, además de otro prolongado día de calor, viejas y buenas costumbres como visitar a mi querida tía en su apartamento y pasar el día leyendo apaciblemente un buen libro, además del periódico con tooooodos los suplementos dominicales (aunque la verdad verdadera de esto último era capturar la nueva súper taza de los Beatles modelo “Sargento Pimienta”). Entre sus páginas me han llamado la atención muchas cosas sobre nuestro querido mundo, este mundo de matices, verdades, mentiras, diferencias y contrastes. En primer lugar, me ha llamado mucho la atención cómo las dos primeras páginas del periódico están dedicadas a la publicidad, a página completa y todo color del nuevo modelo de Audi. No se cuánta gente de la que lea esto podrá hacerse una ligera idea de la pasta (y no de comer precisamente) que cuesta esa publicidad en un periódico líder de tirada nacional, pero no deja de sorprenderme, sobre todo en estos tiempos, aunque supongo que la cosa irá bien para algunos, que serán los mismo de siempre… como luego veremos.

En otra página, descubro como mi querida Irlanda por fin dice sí a Europa (empujada por los intereses de algunas conocidas multinacionales…..¡¡derribo por acoso!!) para, por lo visto, ayudar a reactivar la Europa económica y social, esa Europa grande y unida que lleva gente a la cabeza como el amigo Berlusconi, un pseudo-dictador-seductor que tiene a cientos de miles de anti-patriotas “farsantes” periodistas italianos lanzados a la calle luchando contra su mordaza hacía la libertad de expresión (Italia es, tras Colombia, el país con mayor número de periodistas amenazados. Italia está en Europa.), mientras llena de prostitutas sus famosas fiestas para tratar asuntos de estado al cobijo del trabajo sucio que llevan a cabo los militantes del neo-nazismo que fomenta. Hace tiempo que descubrí en qué se basan los argumentos de las películas, y no son precisamente de la imaginación de los guionistas de Hollywood. Ya puestos con lo de contar historias, y volviendo a nuestra querida España, mejor que películas, recomendaría a algunos de nuestros conciudadanos como el Sr.ZP y el Sr.RJ un libro que he terminado precisamente hoy, titulado “Ensayo sobre la ceguera” del maestro Saramago, donde cuenta como de repente todos los habitantes de una ciudad se quedan ciegos, nadie ve y todo se transforma de la noche a la mañana llenándose de corrupción, miseria y mierda (de la etérea y de la física) sin que nadie pueda hacer nada (“…ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”)

Nada y mucho. ¿Eres tú capaz, sí tú, el que lees, de explicar la diferencia entre estos dos términos? Te lo explico brevemente. La diferencia entre nada y mucho es la polémica diferencia entre los mega cuatrocientos cincuenta euros de ayuda a la gente que no tiene nada o tiene muy poco y la polémica “Goiri-jubilación”, una nueva modalidad para disfrutar de una vida algo más tranquila y desahogada …tres millones d€ v€c€s más desahogadas que el resto de casi todos los mortales, excluidos (of course!!) los otros quince consejeros delegados (¿por qué nadie me explicó que existía esta digna profesión?) de la banca española (sí, esa misma que ahoga a los ciudadanos y empresas a pesar de las ayudas del Estado, o sea de los ciudadanos y empresas) que se repartirán 416 millones d€ motivos para su jubilación. Ahora entiendo lo de las páginas dos y tres del periódico: era para llamar la atención de algunos más pronto que tarde.

Sobre la prontitud y lo tardío no voy a hablar hoy, si alguien tiene interés o maneja alguna duda puede ponerse en contacto con Roman Polanski, está en una celda de Zurich esperando a ver si lo extraditan, más tarde que pronto, para ser juzgado por un delito que cometió hace más de treinta años: ¿robo un chorizo en la charcutería del pueblo cuando era niño? No, violó a una menor en la casa de Jack Nicholson…en mi tierra se diría: “ozú killo que mal rollo” = (curso dan andalú) = “En mi opinión, querido amigo, es un tema bastante delicado y pinta bastante mal”.

Al final vuelta a casa, en lo que queda del día, aterrizado de nuevo en esta nuestra comunidad de Las Yucas, y me enfrento a este soliloquio cotidiano donde me quedo y me oculto, y lo relleno con un poco de música irlandesa y mi BeatleTaza del “Sargento Pimienta”. Por lo demás todo igual, nada nuevo bajo este sol veraniego tardío del mes de Octubre que se apaga lentamente por hoy y me deja con el rumor de fondo de todos los días: cuando no ladra/n el/los perro/s, el grillo se pone a cantar.

Después de Septiembre

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , on 1 octubre 2009 by Jdcc

Despierta Octubre después de Septiembre,
y muere Septiembre después del verano.
Ya no habrá más días templados ni tibias madrugadas,
ya no habrá más término medio entre los extremos.

Ahora ya todo vuelve a su lugar.
Vuelven las sonrisas a las madres
y los niños a los colegios.
Vuelven los hombres a sus trabajos
y las vacaciones a los armarios.
Se quedan las arenas con su soledad.

Siempre me gustó Septiembre,
como un frío verano,
como un invierno suave,
como una primavera dibujada.

Ahora todo vuelve a su lugar.
Vuelve el calor a su recuerdo,
las nostalgias a las mañanas,
las rutinas a sus días,
las noches a sus tardes,
el frío al calendario.

Todo vuelve a su lugar,
como un breve desajuste de la conciencia.
Todo vuelve a su lugar,
como el secreto misterio de los tejados.
Todo vuelve a su distancia,
como el molino viejo.

Menos mal que siempre queda
Un Todo después de ti, como una rueda….
después de Septiembre.

Un golpe de suerte

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , on 20 septiembre 2009 by Jdcc

Como tengo la suerte, de la llamada buena, de tener amigos, pocos pero buenos (realmente no creo que existan de otro tipo, a esos se les llama enemigos o traidores) y éstos no me rodean por el dinero que tengo ni por lo que puedo ofrecerles materialmente, me ocurre que de vez en cuando me reúno con ellos y disfruto, más que con ellos, de ellos. Últimamente con algunos, “la excusa” es sentarnos alrededor de un mini-mundo de medio metro cuadrado con forma de tablero de monopoly en el que aprendo pequeñas lecciones sobre la vida, donde unos dados, una casilla, una carta son ingredientes de una pócima secreta que puede elaborar una mezcla de infinitos destinos diferentes para cada jugador, vidas separadas que cambian en un segundo y que se entremezclan inevitablemente. Como la vida, es un juego de intereses individuales y donde las circunstancias del momento hacen que situaciones similares, tomen formas distintas, y donde “yo” o “para mí” mejor que “tú” o “para ti”. El componente fundamental de este juego, mini-yo de la vida, que hace que la balanza de la victoria o la derrota se incline para un lado o para otro se llama golpe de suerte.

Un golpe de suerte puede reconocerse como algo voluble, amorfo o como un ente imperceptible para nuestros sentidos como el viento o la luz, pero como ésta, se refracta en las cosas para que parezcan realmente lo que son ante nuestros ojos .

A veces un golpe de suerte es como la bola en una ruleta que gira, ese segundo infinito que todo lo cambia, y que forma una delgada, invisible e irreconocible línea disfrazada de azar que supone la frontera que separa la sonrisa de la amargura, la esperanza de la desilusión, la riqueza de la pobreza, la felicidad de la tristeza, a veces la vida de la muerte, en definitiva, lo que es de lo que podía haber sido.

A veces el golde de suerte cae del lado del que más sabe, pero no siempre es así, a veces lo hace en el saco del que más tiene, y otras, las menos, en las manos de la esperanza de quién más lo necesita…y son éstas veces en las que uno se siente reconfortado de la vida y de sus designios, y es que lamentable e inevitablemente nuestras vidas dependen de un golpe de suerte en demasiadas ocasiones a lo largo de nuestro caminar, y la suerte no sabemos aún de qué depende.

Ayer hubo cena y partida, una partida, la partida, la más especial sin duda alguna: ayer gané. Si queridos amigos, esto no sería noticia si habitualmente no fuera el primero que se va frustradamente del juego, por eso aquí me afilié al lema lo importante es participar…..je je….hasta ayer, porque ayer tuve mi golpe de suerte…Oh yeah!!…..Oh my god!! La sonrisa, el sabor y la sensación que esto te puede llegar a producir es difícil de describir y reproducir, pero yo no lo descubrí hasta ayer: además esto es así por las circunstancias especiales que rodean nuestras partidas, sobre todo por la salsa que le da Aprendiz de soñador (hoy me doy cuenta de que le das vida al juego). Incluso terminé el juego batiendo el record local (¡¡orgásmico!!) con casi ochenta millones al rival a batir de siempre en un “manu” a “manu”…..sin embargo, soy consciente de que mi suerte pudo haber sido cualquier otra o incluso la misma de siempre en cualquier momento del juego, en cualquier tirada de dados, en cualquier carta de suerte (?), en cualquier casilla…..pero bueno, ahora eso , como en la vida, ya será algo imposible de saber ni de cambiar para bien o para mal…..pero bueno, ahora tengo ochenta millones de razones para volver a jugar a buscar un golpe de suerte.

Del salón a Londres

Del salón a Londres

LLuvia sobre mojado

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , on 10 septiembre 2009 by Jdcc

Se poco de bastantes cosas, y tengo numerosos defectos de los que procuro aprender mucho, pero esto me basta o me ha bastado hasta hoy para comprender más mal que bien la mayor parte de lo que me rodea, sin embargo, aún de este modo sigue habiendo muchos aspectos que se me escapan por algunos resquicios de mi limitado intelecto como se escapa el agua del mar entre los dedos, y aunque intento retenerlo y descifrarlo, la verdad es que hay momentos en los que me descubro superado. La vida es a veces tan caprichosa, tan sorda, tan ciega, tan desdeñosamente gris que puede llegar a superarte a menos que hagas un tremendo esfuerzo…..eso o que no hayas mordido nunca la manzana del árbol de la ciencia. Uno comprueba este tipo de cosas casi siempre a través de la caja tonta o a través de la vida de otros pensando que es algo ajeno, como si pudiésemos mantenernos al margen de la tormenta…que gran error. Últimamente la vida me ha enseñado que la legalidad no tiene nada que ver con la justicia, y la justicia tampoco tiene mucho que ver con las cosas que ocurren en la vida. Hoy ha sido un día en el que de nuevo los telediarios me han dejado una niebla sobre el mundo a través de la cual me cuesta ver claramente, y que inevitablemente ha estremecido mi subconsciente, mis inquietudes y mis temores.

Primero, un grupo de animales adolescentes fue detenido después de llevar a cabo, tras tremendo botellón, una emboscada al estilo de la muy española guerra de guerrillas contra la policia, la sentencia: tres meses sin juerga, y a las diez en la casa. Los padres van a recurrir la sentencia. No se si me deja más estupefacto la decisión del juez o la de los padres. Mi hora de “toque de queda” para volver a casa eran las nueve hasta los quince años, con o sin asalto policial, y el castigo por pasarme de la hora establecida sin avisar solía ser peor, sin necesidad de juez y sin posibilidad de recurso ni amparo. Supongo que me debo estar haciendo demasiado mayor demasiado pronto. Por otro lado, el asesino confeso de Marta, el amigo Miguel, ha pedido hablar con el juez….otra vez: a ver qué se inventa esta vez para reírse otra vez de una familia destrozada y de un país indignado, a lo mejor ha recuperado la memoria. En otro plano, la televisión confirma su poder sobre la sociedad, al dejar como premisa irrevocable el hecho de que todo lo que aparece en ella es una verdad absoluta, y que todo lo demás forma parte de la ficción más dudosa: sobre la profesión más antigua, resulta que ahora que han plasmado en diferentes programas de actualidad callejera la prostitución, resulta que los ayuntamientos toman decisiones e intensifican la presencia policial como primera medida, como segunda (en el caso de Barcelona) deshacer la ley con la que prohibieron los burdeles con la intención de hacer desaparecer a las putas (de la calles claro), de este modo tan inteligente en lugar de erradicar el problema, lo trasladan de sitio….buscando el mal menor, es decir, que no salgan por la tele: lo que no se ve, no existe. Para colmo una más españolada: el juez Garzón comparece como imputado por prevaricación por “meter la mano” en la memoria histórica, es decir, no por hacer algo malo sino por meterse donde no le llaman. Seguro que habrá quien pueda aportar argumentos sobre Garzón acerca de su resentimiento por su fracaso político, también por ser de socialista ( y por extensión anti-pp), también por su afán de protagonismo y su espíritu de aspirante a Premio Nobel y por otras muchas cosas. Yo que se poco de bastantes cosas, a veces tiendo a lo simple, divido a los hombres entre los que hacen el bien y los que hacen el mal, y a mi este hombre siempre me ha parecido uno que busca a los malos y los mete en problemas, en un juzgado o en la cárcel, pero por lo visto hay otra mucha gente que no lo ve igual y quiere cambiarlo de bando, supongo que será el mismo tipo de gente que no levanta la voz contra los políticos corruptos de sus partidos, o contra jueces que “dejan sueltos” a asesinos, violadores, narcotraficantes, maltratadotes…y políticos corruptos… etc, que será muy amiga de la misma gente que tampoco hace mucho ruido cuando liberan a terroristas a cambio de buenos negocios con el petróleo de Gadafi….de nuevo llueve sobre mojado, porque la legalidad, como desde siempre, no tiene nada que ver con la justicia, y la justicia, muy poco que ver con lo que pasa en la vida.

De 32 a 21

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto on 4 septiembre 2009 by Jdcc

Una de las mejores formas de medir el tiempo y darse cuenta de cómo éste va pasando sin percatarnos es mirarse en el espejo que representan a veces las personas que nos rodean, sobre todo en los más pequeños que vemos crecer poco a poco, ellos nos sitúan perfectamente y nos envejecen de repente, como los hermanos. Un día estas dándole el chupete, el biberón, cambiándole los pañales, limpiándole las babas, lo llevas de la mano para que aprendan sus primeros pasos, le haces tonterías para robarles orgulloso una sonrisa, le calmas el llanto, les descubres pequeñas cosas de la vida y ellos te regalan cada día un trozo de vida nueva en cada diminuto gesto….inevitablemente, a pesar de la sangre, estos momentos crean vínculos sentimentales que se graban en alguna parte, no se donde, y permanecen. Poco a poco empiezan a crecer y se transforman en tu peor pesadilla, te joden los planes, te rompen tus cosas, alteran tu vida social, te desequilibran el sistema nervioso y la existencia y crees que todo se convierte en un caos, e incluso crees que puedes llegar a odiarlos. Pero siguen creciendo, y el día que menos esperas, van al colegio, al instituto, te das cuenta que cumplen dieciocho, se van de marcha, se compran un coche, que sale al mundo, se echa novia o amiguita y lo ves junto a ti y casi no lo puedes creer….juega con tus amigos al fútbol, compartes viajes, nocheviejas, sensaciones. Descubres sin quererlo que ya no es aquél mocoso que babeaba siempre, que pataleaba y exigía a base de llantos todo aquello que no conseguías saber que era, ya no reconoces al niño indefenso que dependía de ti, al que cuidabas, al que mimabas para aislarlo de cualquier problema, y sin embargo, en todo eso lo que no cambia es precisamente el sentimiento protector, y te sientes impotente cuando poco a poco se va enfrentando a este puto mundo y camina por las cosas que todos pasamos sin poder hacer nada para evitarle cualquier mal; se equivoca igual que te equivocabas tú, falla igual que fallabas tú, decepciona igual que decepcionabas tú (aunque el “igual que tú” nos cuesta reconocerlo debido a que la memoria es selectiva, sobre todo con nosotros mismos)…Te gustaría que tus experiencias le sirvieran a él para no errar, te gustaría que con tu dolor ya hubieras podido pagar el dolor que le está por llegar, intentas (torpe de nosotros) guiarlo por la buena senda…..pero no voy a descubriros cómo es la vida, ya sabéis lo que pasa en realidad. Lo que te queda es la certeza de sentir que harías cualquier cosa por él, que te cambiarías en las peores situaciones y saciarías cualquier sed a cualquier precio, y lo importante es el vínculo y las múltiples formas que tiene de manifestarse: amor, cariño, orgullo, risas, lágrimas, esfuerzo, dolor, admiración, reciprocidad, sorpresa, alegría, decepción, complicidad…..las personas somos seres extremadamente complejas, sensibles diariamente a miles de señales externas que interiorizamos, y la mayoría tenemos el defecto de no saber o poder manifestar adecuadamente lo que queda dentro a las personas que nos rodean, y peor mientras más cerca, y aún peor cuánto más fuerte es el sentimiento. Por eso hoy, al menos, no quería como hermano mayor de treinta y dos tener ese defecto con mi hermano pequeño de veintiuno: hoy (como otras muchas veces) me siento orgulloso de ti. Te quiero.

El mocoso

El mocoso

Cuidadín con el mocoso

Cuidadín con el mocoso

Una Feria, una historia…..desgranada.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , , , , on 29 agosto 2009 by Jdcc

Muy buenas de nuevo a todos amigos. Hoy hace una semana. Tanto si eres de Málaga como si no, todos sabemos que existe algo mundialmente conocido como feria (fair en inglés), que para distinguirse de las demás suele llevar como apellido el nombre de la población donde se celebra, de duración variable y normalmente con una periodicidad de un año. La idiosincrasia del evento prácticamente es común a todos los pueblos, sin embargo, es cierto que la de mi ciudad tiene algún condimento que le proporciona un sabor distinto. La feria de mi ciudad se llama, según las condiciones anteriormente expuestas, Feria de Málaga, y suele celebrarse durante nueve días de agosto dependiendo de la festividades de los patrones. Como siempre una imagen vale más que mil palabras, os haré un brevísimo resumen de las cosas que os pueden pasar con un 0,001% de margen de error si decidís ir a «dar una vuelta». Normalmente el proceso es cíclico y practicamente inevitable,aunque ciertamente, eres tú quién en última instancia le das el punto de sal. Comenzamos:

Empieza el juego.

Empieza el juego.

Normalmente el juego comienza los viernes por la noche, siempre con unos espectaculares fuegos de artificios. Puedes verlos desde el centro, para después aprovechar el tirón, desde la playa en plan moraguita, o desde cualquier punto desde donde alcance tu vista. La crisis por lo visto ha decidido omitir los fuegos de clausura, que son iguales pero el domingo siguiente.

Algo parece nuevo.

Algo parece nuevo.

La calle más importante de Málaga, Calle Margués de Larios, más conocida entre nosotros como, Calle Larios, es la artería principal. Normalmente es precedida por una puerta de entrada, y cada año la intentan poner más fea, pero no entiendo el motivo.

Otras cosas no. El largo camino.

Otras cosas no. El largo camino.

A partir de la puerta, todo es una marea de gente persiguiendo los mismo objetivos. De tí depende que el día termine bien o mejor.

Siempre te espera un propósito o una promesa…..

La promesa

La promesa

acompañada de una esperanza:

La esperanza

La esperanza

A la feria, como a cualquier aventura, normalmente hay que ir preparado…..

Herramienta indispensable

Herramienta indispensable

Pero no tanto tanto…..

Complemento prescindible masculino

Complemento prescindible masculino

También puedes encontrar el gusto por el folclore y los trajes populares…..

Tradición 1

Tradición 1

Tradición 2

Tradición 2

o por las nuevas modas….moda???

Evitando nuevas...modas??

Evitando nuevas...modas??

Pero siguiendo con las cosas importantes, lejos de las que importan…

La mezcla explosiva

Herramienta indispensable 2

y luego claro, quieres salirte y ya no puedes esconderte, ni escaparte….

Yo no he sido.

Yo no he sido.

Y claro, luego pasa lo inevitable….

...de repente...

...de repente...

...y ves cosas raras...

...y ves cosas raras...

...cosas muy raras...

...cosas muy raras...

...raras de verdad!!

...raras de verdad!!

Y entonces es cuando llega la hora de salir…

...PITANDO

...PITANDO

y de anticiparse a los posibles peligros…

LA CAGAMOS!!

LA CAGAMOS!!

que no sólo van de uniformes, también están los que no lo están (ver http://jcbike.blogspot.com/2009/08/manual-del-buen-conductor-malagueno.html)

Malagueños por el mundo…

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , , on 25 agosto 2009 by Jdcc

A veces la gente que se inventa la televisión hasta llega a tener buenas ideas. Esta noche me he tropezado, como con una trampa, con un programa que me encanta: “Andaluces por al mundo”. Veo poco la TV por cuestiones obvias pero la verdad es que tanto la idea, como la realización y la producción de este programa consigue engancharme….y supongo que a más gente porque simultáneamente en la primera programaban “Españoles por el mundo”…..pero habrá sido casualidad. La cuestión es que el programa de hoy me ha tocado la fibra sensible por muchas cuestiones, la principal el destino: Dublín. Esta ciudad es la más conocida de un país espectacular, Irlanda, que multiplica su magia y sus encantos a medida que te alejas de su capital. En el agosto del año 2.006 tuve mucha suerte, y parte de ella fue embarcarme en un viaje que me llevó, entre otros destinos, a recorrer este país.

Tendría que escribir un libro para condensar todo lo vivido, lo sentido, lo experimentado, todo lo que vi, todo lo que descubrí, todo lo que se me quedó grabado a fuego en la piel y en el corazón para el resto de mis días. A parte de un país con una gente cortada con un molde parecido al mío (entiéndase al carácter andaluz, tan bueno como cualquier otro pero con su ingrediente secreto), fue la aventura de crear y sobre todo de compartir momentos que luego se transformarían en nostalgias sin nosotros saberlo….hablo de nosotros….os presento: Miguel Ángel (“el España”), Andrés, Perales y un servidor…bueno para ser justos Paco y Ana, que tendrán su post especial en otra ocasión.

Desde mi llegada a Dublín en viaje nocturno y algo alborotado con Perales, siempre tuve la sensación de lo que se presume como algo bueno y después se transforma en algo entre lo superlativo y lo inefable. Conducir por la izquierda (..a la izquierda por la izquierda y te vienen por la derecha….cuidadín), el irish breakfast, paisajes que te absorbían hasta integrarte en parte de él mismo y otros que te empequeñecían, la arquitectura singular de los edificios, la gente (todos los españoles que encontramos por el camino incluidos), Mizad Head, Kenmare (la música hispana, el hotel cerrado a cal y canto and the “inaceptable behaviour”), los acantilados de Moher (que sirve de fondo a esta ventana), las Islas de Arán (como información importante apuntaré que no sólo se conduce por la izquierda, los frenos de las bicis también están cambiados), Glendalough (si has visto Braveheart es posible que te puedas transportar) y mucho más….. y por supuesto Dublín….. la música celta en los tabernas perdidas de los pueblos, y la manzana de Paco, y las cuestas en bicicleta y los huevos (esto pertenece al post pendiente)……pero por encima de todo eso haber sentido lo que sentí, y haberlo compartido. Una vez leí en un libro que los viajes y conocer gente son la verdadera escuela de la vida….esta frase me la aprehendí, y desde entonces intento hacer de mi vida un continuo viaje con las fronteras que mis circunstancias me establecen.

Este pequeño post quiero dedicarlo a la magia de los viajes en general y al destino de Irlanda en particular, a la gente que viaja, que se arriesga a conocer lo que hay más allá de las fronteras de lo cotidiano pero sobre todo a mis amigos Miguel Ángel España, Andrés y Perales, con quienes compartí algunos de los días más enriquecedores de mi vida los cuales nunca querré olvidar….cuatro malagueños por el mundo….de la carretera de Cádiz.

P.D.: no querría dejar fuera de esta pequeña dedicatoria a mis amigos Manu y Lidia, por motivos que no explicaré pero que ellos seguro que sí entenderán. Un abrazo fuerte.

Malagueños por el mundo.

Malagueños por el mundo.

Solitarios en la cima de la gloria

Posted in En la retina... with tags , , , , , , , , on 22 agosto 2009 by Jdcc

Estadio Olímpico de Berlín, toda la prensa mundial representada, millones de espectadores en directo, 70.000 personas en vivo, un cielo de flashes iluminan la ilusión y el sueño griego, los ocho hombres más rápidos del mundo (oficialmente) centran sus rostros en el cuadre de cámara, la carrera de las carreras, tensión disimulada, reminiscencias de leyendas en el recuerdo de la pista (Jesse Owens ganó hace 73 años la final olímpica con un tiempo de 10,30 segundos y a Hitler se le quedó la cara de Chuk Norris, como dirían dos que yo conozco), y el espectáculo está servido. Las dieciséis (piernas) en tensión, el segundo silencio más absoluto de los últimos tiempos previos al “en sus marcas, listos…..pang!!!”, un disparo y la locura de la emoción se desata, en el tiempo más corto que los ojos de la historia hayan presenciado, impensable hace años, un jamaicano de casi 23 años llamado Usain Bolt atraviesa la meta de los 100 metros en 9,58. El record de los records…por ahora. Esta vez la cara de Chuk se le queda a Tyson Gay, el ídolo norteamericano derrotado, después de un esfuerzo supremo viendo la cara de “paseando por el parque” de Bolt. La fama, el éxito, el dinero, los contratos publicitarios, la soledad del ganador le esperan, mientras, él y su escaparate de gestos que alimentan el sudor de los fotógrafos comienza. La gloria de la cima para el más grande, para el más rápido.

Pakistán, montaña Latok II, Óscar Pérez, un desconocido montañero español intentaba coronar su cima, la cima de la victoria, pero el mal tiempo y un accidente le dejan atrapado en un collado con el brazo y una pierna rota. Con los víveres justos, nieve y tormenta de sobras espera la llegada de algún equipo de rescate para volver a su casa, con su familia, con sus amigos. A los pocos días se prepara un dispositivo que nunca rescatará a nadie. No hay flashes, no hay televisión, no hay historia, no hay record, no habrá fama, ni dinero, ni contratos publicitarios ni gestos de victoria. El primer silencio más absoluto de los últimos tiempos. A los pocos días los equipos de rescaten tienen que desistir por las adversas condiciones meteorológicas, sus compañeros han de abandonarlo y dejarlo morir. No puedo tan siquiera imaginar qué pudo pasar por la cabeza y el corazón de Óscar Pérez durante tantas horas de dolor, sufrimiento y soledad esperando una esperanza. Allí ha quedado su cuerpo y su alma, allí donde siempre estuvieron. Solitario en la cima, la gloria (eterna) para un montañero, para una persona, un deportista, un anónimo.