Archivo de oposiciones

Días de biblioteca.

Posted in Historias del día a día with tags , , , , , on 10 febrero 2019 by Jdcc

No me cuesta reconocer que hay que ser un poco rarito (o un poco/mucho) para tener la aspiración de ser bibliotecario. Esa fue sin duda la expresión y gesto facial del tipo que me atendió en la academia cuando, hace ya años, entré por vez primera a pedir información sobre unas oposiciones: ¡¡vaya careto que puso!!…¡¡madre mía!!, no se me olvida. Pero para mí libros y silencios era una fórmula cuasimágica de pseudofelicidad. Lo sé, suena raro de cojones, pero es que lo soy con algunas cosas….¿y no es genial ser así? Pues claro que sí….y además hace mucho que dejó de importarme cómo suenan en voz alta las cosas que van susurrando o gritan dentro de mí.

Y fue así, por ese extraño impulso mío (de esos que a veces tengo y me van cambiando la vida de golpe…..¡¡y de qué manera…oigan…de qué manera!!) y gracias a la habilidad del tipo de la academia que supo desviar mi atención hacia otros horizontes más prósperos aunque también más alejados del concepto silencio, como conseguí dar con la forma en la que me gano los cuartos actualmente.

Esta anécdota me asalta sin pretenderlo justo en estos días de mis (espero) penúltimos exámenes universitarios de la carrera donde me hallo, otra vez, robándole días al calendario y horas al reloj para estudiar, esta vez, en una biblioteca. En algunos breves momentos de todas esas largas y cansadas horas, cuando hago pequeñas pausas me levanto y miro a través de los grandes ventanales que dan a la calle y observo cómo el mundo sigue girando ajeno a mis circunstancias personales pero al tiempo lo percibo, observo y veo como quien mira a través de una pecera: gente que va, gente que viene, coches que giran, que paran, que reanudan la marcha, las nubes volando en el cielo, la extraña forma de algunos edificios, el aire agitando los árboles… y todo como un mundo lejano y mudo. En otros momentos, simplemente me paseo -en silencio- a estirar las piernas y voy ojeando los estantes llenos de libros y me sorprendo encontrando algunos que ya leí y marcaron mi juventud, otros que dejo pendientes para más adelante y otros “nuevos” para mí que descubro y me llaman la atención sin saber por qué. Entonces los agarro, los abro, ojeo algunos pasajes improvisadamente y sin orden y es curioso cómo hay fragmentos de esos libros en los que voy encontrando y viviendo momentos de humor (llegando incluso a tener que disimular la risa en mitad de todo el silencio bibliotecario), otros que me hacen reflexionar sobre mi momento actual y lo vivido, y otros que me provocan todo tipo de emociones intensas e incluso dolor porque revuelven dentro de mí muchas historias….y en fin, así en la vida como en los libros y viceversa.

Y me resulta más curioso aún sentir en las horas de estos días de biblioteca en los que intento disfrutar de estos momentos tan pequeños (como mini dosis de felicidad), que a veces en realidad, lo que me ocurre en esas pausas es que accedo y me pierdo a través de esas breves lecturas a mis cloacas mentales y emocionales hasta encontrar un breve instante de paz y serenidad donde puedo llegar a leerme a mí mismo por dentro pero sin juzgarme, como a un libro, más allá de la portada y la contraportada que me recubre y me presenta al mundo, más allá de mí nombre estampado en el lomo que asoma en el estante de la vida. Y eso, aunque provoque cierta quemazón ayuda a entender muchas cosas.

Ahora suelto el libro y regreso a la tarea. Me acomodo en la silla sin hacer ruido, cierro los ojos e inspiro profundo unos segundos. Me disciplino en que hay que seguir, en que la derrota no es una opción cuando el final parece tan cercano y me agarro a un pensamiento: “Don´t stop walking”. Abro los ojos, miro un instante a través de la ventana para adaptar los ojos a la luz y respiro de nuevo con la esperanza del día en que alguien, en algún momento, se detenga delante de mi estante, y agarre el libro que soy y disfrute de lo que se encuentra en su interior tanto como lo hago yo, en estos días de biblioteca.

El mundo como a través de una pecera...

El mundo como a través de una pecera…

...la pecera desde el mundo.

…la pecera desde el mundo.

Realidades y promesas, sueños y realidades. Girar y girar.

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , on 18 abril 2011 by Jdcc

Parte III.- Girar y girar. 

Una foto donde aparece mi madre y yo correteando por el campo cuando era un niño, una brújula que encontré en un cajón y la figura de un gato egipcio que compré en Londres han sido los objetos fetiches que han velado todas mis horas de estudio y trabajo. Una canción de Raphael y varios temas de fado portugués se convirtieron en los himnos que me ayudaban a recordar cual era el futuro que perseguía, alimentando mi alma para no permitir que me rindiera y poder seguir adelante.

            Ahora puedo afirmar que en la vida siempre hay alguna cosa que viene detrás de lo que aparece en primer lugar, a veces tenemos la impresión de saber lo que es, pero querríamos ignorarlo, otras veces ni siquiera imaginamos lo que puede ser, pero sabemos que está ahí. Ahora tengo la certeza de que todos los acontecimientos, tanto buenos como malos, parecían ir conjugados y encaminados a mostrarme el camino que debía seguir, sin yo saber ni suponer el destino que había después de cada uno.

            El veinticuatro de enero lloré como un niño desconsolado cuando terminé, por tercera vez, de corregir los dos primeros exámenes con las plantillas provisionales. Sólo Cor lo sabe. Y una sensación cómo de haber vuelto a nacer sin haber tenido que morir inundó todo mi cuerpo y mi espíritu.

            El quince de marzo de 2.011, una vez realizado el tercer  y último examen, y tras ver la publicación de las notas definitivas oficiales, descubrí qué se escondía detrás de todo esto. No fui capaz de controlar mis movimientos, ni los saltos, ni las palabras, ni las lágrimas de alegría. Sólo mi madre y mi hermano lo saben. Después de dos academias, tres exámenes, dos viajes a Sevilla y muchas, muchas, muchas horas de sacrificio finalmente aprobé las oposiciones. De repente este hoy, es ese mañana que ayer me parecía tan inquietante, tan lejano, tan inalcanzable. Ahora el éxito he aprendido a medirlo, no por la posición a la que pude llegar una persona, sino en el esfuerzo por alcanzarlo, aunque pudiera no triunfar.

            Con estas líneas cierro hoy un círculo inacabado contando cosas que nunca pensé contar, y puesto que la expresión locutiva humana no sabe todavía, y es probable que no lo sepa nunca, conocer, reconocer y comunicar todo cuanto es humanamente experimentable y sensible, lo mejor que se me ocurre decir ahora es GRACIAS. Hoy quiero dar las gracias a mucha gente. Quiero dar “las gracias” a la gente que me puso la zancadilla un día y me dejó tirado en mitad de ningún sitio con un brazo roto, esos mismos que me hicieron morder el polvo, porque ese polvo fue el veneno que me ha mantenido despierto en el camino, en los malos momentos y en las noches en vela, que me hacía seguir un poco más cuando realmente me encontraba exhausto. Hoy no queda ya nada de ese veneno, lo transformé en antídoto de mis males y lo utilicé en mi propio beneficio y por extensión, en beneficio de mi familia. Quiero dar las GRACIAS a mi familia, que me recogió, que me arrulló, que me apoyó, que me protegió, que me salvó: ellos han sido el verdadero combustible para este camino, la última gota de agua en el desierto que me regalaba siempre el último aliento. Quiero dar las GRACIAS a los amigos que se han preocupado, me han apoyado y me han aconsejado, a todos los que se que se alegran de lo bueno que me pasa, y si no doy nombres es porque son muchos (afortunadamente) no porque no me acuerde, pero todos ellos se reconocerán fácilmente entre estas palabras que les dedico. Quiero dar las gracias en parte a MasterD por ser la piedra que prendió la mecha. Quiero dar las GRACIAS totalmente a Alejandro y Álvaro (Aula Malacitana) por mostrarme el camino, por su buen hacer y su inmensa profesionalidad, y a todos mis compañeros: a los que lo consiguieron y sobre todo a los que no lo consiguieron para que les sirva de aliento……José, Eli, Cristina, Christian, Silvia….. Quiero dar especialmente las GRACIAS a Cor por soportarme y apoyarme de esa forma incombustible durante el viaje: mientras haya cera, habrá llama y habrá luz para el camino que recorremos. Y quiero dedicar todo, cada segundo de este esfuerzo y cada beneficio de este éxito, y darle las GRACIAS especialmente por el ejemplo que ha supuesto para mí siempre, a quién tanto me ha dado sin pedir nada a cambio, a quién nunca dudó, a quien tanto me ha apoyado sin preguntar, sin exigir, sin esperar; a quien me dio la vida: a mi madre, y es que nunca tendré tiempo ni oportunidades suficientes para devolvérselo: porque no hay nada más maravilloso que el amor de una madre orgullosa de su hijo, y porque no hay nada más maravilloso que el amor de un hijo agradecido a su madre… ¡¡¡¡LO CONSEGUIMOS!!!!

P.D.: Soportar y persistir; porque el dolor presente ha de sernos de provecho en mejor ocasión. Después como siempre, queridos amigos, vendrá el futuro para demostrarnos que todo seguirá “girando y girando”.