Archivo de Halloween

La fiesta de disfraces

Posted in Qué mundo, qué mundo!! with tags , , , , , , , , on 2 noviembre 2011 by Jdcc

Fue a finales del siglo XIX cuando, debido a la gran hambruna, miles de desesperados irlandeses emigraron a Norteamérica en busca de una opción de futuro, y con ellos cruzó el charco la tradición celta de la noche de los difuntos. Esta, como otras muchas, fue transformada, empaquetada y vendida al resto del mundo como producto genuinamente americano….. otra vez.

     En esta ancestral  y bella tradición de mi querida Irlanda (que fue asimilada incluso por los romanos), esa noche de fantasía y misterio servía para recordar y representar todo lo relacionado con el mundo de los muertos. Se abrían las puertas que separaban su mundo del de los vivos, para que los espíritus buenos y malos pudieran vagar por sus pueblos y visitar a sus familiares. Éstos, dejaban supuestamente una calabaza con una vela dentro para comunicar si accedían o no a ser visitados. Con los malignos, debían negociar algún trato o prestarse a las consecuencias de un posible truco maligno contra su familia, cosechas, etc….De ahí, y de la película de John Carpenter “La noche de Halloween”, deriva toda la parafernalia que podemos ver desde hace algunos años en este nuestro querido país, en el que la mitad del patio se disfraza de manera super original (entiéndaseme la ironía), haciendo posturitas y un montón de mohínes terroríficos al ser apuntados por el objetivo y el flash.

     Lo mejor, es que el día ya pasó, lo peor, es que cada año va a más esta fiesta de disfraces callejera… por dios!!! Pero precisamente es esa tendencia al disfraz y a la mueca fingida lo que me hace pensar.  El hecho de compararlo con todo lo que veo y escucho últimamente al encender la televisión y la radio, apreciando como nos vamos al carajo inevitablemente por la tendencia indescifrable del personal a querer aparentar lo que no se es, y a continuar a esa acción, con el atajo del gesto de poner la cara forzada y fingida para quedar bien en la foto.

     Ya de pequeño le tenía un miedo atroz, y aún más ahora de mayor, al disfraz. Quizás porque me costó mucho encontrarme a mí mismo como para, por las buenas, querer ser otro sin pretenderlo.

     Quizás, tan antiguo como el hombre es su propio disfraz, su tendencia natural a bailar ocultándose tras la máscara, a fingir, a representar, a mentir, a echarle el muerto al de al lado, a dejar que paguen otros por tus propios errores, a escudarse en la falsedad. Pero quizás, también, tan vieja como ese disfraz es el hueso duro de la cruda verdad que se oculta detrás del maquillaje y el gesto, y que al final del día, es lo que aflora delante del espejo.

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«O poeta é um fingidor                        ( El poeta es un fingidor,

Finge tão completamente                finge tan completamente,

Que chega a fingir que é dor           que hasta finge que es dolor,

A dor que deveras sente«.              el dolor que de veras siente.)

  Fernando Pessoa