Archivo de Santiago de Compostela

Pasiño a pasiño…..Ultreia!!!…Et suseia!!!

Posted in Con los ojos cerrados y el corazón abierto with tags , , , , , , on 27 noviembre 2016 by Jdcc

Voy a contarles algo que no se puede explicar porque -gracias a Dios….y Dios es el nombre de muchas cosas- aún existen momentos en la vida que solo pueden ser vividos y percibidos cuando suceden y mientras suceden, y no sirven ni las palabras, ni las fotografías, ni los vídeos de los móviles.

Hoy hace justo dos meses que volví de mi peregrinación al Camino de Santiago.

Alguien me contó que el espíritu del camino te posee antes incluso de empezarlo, antes incluso de que hayas tomado la decisión de viajar, y es cierto. También he oído decir que uno casi siempre viaja “huyendo de….” o “buscando a….”, y creo que, en parte, también es cierto si tienes demasiados asuntos pendientes o si te percatas de cuánta vida se le escapa a uno en el día a día.

El Camino de Santiago es un viaje distinto, un universo de sensaciones y experiencias cotidianas diferentes. Es un mundo construido con pasos desconocidos, pero pasos inolvidables; fabricado con los marcados acentos de todas las voces del mundo que viajan contigo, y de cómo ese acento nos delata, nos revela y descubre, de cómo nos identifica y nos une; pintado con las nieblas al amanecer que tanto esconden como descubren los bosques y senderos que te guían, y rellenado con el susurro del viento que recorre las copas de los árboles; un viaje amasado con el cansancio y el peso de la mochila como alegorías de cualquiera de las almas peregrinas repletas de ampollas y tiritas, personas todas ellas absolutamente desconocidas para tí que formarán parte de tu experiencia pero a las que, contradictoriamente, no volverás a ver en el resto de tu vida.

Sorprende el efecto anestésico inicial del Camino. Sin embargo, llega un momento cuando menos te lo esperas -que es una serendipia-, en el que la anestesia desaparece de repente y te descubres abierto en canal al dolor que se lleva tapado; y es entonces y sólo entonces, en esa soledad abrumadora, cuando empiezas a sanar, a desprenderte de todo lo accesorio, a soltar, dando pie a comprender que en esas zonas inexploradas de tu alma te encuentras tú, en la forma más simple que te puedas imaginar, como si fueras otro ser humano que sólo ha encontrado su salida al ir pisando la hierba que hace nacer el sendero. Tras ese instante empiezas a dejarte llevar, y de forma automática, a recibir sensaciones que no se pueden comprar, tan pronto tumulto de voces tan pronto silencio absoluto quebrado sólo por el ruido de tus propios pasos al caminar, y es en esos momentos en los que uno se va topando con todas las respuestas que andaba buscando, clavadas en los silencios de las sombras de los árboles, en las piedras del camino, en los pasos cansados, en la sed de las cosas, hasta un instante en el que no quedan ya preguntas por hacerte y, simultáneamente, aprehendes la diferencia entre lo que crees que necesitas y lo que realmente necesitas, y es cuando aunque creas perder el rumbo por un segundo, te detienes, respiras profundo, entornas los ojos, y descubres sin saberlo haber obtenido la habilidad de encontrar entre las rocas, entre los postes, entre los árboles, las señales escondidas que antes no veías y que guiarán tu camino en forma, esta vez, de flechas amarillas.

El Camino es el viaje donde no existe más principio que aquel lugar de donde sales, ni más destino que aquel al que pretendes llegar antes de caer la tarde, ni se cuenta tiempo distinto que el ahora, ni otra intención que la siguiente zancada. Ese misterio aporta fuerza y alivio, junto a la sabrosa complicidad total y absoluta que surge entre los peregrinos, tal vez por el recíproco conocimiento de que todos libramos día a día una batalla de la que nadie sabe nada.

¿Cuántas de las cosas que te rodean día a día crees realmente que son necesarias o imprescindibles?¿Cuánta distancia te hará falta recorrer para encontrar la respuesta?

Para ese viaje, para todo aquel que lo emprenda, vaya a donde vaya, solo dos palabras:

               ¡buen camino!.

 

Don´t Stop Walking!!!

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